“Ya hay que ir recogiendo, ¿no?” dice con sorna, copa en mano, uno de los parroquianos de un bar de carretera en Salar (Granada). Uno de sus compañeros, con más guasa aún, le responde: “Sí, cierran a las 10”.

Un bar atestado, una barra llena de gente que repica las palmas al ritmo de la música. Muchas consumiciones, pocas mascarillas y menos distancia de seguridad aún. Un fiestón en toda regla en tiempos de pandemia. Gente emborrachándose, sin respetar ninguna de las normas de restricción impuestas. Unas imágenes que han provocado la la indignación general de los habitantes de dicho municipio.

La Guardia civil investiga la celebración de una fiesta en el bar de una gasolinera en el municipio de Salar, al oeste de Granada. Alguno de los presentes grabó la escena y la pasó por WhatsApp. A partir de ahí, las imágenes empezaron a circular como un reguero de pólvora. Sucedió en esta localidad granadina el pasado viernes 12 de febrero, y se habrían repetido al día siguiente, víspera de San Valentín. Ninguno de los presentes cumplia con las normas establecidas para evitar más contagios por coronavirus.

Denuncian a un bar por incumplir las medidas de seguridad

Las imágenes no dejan lugar a dudas. Tan flagrante es el incumplimiento de las normas, que el propio alcalde del municipio, Armando Moya, ha sido tajante al respecto: “Las imágenes hablan por sí solas. El incumplimiento es evidente y corrió como la espuma el sábado por redes sociales", declaró el primer edil a Europa Press.

Bar de gasolinera

Sucedió en Salar, una localidad al oeste de Granada. Varias decenas de personas se dieron cita en este bar, ubicado en una estación de servicio en la carretera que pasa por encima de la Villa Romana de Salar. El alcalde ya ha adelantado a Europa Press que el Ayuntamiento se encuentra a la espera de que la Policía Local presente el informe sobre los hechos. Los del viernes y los del sábado, cuando volvieron a desplazarse al lugar agentes del cuerpo de seguridad municipal y de la Guardia Civil.

Salar es una localidad que cuenta ahora mismo con una tasa de incidencia de unos 300 casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes. La delicada situación epidemiológica, unida al descontento de los hosteleros de la zona que sí están cumpliendo con las normas y arrastran varios meses de pérdidas por los cierres y las restricciones, han encendido la mecha.

La publicación de dicho vídeo en una cuenta de Facebook acabó por detonar la situación. Una de las vecinas lo colgaba, quejándose de la insensatez de los presentes. Otra protestaba porque ella es propietaria de un bar que sigue cerrado y no entiende por qué esos compañeros de gremio actúan de forma egoísta y no hacen lo propio. Otros vecinos se posicionaron con los asistentes a la fiesta y atacaron a las personas que habían colgado el vídeo.

Mientras el alcalde espera el informe que han de pasarle desde la policía local (el cuerpo que intervino), la Guardia Civil también ha visionado el vídeo y está intentando identificar a todos los presentes para denunciarles por supuesto incumplimiento de las restricciones y medidas exigidas por las autoridades sanitarias, según detallaron a Europa Press fuentes del Instituto Armado.

Los dueños se defienden

Salar está en 300 casos por cada 100.000 habitantes… y subiendo. Llegar a 500 supondría imponer un confinamiento perimetral, tal y como se han establecido en otros 74 municipios de Granada. Es otro de los motivos por los que ha aumentado la indignación entre los habitantes de esta localidad granadina. Por el momento, la cifra sigue por debajo, pero temen en el pueblo que las fiestas del 12 y 13 de febrero acaben por disparar una tasa que ya se encuentra en una zona muy peligrosa.

Los propietarios, sin embargo, se defienden. Rosario Cantón, una de las dueñas del negocio, señaló a Efe que las imágenes no se corresponden con la realidad de su establecimiento y que fueron captadas en un "momento puntual" cuando, minutos antes del cierre, varios clientes se acercaron a la barra para pedir unas últimas consumiciones.

"No somos unos incumplidores, aquí se respetan las normas", ha recalcado la propietaria del bar, que ha lamentado que el vídeo se haya colgado en las redes sociales "de forma malintencionada" y que ha recordado que su establecimiento puede permanecer abierto hasta las 9 de la noche por encontrarse junto a una gasolinera.

No piensa igual el alcalde, que ya ha anticipado un posible cierre de la actividad si el informe policial revela algún incumplimiento flagrante. Y los vecinos, mientras tanto, siguen discutiendo por redes, a la vez que la tasa de contagios en el pueblo sigue aumentando.

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