Rafa Martí David Palomo

La Delegación del Gobierno en Canarias ha anunciado este jueves que los servicios de búsqueda que trabajan para encontrar los cuerpos de las niñas desaparecidas en Tenerife han encontrado el cadáver de Olivia, la mayor de las hermanas en la zona donde buscan su rastro. Las autoridades han comunicado el terrible hallazgo a la madre de las pequeñas, Beatriz Zimmerman y a otros familiares. Por el momento, no hay novedades sobre la segunda de las hermanas, Anna, de apenas un año de edad.

El cadáver de Olivia, de seis años, ha sido hallado por el buque del Instituto Español de Oceanográfica Ángeles Alvariño, según ha informado la Guardia Civil, en el área delimitada por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife de la Benemérita. Esta zona de búsqueda se encuentra a una milla náutica del puertito de Güímar en dirección a Santa Cruz de Tenerife, donde desde el inicio de las labores de búsqueda se encontró a la deriva la lancha de Tomás Gimeno, el padre de las menores.

Los restos mortales de la pequeña han sido trasladados de inmediato al Instituto Anatómico y Forense de Santa Cruz de Tenerife, donde se ha confirmado la identidad de Olivia.

El buque de búsqueda en la zona delimitada frente a la costa de Tenerife.

Tomás Gimeno arrojó al mar a las pequeñas metidas en dos bolsas de deporte atadas al ancla de su lancha, que han sido encontradas a 1.000 metros de profundidad.

Pocas horas antes de la estremecedora noticia, Beatriz había hecho pública, por primera vez en 45 días de búsqueda, una nota de voz en la que aseguraba no estar "derrumbada". La nota ha sido enviada después de que el martes aparecieran una botella de oxígeno y un edredón pertenecientes a Tomás a 1.000 metros de profundidad, objetos detectados por el sónar del buque de búsqueda. Aquel hallazgo reforzó la hipótesis de que el padre se habría lanzado al mar con las pequeñas con la intención de acabar con sus vidas.

"Estoy más positiva que nunca porque creo que todo esto es un escenario. Creo que es positivo que hayan encontrado una botella y una sábana porque si hubiese algo más, pues se encontraría. Para mí todo esto ha sido un teatro. Me parece muy loco subir, bajar al barco, bolsas para arriba, bolsas para abajo... Veo que tiene más sentido de que es una huída como lo he pensado en todo momento. Queda poco, queda poco para que alguien las reconozca y nos llamen y nos digan que las niñas están de camino, que están bien", decía la madre de las niñas en la nota, difundida el mismo jueves por la mañana. Por la tarde, la aparición del cuerpo de Olivia derrumbaba la frágil esperanza que aún mantenía.

Siete semanas

Los restos humanos de Olivia han sido hallados después de siete semanas de búsqueda incansable. Anna y Olivia desaparecieron el pasado 27 de abril, tras no regresar a casa de su madre después de pasar la tarde con su padre. Entonces saltaron las alarmas. Pero nada apuntaba a este posible fatal desenlace. 

Gimeno, de 37 años, había recogido a las pequeñas y tenía que entregarlas en casa de Beatriz a las 21:00 horas. Ambos, Beatriz y Tomás, habían acordado eso, sin que existiense régimen judicial para las visitas de las menores.

Tomás y Beatriz se habían separado tras múltiples amenazas y enfrentamientos, aunque no había denuncias de por medio que los probasen. Él no dirigió bien la separación e incluso llegó a contratar a una agencia de detectives para espiar a su exmujer ese mismo verano. 

Beatriz se dirigó a las 21:00 horas de aquel fatídico martes a casa de Tomás. Pero no encontró a nadie y le llamó. Él le contestó que no se preocupase, que había salido a cenar con ellas y que se las acercaría a casa más tarde. Sin embargo, mintió. 

La madre de las pequeñas no le dio importancia a la respuesta, la cual creyó. Pero a las 22:00 horas las niñas seguían sin llegar. Ella le volvió a llamar y, entonces, la respuesta fue en un tono completamente distinto: "No vas a volver a ver a las niñas jamás. Tampoco a mí. Yo me haré cargo de eellas para que estén bien cuidadas". 

Beatriz, tras el mensaje, se dirigió  a toda prisa a la Policía para denunciar la desaparición de las pequeñas. Tomás Gimeno apagó el móvil a las 01:30 horas de aquel 28 de abril. Desde entonces, comenzó una investigación que se ha hecho eterna.