Para los ojos menos avezados, la Semana Santa puede ser una consecución anual de procesiones similares. Siempre se repite el mismo patrón con los mismos ingredientes. Pero nada más lejos de la realidad. En esta expresión popular, la relevancia está en los detalles, en lo efímero y en lo artesanal.

Las flores, los colores, la música... Esas pequeñas cosas que dependen de los cofrades. Cofrades a los que Antonio García Barbeito, en su pregón de la Semana Santa de Sevilla de 2010 nombró como "manos blandas", esas "que tienen en su huella el molde de tus formas, y lo mismo retocan un rizo de la blonda que combinan colores en las flores de un paso". 

Los días previos a la Semana Mayor hablar con Álvaro Abril es casi imposible. Este bordador granadino dedica gran parte de su tiempo a vestir imágenes de Dolorosas por toda España. Ora en Campillos (Málaga), ora en el AVE camino de Granada, encontrar un hueco es una labor complicada. Pero se consigue. Y eso que este año no hay procesiones. 

Álvaro es uno de esos artistas de los que hablaba Barbeito. Trabaja para las hermandades de toda España: "Visto a 65 imágenes". Este joven granadino comenzó su carrera como vestidor de imágenes sacras a los 13 años "poco después de hacer la comunión" y lleva casi 20 haciéndolo, recuerda en conversación con EL ESPAÑOL. Desde entonces, ha ido aprendiendo de forma autodidacta. 

"No tengo ninguna formación previa, no tengo referentes previos. Además, mi familia no es cofrade, ni tampoco religiosa", afirma Álvaro. Se fue acercando al mundo de las hermandades y allí fue aprendiendo por sí mismo a vestir con alfileres a las imágenes de la Virgen: "A los 15 años fue cuando me nombran oficialmente vestidor de una imagen", recuerda.

Álvaro con 13 años vistiendo

Las imágenes de la Virgen María que tradicionalmente procesionan en Andalucía son casi infinitas y cada una lo hace con vestidos diferentes: tejidos, colores, bordados, sedas... un sinfín de técnicas para dos de los elementos que más llaman la atención, la saya y el manto. Las piezas básicas de las que consta la vestimenta de una Dolorosa son, además de los citados, la toca de sobremanto -una pieza que cubre la cabeza y los hombros-, la corona, que descansa sobre la cabeza, y el tocado.

Hay imágenes que son de talla completa y no suelen ser vestidas con telas, como la Virgen de la Victoria, patrona de Málaga. Pero lo habitual en Andalucía es, precisamente, ornamentar las imágenes marianas con ricas prendas que le hagan destacar. Es en esa labor donde Álvaro Abril tiene una experiencia que le ha llevado a ampliar sus horizontes: hoy viste imágenes en seis de las ocho provincias andaluzas, Segovia, Cuenca, Madrid, Elche, Cartagena e, incluso, en las Islas Baleares.

"Mi trabajo es el bordado en oro, me dedico a llevar mi propio taller", afirma Álvaro. Pero vestir a más de sesenta Vírgenes implica mucho tiempo: "No sabría decir cuántos días del año ocupo en arreglar imágenes, pero sólo descanso durante tres semanas en agosto", indica. "El resto del año, todas las semanas tengo algún cambio y en estas fechas, a diario".

Álvaro retocando el encaje de una Virgen.

"Visto por devoción y casi de forma circunstancial, no es algo que yo haya buscado o me haya propuesto; la vida me ha llevado a esto", comenta Álvaro. Además de vestidor y bordador, Abril ha conseguido labrarse una buena reputación en las hermandades con las que trabaja, por eso muchas de ellas cuentan con él para otras labores: "Diseños florales o de bordados", aunque no es lo habitual.

Vestir imágenes para tantas hermandades ha podido abrirle muchas puertas para sus otras labores. "No pretendo que vestir a las Dolorosas sea moneda de cambio: tengo muy claro cuál es mi función en cada hermandad. Si necesitan algo de mí, saben que pueden contar conmigo", afirma Álvaro. "Nunca condicionaría ni comprometería a una hermandad que quiera que vista a su imagen en pos de mi taller", sentencia.

De hecho, contactar con Álvaro Abril es fácil a través de redes sociales: "Por ahí es por donde me han llegado algunas hermandades, otras a través de amigos comunes a los que piden mi contacto y me preguntan si podría vestir a sus imágenes". Así llegó a Segovia o Palma, dos ciudades que, aunque alejadas de Andalucía, cuentan con una celebración por Semana Santa que cuenta con algunos tintes andaluces.

"Me encanta salir fuera porque veo otras realidades más allá de nuestras tradiciones. Son formas muy diversas de sentir y entender la Semana Santa. Eso sí, todas tienen en común el amor por las imágenes", indica Álvaro.

En ocasiones, en el mundo cofrade más profundo, hay rivalidades en torno a las devociones, en ese sentido, Álvaro no esconde cuál es su devoción principal: "La Virgen del Carmen del Perchel, de Málaga". Para un artista que trabaja para tantas hermandades, podría ser complicado ser tan tajante, pero no hay dudas.

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