“Perdona, estoy en una reunión en la Comandancia”. El primer intento de conversación da la idea del trabajo que está realizando Eduardo Belltall sobre el terreno. Se siente uno más del dispositivo que tiene la Guardia Civil en las inmediaciones de Ventas de Huelma, el pueblo famoso por la presencia de una pantera en las últimas semanas.

Belltall es, en pocas palabras, un domador de fieras, un Ángel Cristo moderno… y con más formación: es diplomado en entornos zoológicos y educador de animales. Trabaja en una empresa de espectáculos con animales que, entre otros eventos, participan en cabalgatas o programas de televisión. Pero entre todos destaca el Circ de Nadal de Valencia.

Luis Miguel Ortiz, el alcalde de Ventas de Huelma, habla de Eduardo y se le nota agradecido, porque se ha desplazado a realizar su trabajo junto al Seprona de forma altruista. Así que, pasado un rato y tras insistir, Eduardo atiende a EL ESPAÑOL.

De Valencia a Granada en busca de una pantera...

En primer lugar me interesé por la situación, quería saber qué pasaba y llamé al bar de Luciano. A raíz de eso llego a contactar con Luis Miguel, el alcalde, y, por último, ya nos pusimos a trabajar con el Seprona. Hay un momento en el que la situación está estancada porque era difícil afrontarla, ahí entré yo. Estoy trabajando, aunque de forma altruista, con la Guardia Civil. Igual que ellos, estoy colaborando con la sociedad para su protección y seguridad; pero también para la del animal.

¿De dónde viene la experiencia que hace que esté en el terreno?

Tengo 36 años y llevo diecisiete rodeado de animales exóticos. Tengo una empresa en la que hemos trabajado con leones, tigres, elefantes, caballos de Przewalski (los únicos caballos salvajes del mundo), etcétera. Son todos animales nacidos en cautividad que son domésticos y domesticados. La mayoría de nuestros 70 animales han sido criados con biberón nosotros mismos.

Además, nuestra explotación tiene cuatro veterinarios especializados y trabajamos con algunas de las universidades de Valencia para que sus estudiantes de veterinaria puedan trabajar con nuestros animales.

Volviendo a Granada… se propuso que los cazadores salieran a la búsqueda del animal, ¿no hubiera sido buena idea?

Mi consejo, desde el principio, es que no se debía montar una cacería. En todo caso, es el animal quien debe cazarnos a nosotros. Hay que respetarle y reconducirlo. Ahora hemos puesto dos trampas más para llamar su atención con hormonas artificiales. Pero hay que entender que estas trampas no son los clásicos cepos, son habitáculos preparados para que si accede se cierre y quede atrapado. Las trampas las revisamos cada tres o cuatro horas para ver si hay éxito.

Habla de la operación como si lo hubiera hecho mil veces...

Nunca he hecho una búsqueda como esta, pero llevo desde los 19 años trabajando con animales, he estudiado su comportamiento. Está siendo una experiencia dura, muchas horas de trabajo intenso y, sobre todo, mucho análisis de datos. Hay algo que hace que estemos aún trabajando: las testificales de la Guardia Civil. Analizar todos esos datos nos está ayudando a saber qué está ocurriendo. Aunque el animal ya no esté cerca de los núcleos de población, se va a encontrar. Porque son muchos los testimonios de vecinos.

Pero… ¿y el gato gigante que fotografiaron? Se habla de que la pantera sea sólo producto de la imaginación del pueblo.

Si aplicamos el principio de la realidad, no podemos afirmar ni desmentir que haya un animal salvaje, porque a día de hoy no hay un avistamiento claro. El asunto de las fotografías del gato creo que es algo de mal gusto y que ha creado un perjuicio muy grande a la población. Se trata de un gato macho castrado, además tiene una oreja cortada como señal de la castración. Esa es la principal razón de que haya aumentado su peso y su tamaño. Pero de ahí a confundirlo con una pantera, no.

Hay indicios de que existen otros animales. Los testigos están hablando y describiendo a la perfección un animal que nunca antes habían visto, y lo explican con un gran rigor científico. En mi caso, he visto huellas, no nítidas, de un gran felino. Aunque estaban contaminadas, porque han podido pasar 9 o 10 días, pueden encajar con una pantera negra. Lo que tenemos claro es que hay datos que nos muestran que aquí, cerca de Ventas de Huelma, hay algo y tenemos que descubrir qué es.

Por lo que hemos comprobado, el trabajo con la Guardia Civil es conjunto y coordinado.

Sí, está siendo una experiencia maravillosa. Lo que se está haciendo es absolutamente inviable en cualquier país europeo. La Guardia Civil y el Seprona son un cuerpo serio, profesional y, en mi caso, me he sentido parte del equipo desde el principio. Están poniendo una gran cantidad de medios. Se han utilizado cámaras térmicas que no han dado con el animal.

A partir del martes se unirá al operativo una avioneta que ha ofrecido una empresa cordobesa. Lleva incorporada una cámara térmica de gran potencia que cada hora peina 200 hectáreas de terreno y su error de localización es de 10 centímetros. Es decir, podremos diferenciar cabras, jabalíes… y si se encuentra en los 25 kilómetros a la redonda de Ventas de Huelma, encontraremos a la pantera o un leopardo negro (panthera pardus, en su nombre científico).