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Elvira Gómez Pérez salió "decepcionada" del Ministerio de Trabajo. Más temprano, salió de Terrassa, (Barcelona) a las 5:30 de la mañana del jueves para viajar a Madrid. En sus manos traía las firmas de más de 64.000 trabajadores, como ella, que cada día hacen sus labores bajo el sol y con el riesgo de morir por un golpe de calor.

Esta barrendera de 31 años lidera la lucha de miles contra el trabajo con altas temperaturas. Ella busca que se establezcan normas que impidan que los trabajadores hagan sus labores en condiciones de calor extremo y no mueran como sucedió con Montse Aguilar, una barrendera que falleció por un golpe de calor el 28 de junio en Barcelona.

Llegó al Ministerio de Trabajo para exponerle el problema a la titular y vicepresidenta, Yolanda Díaz. Sin embargo, Díaz no la recibió. "Nada más llegar nos han dicho que nos pedía disculpas por no poder estar en la reunión personalmente", cuenta Elvira a EL ESPAÑOL tras salir del Ministerio.

Elvira Gómez llegando al Ministerio de Trabajo con las 64.000 firmas que recolectó. Hans Lawrence Ramírez

Quien se reunió con ella fue Ricardo Morón Prieto, el director de coordinación jurídica de Díaz. Después de una hora reunida con el funcionario salió con "una sensación agridulce" por la "falta de compromiso" del Gobierno para abordar la situación.

"Es un problema grave y aunque sabemos que los cambios legislativos no son de un día para otro sí que me habría gustado tener algún compromiso más concreto sobre qué plazos manejan para iniciar el estudio de mi propuesta y la posible solución", señala Elvira, e insiste: "el calor nos mata".

El Real Decreto 486/1997 establece que "la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 ºC". Sin embargo, critica Elvira, no hay una regulación para los trabajadores al aire libre. Su propuesta es que se haga una normativa similar.

Morón Prieto le dijo que estudiarán la propuesta y le explicó que aprobar un nuevo decreto podría tardar entre siete meses y un año. Para ella, esto no es suficiente. "No nos vale que nos hayan recibido y que se comprometan a mirarlo. Queremos el compromiso de que va a haber una solución".

Su visita por Madrid ha sido fugaz. Solo para reunirse con Morón Prieto. A las 14:42 de la tarde sale su tren de regreso a Terrassa. Son las 14:21. Nos colamos en el taxi que la llevará a la estación de Atocha y mientras el chofer acelera a fondo a petición de Elvira, ella nos cuenta su historia.

Calor intenso

Los últimos tres años, Elvira Gómez ha trabajado como barrendera en su natal Terrassa, un municipio ubicado a 18 kilómetros de Barcelona. Antes de eso, desde los 18 años, trabajaba dando clases de refuerzo a niños de primaria y de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Ha vivido toda su vida en esta ciudad y cada verano es más duro que el anterior, describe. "El calor cada vez es más intenso y empieza antes. Tienes que vivirlo para saber cómo se siente", señala.

Desde las 13:45, Elvira está barriendo las calles de Terrassa. Lo hace con una temperatura de 35ºC o más. Le permiten descansar 30 minutos y le dan solo una botella de agua para toda la jornada que acaba a las 20:45. "Trabajo todas las horas de calor y tampoco es un descanso efectivo porque aunque estás en la sombra, estás de pie y no estás descansando bien".

Elvira ya ha recolectado más de 64.000 firmas. Cedida

Hay días en que el calor es tan extremo que le provoca dolor de cabeza que ni el ibuprofeno puede aliviar. "Tú puedes ir a comprar el pan bajo el sol y lo pasas mal. Ahora imagínate si estás trabajando y haciendo esfuerzo físico", señala esta mujer.

Igual que a los ciudadanos se les recomienda que a cierta temperatura no salgan a la calle, pues ella cree que los trabajadores al aire libre no deberían hacer labores con calor extremo.

Después de su jornada de trabajo, Elvira llega a casa "muy agotada" y deshidratada. Al ver que algunos trabajadores como ella han muerto por golpes de calor, Elvira se dispuso a recolectar firmas para cambiar esta situación.

Más de 64.000 y contando

Elvira comenzó a recolectar firmas a inicios de este mes y en menos de dos semanas, más de 64.000 trabajadores como ella han firmado. Lo ha hecho a través de change.org, una plataforma en línea donde cualquier persona puede crear una petición para generar cambios sociales y políticos.

Quiere que su lucha beneficie a los trabajadores de todo el país, y no solo en Barcelona, porque es algo que se sufre en toda España. "Esto es algo a gran escala. Es mucho más amplio de lo que la gente piensa".

Tampoco le pasa solamente a los barrenderos. Entre las personas que han firmado su petición están algunos como Marta, técnico de obra; Jaime, rehabilitador de edificios; Raquel, cartera; Jonatan, jardinero; Nicole, auxiliar de cámara; Ángel, que trabaja en el aeropuerto; y muchos otros.

En la petición hay personas que comentan sus experiencias trabajando bajo el sol. "Soy barrendera y trabajo con personas con discapacidad y están barriendo hasta las 14:00 en plena ola de calor. Nos tenemos que unir", escribió una mujer de Barcelona.

Otra mujer de Alicante publicó: "Mi marido trabaja a altas temperaturas en sitios cerrados donde hay maquinarias que sus temperaturas suelen ser más altas que en la calle y trabaja todo el día sin descanso. Hoy posiblemente le ha podido dar un golpe de calor porque ha estado toda la noche con vómitos y dolor de barriga. No está en casa. Trabaja fuera de nuestra provincia, así que además de todo eso, se encuentra solo con el riesgo que conlleva".

Elvira dice que seguirá recolectando firmas hasta que la escuchen las autoridades. Hans Lawrence Ramírez

Los mismos compañeros de Elvira la apoyan en su lucha, pues de alguna manera, ella los representa. También hay otros que no creen que su iniciativa tenga éxito, sin embargo, ella dice que ha "cerrado bocas, porque pensaban que no iba a llegar a ningún lado. Pues al menos me ha escuchado este director".

La reunión con Morón Prieto es quizás la primera victoria que consigue Elvira, aunque para ella no ha sido del todo satisfactoria. "No quisiera solo que se estudie, si no que se vea como una realidad. Yo sé que las cosas no pueden ir todo lo rápido que a uno le gustaría, pero tampoco quiero que se queden en eso".

Y mientras las autoridades "estudian" la petición de esta mujer, ella llega a Atocha para coger el tren que la llevará de regreso a Terrassa. Se va con la esperanza de que la tomen en serio y le den una respuesta pronto. Hasta que eso suceda, Elvira y sus compañeros seguirán barriendo bajo el sol y el calor extremo.