La idea partió apenas una hora antes. Cuando a Rodrigo, un joven de unos 20 años pero con la mentalidad estancada en 1936, le dieron el “chivatazo” de que Pablo Iglesias iba a visitar el pasado martes la Asociación de Vecinos Fleming en Coslada (Madrid), empezó a mover los hilos. Tanteó a varios miembros del grupo neonato y neonazi Bastión Frontal, al que pertenece, para ver quién se apuntaba a la acción. Algunos ya habían hecho planes; otros decían que a tope con la idea, pero que no daba tiempo por el transporte y esas cosas. Al final, se enfundó su camiseta con la garra hispánica de las JONS y se fue con otros tres del barrio a hacer saludos fascistas y a gritarle “fuera la casta de nuestros barrios” al todavía vicepresidente del Gobierno.

“Pablo Iglesias, para nosotros, aunque voy a dar mi opinión personal, es un trepa que ha llegado a la política española tras el 15-M”, explica Rodrigo, unas horas después, en un vídeo propagandístico. “Se ha convertido en todo aquello que criticó y ya que estamos empezando nuestra actividad y no llevamos ni un año como grupo, no íbamos a tolerar que en un barrio trabajador, donde además tenemos militantes nuestros, se fuera a pasear sin tener una buena reprimenda”, añade.

Y en esa respuesta da algunas claves reveladoras. Aunque en el vídeo en el que increpan a Iglesias parecen -literalmente- cuatro exaltados, lo cierto es que Bastión Frontal está empezando a calar y ya se ha convertido en uno de los principales grupos de extrema derecha en Madrid. “Es el que está de moda entre los jóvenes de la Comunidad”, explica un experto en grupos callejeros violentos. Nacido durante el confinamiento de 2020, ya cuenta con unos 100 militantes en sus filas, la mayoría alrededor de los 20 años de edad, y ha abierto delegaciones en Extremadura y Sevilla. Al margen de la ideología, el principal problema es que abogan por lo que llaman acción en la calle, es decir, la violencia directa.

Así es Bastión Frontal, el grupo neonazi que increpó a Pablo Iglesias

Su principal foco son los jóvenes de barrios obreros, a los que captan con acciones sociales como la de repartir alimentos sólo para españoles o recoger regalos para aquellos niños que pasan una Navidad vacía, e incluso organizando excursiones y campeonatos de fútbol. Al final, acaban difundiendo un mensaje xenófobo, machista, antidemocrático y profundamente fascista sin complejos. Esto, en realidad, no es nada nuevo. Ya ha habido grupos así, como Hogar Social Madrid. El problema es que Bastión Frontal sí que cree en la acción directa callejera. Según señalan a EL ESPAÑOL fuentes del entorno, varios de sus miembros tienen delitos de delincuencia común a sus espaldas y algunos fueron expulsados de Hogar Social por ser demasiado violentos.

Según ha podido saber este diario, está dirigido por lo que llaman un “triunvirato ejecutivo”, cogiendo prestada la épica romana, cuyos miembros son desconocidos y que toma las decisiones que los demás militantes acatan con lealtad. La única cara visible que se le conoce, además de Rodrigo, popularizado ahora por increpar a Iglesias, es Isabel Medina Peralta, la joven falangista de 18 años que se dio a conocer el pasado mes de febrero cuando, en un acto homenaje a la División Azul, dijo que “el enemigo siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío”. Por sus palabras, está siendo investigada por un delito de odio.

“Nos hemos focalizado en los barrios más pobres. En Hortaleza, en San Blas… en los más pobres y perjudicados. En el de Salamanca la gente vive bastante bien y no tienen ese tipo de problemas”, explica Isabel Peralta en conversación telefónica con este diario. “Las personas que necesitan dinero, los obreros, los que trabajan con sus manos y se han quedado en paro son los que se han visto más perjudicados con la situación actual. Ya partían de una vulnerabilidad, que no tenían ahorros, y ahora se han quedado con el culo al aire, perdona por la expresión”, añade.

¿La crisis económica que viene, resultado de la pandemia, hará que Bastión Frontal se popularice?

–Me da pena que nuestras ideas se popularicen cuando se experimentan los problemas y el pueblo sufre las consecuencias de su letargo. Pero sí, cuando están vilipendiados y engañados y perjudicados por las políticas de nuestros parlamentarios, el pueblo se enfada y busca nuevas formas. Es, en parte, triste, porque amamos a nuestro pueblo y no nos gusta que nuestras políticas triunfen por el sufrimiento de nuestros pueblo. Pero sí, estamos ante tiempos malos.

¿Y por qué tan jóvenes? [La mayoría apenas supera los 20 años de edad]

–Queremos una juventud sana y vigorosa y activa y queremos una juventud formada intelectualmente. Abogamos porque los jóvenes que nos sigan practiquen el deporte y aprendan la disciplina y camaradería que emana. Que no se droguen. Estamos en contra de los vicios y actos repudiables que alienan a la juventud que, históricamente, es la que ha iniciado las revueltas.

Hijos del confinamiento

El pasado martes 13 de octubre, una menor de 13 años fue violada cerca de una gasolinera de la calle Moscú del madrileño barrio de San Blas. El incidente pronto empezó a circular por las redes sociales y todas las miradas apuntan a un grupo de menas que viven en un piso tutelado de la zona. Algunos miembros de Bastión Frontal residentes en el barrio deciden enfundarse el traje de justicieros y, por la tarde, salen a por ellos. El enfrentamiento se evitó gracias a una patrulla de la Policía Nacional. Pero el fuego no se apaga ahí.

Horas después, ya por la noche y sin que se sepa exactamente cómo, se produce una pelea entre dos miembros de Bastión Frontal y cuatro jóvenes extranjeros. Según el grupo neonazi, iban caminando por la calle tranquilamente y les atacaron y dejaron a uno de ellos en el hospital. Según otras fuentes vecinales, los neonazis volvieron a terminar lo que habían empezado y, sí, uno de ellos acabó en el hospital.

Al día siguiente, unas 100 personas de extrema derecha se manifestaron y fueron al portal del piso tutelado con pancartas y realizando cantos como “Fuera menas de nuestros barrios” o “Madrid será la tumba de los menas”. A la cabeza iba Bastión Frontal. No se sabe aún si los menores extranjeros del piso tutelado son los mismos que participaron en la pelea; no se sabe tampoco si los miembros de Bastión Frontal que estuvieron en el incidente nocturno son los que habían ido esa misma tarde a por ellos.

Manifestación de Bastión Frontal. E.E.

Lo que sí se sabe es que todo esto sucedió alrededor de una premisa falsa de raíz: el joven que cometió la violación, en realidad, es de nacionalidad española. Así lo repitió la Policía desde sus inicios y Bastión Frontal lo sabía de sobra, según la Fiscalía de Madrid, que ahora investiga la marcha multitudinaria por un presunto delito de odio. Ahí se vio por primera vez que Bastión Frontal no era un grupúsculo de jóvenes con muchas ideas y pocas nueces, sino que de verdad tenía poder para la acción. Llama especialmente la atención si se piensa que lograron esa movilización a pesar de llevar tan solo unos meses de actividad.

Esta nueva iniciativa neonazi nació en un grupo de siete amigos que, durante el estado de alarma y el confinamiento, decidieron pasar a la acción. “Empezamos a ver jóvenes que se quedan sin trabajo, sin cobrar los ERTE y sin luz, que nos coartan la libertad y nos desnaturalizan… y, a raíz de ello, se decide crear un grupo para ayudar a los vecinos y a los barrios con alimentos, todo destinado a las familias necesitadas”, comenta la propia Isabel Peralta.

La técnica de reparto de alimentos, siempre bajo la prioridad nacional, no es nada nuevo. Lo popularizó en Italia el grupo fascista Casa Pound y se unió a ello Azione Frontale. Se lo copió, después en España, Hogar Social. La idea pasó a Francia a través de Bastión Social y, entre el ‘bastión social’ francés y la ‘acción frontal’ italiana nace en España Bastión Frontal. El nombre, como se ve, no es muy original. El paradigma, tampoco. Pero el peligro radica en que, cansados de medias tintas, quieren pasar a la acción.

“Esto es muy distinto a Hogar Social”, explica Peralta. “Ese grupo prácticamente se disuelve y quedan unos jóvenes que necesitan militancia activa y actuación política”, añade, parafraseando una cuestión muy clara: quieren violencia. “Nuestra ideología ni está descontextualizada ni es anacrónica. El pueblo la necesita y es necesaria la presencia en la calle. Lo de Pablo Iglesias se hace trending topic porque el pueblo necesita nuestras opciones. La gente puede pensar que somos violentos, pero es porque perdimos la guerra y la propaganda tras la guerra es la que es, los vencedores no dicen cosas bonitas”, añade.

Excursión de los miembros de Bastión Frontal al Valle de los Caídos. E.E.

¿Y esa ideología qué nombre tiene?¿Naiconalsocialismo o fascismo?

–Puede ser nacionalsocialismo o algo más nacional-revolucionario. Aunque no me gustan las etiquetas. Podemos decir Tercera Posición, para no tener que decir fascismo o nacionalsocialismo. [La Tercera Posición a la que se refiere es un neofascismo militarista que cree en el separatismo racial]

Puesta de largo

El pasado martes fue un día importante para Pablo Iglesias. Tras revolucionar el tablero político con su candidatura a las elecciones del próximo 4 de mayo, ese día dejaba ya materialmente de formar parte del Gobierno y se convertía en candidato. Una de las primeras actividades que decidió llevar a cabo fue la de visitar la Asociación de Vecinos Fleming en Coslada. Junto a él estaban la número dos de Podemos Madrid, Isa Serra, y su segundo, Jesús Santos. Y ahí se encontró con el percal de Bastión Frontal, los gritos, y se acercó a decirles algo. Las palabras que pronunció siguen siendo un misterio, ni Iglesias las ha desvelado ni los neonazis las entendieron.

En el polo opuesto del espectro ideológico, esa acción fue toda una puesta de largo para Bastión Frontal. Si ya se hicieron notar con el asalto a los menas, lo del vicepresidente les ha servido para salir en todos los medios de comunicación. Había sido un perfecto acto de propaganda. Y, por eso, Rodrigo, al que Iglesias le dice ese ‘algo’, horas después desfilaba por el canal de YouTube de Isabel Peralta sacando pecho ante ello.

Cartel propagandístico de los neonazis. E.E.

“Fuera la casta de nuestros barrios. ¿A qué te referías?”, le pregunta Peralta en la conversación. “Al que coja y diga que Pablo Iglesias es comunista, a mí no me lo parece. No deja de ser un tibio socialdemócrata ultraliberal que se ha vendido. Por muy idealista que tú seas con tu doctrina, al final, en cuanto entras en el juego parlamentario, te va a acabar corrompiendo”, comenta él. La tertulia, como queriendo quedarse anclada en los años 30, va contra el parlamentarismo y a favor de lo que ellos consideran que necesita la clase obrera.

Y así va transcurriendo la charla. Parafraseando erróneamente a Onésimo Redondo, fundador de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, Rodrigo dice que “el parlamento es la agonía de la patria y hay que destruirlo”; ambos loan a Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las JONS y recordado también alguna vez por el líder de Vox, Santiago Abascal; y citan momentos de El triunfo de la voluntad, el documental propagandístico fetiche de Adolf Hitler. Todo eso en un vídeo de 11 minutos de duración, con mucho eslogan manido y poco fondo.

A pesar de ello, el mensaje está calando. La prueba es que se están convirtiendo en el grupo de moda del fascismo madrileño y tienen relación con otras organizaciones de extrema derecha como Juventudes Canillejas o San Blas Crew, y con los ultras de equipos de fútbol como Ultras Sur y Suburbios Firm, una escisión del Frente Atlético que fue expulsada por su compadreo con los del Real Madrid. También reciben el apoyo de cantantes neonazis como Alberto Pugilato, detenido en varias ocasiones. Y su popularidad se debe al puro márquetin. Lo de Pablo Iglesias fue la última piedra de una estrategia que llevan construyendo desde hace un tiempo.

Puro márquetin

El pasado 21 de agosto, al poco de nacer, Bastión Fontal creaba ya su canal de Telegram, desde el que difunden sus proclamas fascistas. El primer mensaje, hecho para promocionarse, cuenta con 1.200 visualizaciones. Sólo una semana después, el 29 de agosto, ya habían organizado su primer torneo de fútbol. El lema era que “la juventud obrera y nacionalista también tiene que divertirse y pasárselo bien”. Y, a partir de ahí, no han dejado de sucederse las actividades lúdicas, las “acciones” y las ventas de merchandising para financiarse.

El primer campeonato de fútbol organizado por Bastión Frontal. E.E.

“Es un grupo claramente neonazi y es el que está de moda entre los jóvenes en Madrid”, explica en conversación telefónica Joan Caballero, experto en Grupos Urbanos Violentos del Centro de Estudios e Iniciativas Sobre Discriminación y Violencia (CEIDIV). “Son antisemitas, anti Islam… neonazi total. Aunque no se declaran así. Y tienen el perfil hooligan. Hogar Social se quiere desvincular de la parte violenta y blanquear el mensaje, pero, a los más radicales, esa parte violenta es la que más les gusta. Bastión Frontal tiene un mensaje agresivo y directo, sin andar con rodeos, y cala en un público joven que quiere respuestas inmediatas”, añade.

Según destaca Caballero, lo que mejor hacen es el márquetin. “Hacen campañas concretas en las que no lo mezclan todo. Hacen una contra el Islam, otra contra la ‘Ley Trans’... como si fueran una empresa. Así, van captando diferentes variantes ideológicas y buscando gente joven. Y lo están consiguiendo porque se ven como un grupo moderno que se aparta del tufillo de la camisa azul”, añade. Y el proselitismo siempre es a través de lo mismo: el ocio. “Deporte y, sobre todo, música. Hacen conciertos clandestinos de música que está prohibida. Vas ahí y no se lo puedes decir a nadie. Eso, a un chaval joven… pues le hace sentir especial”, comenta.

Es decir, que no es sólo palabra, que es de verdad un grupo peligroso.

–Alguno hará algo que va a acabar mal.

Este viernes el canal de Telegram de Bastión Frontal ha vuelto a sonar. La noche del jueves hubo un tiroteo en Madrid y la Policía sospecha que se trata de un ajuste de cuentas entre bandas latinas. Si el hecho ya tiene suficientes elementos como para despertar reacciones racistas, en Bastión Frontal van más allá y a la culpa latina añaden la de los menas. “Reyerta con armas de fuego entre bandas magrebíes y latinas”, se lee en el mensaje. “Esta es la consecuencia de mantener una política de fronteras abiertas aplacando cualquier crítica bajo los dogmas de la tolerancia y la diversidad”. La mecha está prendida.

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