Iván, de 39 años de edad, volvía el pasado viernes del trabajo a casa, en su pueblo de Velilla de San Antonio (Madrid). Se percató entonces de que una pandilla de jóvenes estaba realizando una serie de pintadas y les llamó la atención. Eran las 20.30 horas. Los muchachos, lejos de amilanarse, comenzaron una acalorada discusión con el hombre y le dieron una brutal paliza. El agredido tuvo que ser trasladado en estado crítico al hospital, donde perdió la vida.

“Tenía la cara completamente reventada”, dice una prima del fallecido. En el pueblo se comenta que el último golpe fue una patada en la cabeza. Los agresores habrían sido presuntamente los mismos que llevan dos años atemorizando a toda la localidad. Velilla de San Antonio es un lugar tranquilo, no demasiado grande, donde la mayoría de los vecinos se conocen.

Aún no se sabe con certeza cuántos fueron los agresores. “Unos diez o doce”, “también había niñas” o “rondan entre los 14 y los 18 años”, se comenta de forma certera en el pueblo. “Claro que sabemos quiénes son, todo el mundo lo sabe, los mismos que están robando y dando palizas últimamente”, dice una vecina. En el pueblo tienen claro que son de Velilla y hace un tiempo que les atemorizan.

Concentración en el Ayuntamiento como muestra de rechazo a lo ocurrido. DD

Seguro parece que la agresión se realizó en grupo. “Un niño solo no hubiera podido, fueron unos pocos. Iván era bajito, pero de complexión fuerte”, afirma una conocida del fallecido.

De momento hay muchos rumores sobre qué ocurrió y quiénes perpetraron la agresión. Unos afirman que Iván estaba sacando al perro, pero otros dicen que no puede ser, que su perro era grande y algo habría hecho por ayudarle. La familia tampoco lo tiene claro.

Fue una mujer la que dio la voz de alerta, comentan en el pueblo. “Cuentan que vio una pelea y que llamó a la policía cuando los vio salir corriendo. Dicen que escuchó ‘vámonos que está muerto”.

Pintadas encontradas en la calle donde se produjo la agresión. DD

Los familiares quieren dejar la investigación en manos de la policía para esclarecer los hechos de forma más certera. Desde el Ayuntamiento apuntan que las diligencias se están realizando de forma rauda porque hay menores que se están viendo implicados sin haber participado y hay que esclarecerlo todo cuanto antes. Se han decretado tres días de luto por la muerte de este vecino.

Los que le conocían definen a Iván como un hombre amable, tranquilo. “De toda la vida del pueblo. Nunca se ha metido con nadie. Le encantaban los animales y repudiaba el maltrato. Tenía un perro”, comenta un conocido en la plaza del Ayuntamiento. Aquí se ha convocado este lunes al mediodía una manifestación en apoyo a la familia; como muestra de rechazo de la violencia.

Los vecinos de Velilla de San Antonio acudieron a la plaza del pueblo en masa. Están hartos. Lleno absoluto con distancias de seguridad. Nunca antes habían vivido una situación similar. Desde hace algún tiempo pasan miedo en las calles del pueblo. Unas pandillas de niños están perpetrando robos en el lugar, amenazan a niños y adolescentes y han llegado a dar varias palizas. “Esto tiene que parar, esta es la gota que colma el vaso”, señalan.

Reunidas en un grupo de cuatro, unas vecinas comentan la situación. “Llevamos sufriendo la violencia alrededor de dos años”. Aquí se conoce todo el mundo y aseguran saber quiénes han sido, aunque habrá que esperar a ver qué determina la investigación policial. “El que le dio la patada en la cabeza es velillense de toda la vida y tiene una amplia familia”, apunta una de ellas. Otra habla de cómo está atemorizada por su hija adolescente. “Le llamo siempre y estoy pendiente al móvil porque me da miedo que puedan hacerle algo”.

Imagen de la plaza del pueblo mostrando su repulsa por el asesinato de Iván. DD

La violencia comenzó aquí hace un par de años. Aseguran los testigos que procede siempre del mismo grupo. Le dieron una paliza a un menor de origen chino. Hace apenas 16 días, cuentan los vecinos, le han abierto la cabeza al padre del pequeño. “Al hombre de la tienda lo reventaron en Halloweeen. Normalmente la toman con el otro tendero chino todos los años, pero esta vez, como había cerrado por precaución, la tomaron con este. Tiene hasta la cabeza abierta de la paliza que le dieron”, cuentan. En la tienda, una mujer intranquila nos dice que no sabe nada, que no entiende mucho español.

En Velilla de San Antonio esperan que después de esto haya cambios. “Necesitamos más seguridad”, comentan. No quieren seguir viviendo esta oleada de robos y reclaman la toma de medidas de una vez. “A ver si esta tragedia permite que, de una vez por todas, no se les proteja tanto aunque sean menores. No podemos vivir así. Esto tiene que ser un punto de inflexión”.

“La familia ha pedido en todo momento que no respondamos con violencia ante los agresores, que dejemos actuar a la justicia, pero es difícil”, comenta una velillense que conocía a Iván. “Yo tengo un hijo menor y como le hagan algo así me los como. Espero que la mujer que llamó a la policía los pueda identificar”, dice.

La alcaldesa pide prudencia

La alcaldesa de la ciudad pide prudencia. “Es la primera vez que sucede aquí un acto tan dramático, lamentablemente”, explica Antonia Alcázar. Hace un llamado a la calma. “No tenemos constancia de que sean menores, ni de nada. La investigación está totalmente abierta. Hay muchos rumores: los presuntos, los presuntos... Pero la realidad es que no tenemos constancia de nada”.

“Se está acelerando todo lo posible, precisamente por lo complicado que es, que parece que pueda haber menores”, continúa la regidora en su explicación. “Es para evitar que se señale a menores, sobre todo para no molestar a menores que no tienen nada que ver”.

¿Le ha sorprendido la respuesta de su pueblo, alcaldesa? “No, lo que me sorprende es que haya una muerte en Velilla. Somos muy solidarios y tranquilos, se vive muy bien, aunque es cierto que llevamos tres o cuatro meses en los que estamos teniendo algún problema”.

La regidora admite que hay problemas entre los chicos. “Es verdad que nos estamos acostumbrando a ver peleas entre chicas y chicos, que las cuelgan en las redes que parece que son trofeos. Yo llamo a la reflexión de toda la sociedad, desde los padres a la comunidad educativa, para ver qué está pasando cuando un grupo de personas da una paliza a otra hasta llevarle a la muerte, me da igual que sean menores o mayores. Algo tiene que repensar la sociedad al completo”.

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