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Lali era conocida en Totana por su etapa en una cervecería de la avenida Juan Carlos I. "Trabajó varios años en la cocina de Los Franceses y la conocen como Lali 'La Lagarta' por el pueblo", tal y como subrayan vecinos de Eulalia F. G., de 60 años. Tal popularidad se ha incrementado exponencialmente durante los últimos días y no ha sido por su habilidad en los fogones, que a buen seguro que la tiene, sino por su labor como asistenta de hogar porque ha sido detenida por la Guardia Civil por 'limpiarle' supuestamente el joyero y el dinero en metálico a varios clientes.

En esta localidad murciana, marcada por su actividad agrícola y la alfarería, una empleada de hogar "suele cobrar entre 10 euros y 12 euros por cada hora trabajada", según detallan fuentes policiales. Pero parece que Lali 'La Lagarta' se sacaba un buen sobresueldo robando -supuestamente- a los clientes que le confiaban la limpieza de sus domicilios. El perfil era el de personas mayores o vecinos que no tenían la posibilidad de conciliar su jornada laboral con las obligaciones habituales del hogar.

De hecho, un policía local explica que era una profesional con una larga trayectoria en el sector y que solía hacer muchas migas con sus clientes: "Dicen que llevaba sobre unos veinte años". "Estaba integrada plenamente en las familias donde [supuestamente] robaba. Incluso se iba de vacaciones con esas familias". Aunque ahora, esta sexagenaria se podría enfrentar a hacer un 'tour turístico' por una prisión porque la Guardia Civil la ha arrestado por seis delitos: cinco de hurto y un robo con fuerza de joyas y dinero en metálico. El botín suma 30.000 euros.

El objetivo prioritario de las tareas domésticas que realizaba "Lali 'La Lagarta'", como la conocen los totaneros, era averiguar dónde guardaban sus clientes las joyas o los ahorrillos, para sisárselos presuntamente. Esta limpiadora aprovechaba la libertad de movimientos de la que disfrutaba en los domicilios donde trabajaba, para registrar cajones, mesitas, estanterías… De forma que iba pescando alianzas, pulseras, pendientes… Y además, cobraba por cada hora trabajada. A continuación, daba salida a las joyas al mejor postor -mediante tiendas de compro oro-. 

Las víctimas no se percataban de lo que estaba pasando porque confiaban en esta asistenta de hogar y las tiendas de compro oro donde Lali vendía las joyas las terminaron fundiendo porque no había ninguna denuncia previa que lo impidiera.

Este tipo de establecimientos están obligados a pasar un listado de todo lo que compran a la Guardia Civil o a la Policía Nacional, para que verifiquen la procedencia de las joyas, para darles el 'ok' antes de fundir el oro. Al no haber denuncias, todo se fundió y en teoría se lo embolsó 'La Lagarta'. Pero la liebre terminó saltando con Lali y se le acabó el salario 'extra' que presuntamente obtenía, ya que una clienta detectó la sustracción de una gran cantidad de joyas y decidió instalar cámaras de seguridad porque tenía sospechas de que detrás podía estar su asistenta de hogar.

El conducto de aire

Una de las cámaras estaba en un conducto del aire acondicionado del salón y cazó literalmente a Lali 'La Lagarta' con las manos en la masa. En la grabación de marras, esta profesional de las labores domésticas -y en apariencia de lo ajeno- aparece abriendo cajones de una estantería, registrando el contenido de una caja, hurgando en los muebles... En otra cámara instalada en una habitación de matrimonio, esta asistenta, de 60 años, vuelve a ser pescada mientras registra una mesita donde encuentra un 'tesoro' que se mete al bolsillo y a seguir limpiando.

De modo que la Guardia Civil abrió una investigación sobre esta mujer, con pasado en la hostelería, pero también policial porque le constaban 5 delitos de hurto desde 2018. Los investigadores tiraron del hilo y confirmaron sus sospechas: había más víctimas. Prueba de ello es que el Instituto Armado confirma su arresto por 5 hurtos y un robo con fuerza.

"Durante la investigación, otros vecinos que habían notado la ausencia de joyas de sus domicilios, supieron de los robos cometidos en la vivienda de la primera víctima y lo asociaron a la ausencia de joyas y dinero de sus casas. Unos hechos que no llegaron a denunciar, pero que vincularon de inmediato a la sospechosa que también había trabajado para ellos como empleada doméstica", tal y como resume un comunicado de la Guardia Civil. "Se había aprovechado de la confianza de sus empleadores".

Las imágenes del vídeo eran palmarias, pero los investigadores también se dirigieron a negocios de compro oro de Totana donde les confirmaron que Lali les había vendido piezas y procedieron a su arresto. La 'Operación Jewelry Cleaner 2' ha caído como una bomba en el pueblo tras conocer que Lali 'La Lagarta' se encuentra detrás de estos palos a domicilio, como los servicos que ofertaba entre los vecinos.