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La vida en los pueblos se sustenta de tradiciones, como son las campanadas cada cuarto de hora de la iglesia de Sant Llorenç de Morunys, localidad de la comarca de Solsoès, en Lleida. Cada verano, los vecinos del pueblo acogen a decenas de turistas que buscan disfrutar de la vida rural alejados del ruido de las grandes ciudades.

En las zonas rurales se puede descansar del estridente ajetreo de la metrópoli y, aunque en el pueblo la tranquilidad sea indiscutiblemente mayor que en la ciudad, las actividades agrícolas y ganaderas también son parte de la vida rural, lo que parece molestar a los turistas.

El Ayuntamiento de Sant Llorenç de Morunys se muestra abierto a la acogida de visitantes durante el verano, afirmando que logran que estos se sientan "unos Piteus más", es decir, como vecinos del pueblo. Sin embargo, ha recibido quejas por parte de una minoría de veraneantes que se han mostrado molestos ante los ruidos y olores del pueblo.

Ante esta reiterada situación, el ayuntamiento de la localidad ha manifestado sus consideraciones en redes sociales: "Todavía hay una minoría que no entiende que en este magnífico valle tenemos un campanario que toca cada cuarto, gallos que cantan, rebaños que pastan cerca del pueblo, y otros campesinos (queremos muchos más) que trabajan para hacerte la comida".

Con un tono ameno y directo, el Ayuntamiento de Llorenç de Morunys lo deja claro: "Si lo respetas, encontrarás una villa que siempre ha sido de acogida, y, si no es así, has llegado al lugar equivocado".