Entra a una tienda, ve a un hombre sin mascarilla, se lo recrimina y, a cambio, recibe una paliza y dos puñaladas por parte de tres individuos. El joven de 23 años, víctima de este ataque en el barrio de Valdezarza (Madrid), ha recibido el alta el medio día del jueves del Hospital de La Paz, después de que fuera ingresado la noche del miércoles 16 en estado de gravedad.

Los hechos tuvieron lugar en un establecimiento de alimentación de la calle Artajona, en el distrito Moncloa-Aravaca, cerca de las 22.30 horas. Según han informado varios vecinos de la zona a EL ESPAÑOL, el chico se encontraba solo cuando accedió al local y vio a un individuo en el interior que no llevaba la mascarilla puesta. Él le llamó la atención y, tras esto, empezaron los problemas. Dependiente, víctima y agresor comenzaron a discutir por la ausencia de la mascarilla del tercero y la situación se tensó.

El joven sin mascarilla salió de la tienda en busca de sus dos compinches, que acudieron con rapidez para plantarle cara a la víctima. "Él salió por su propio pie", dice la camarera del establecimiento Bar Tubarro 3, contiguo al local. "Y una vez fuera, fue cuando le empezaron a pegar", añade.

En ese momento, una marabunta de vecinos se acercó a ver qué ocurría y a tratar de interrumpir la pelea, en vano. "El chico de la tienda empezó a tirar de los pies del chaval para arrastrarle dentro. Intentaba separarles y no hacía más que gritar", relata la mujer consternada, puesto que ella también se encontraba presente en ese momento.

En mitad de la reyerta, en la que el herido apenas pudo intentar defenderse frente a los tres agresores, uno de ellos extrajo una navaja y le asestó dos puñaladas en el hemitórax izquierdo, tal y como relataron desde el Servicio de Emergencias de Madrid.

Local de alimentación en la Calle Artajona 11 donde sucedieron los hechos

Tras esto y aprovechando el jaleo, los tres individuos lograron escapar del lugar de los hechos, dejando al joven herido y muy magullado tirado en la acera. Fue en ese momento en el que le recogieron de la calle y le introdujeron en el bar de al lado, a la espera de que llegara una ambulancia a socorrerle.

"Le sentamos en un taburete para asistirle", informa la camarera. Allí, le ofrecieron agua, trataron que se relajara y le aplicaron hielo en el ojo, que lo tenía especialmente dañado. "En ese momento yo vi las dos puñaladas, pero no se podía saber cómo eran de graves", explica. 

Bar en el que atendieron al joven de 23 años con dos heridas de arma blanca

"Es cierto que, para haber recibido semejante paliza, el pobre mantenía la compostura y estuvo esperando aparentemente bien", opina la mujer que le asistió. Y es que desde que llamaron hasta que llegaron las ambulancias, el tiempo se hizo eterno para ella y las dos personas que le estuvieron sujetando con el fin de que no se levantara y se fuera.

Hasta la calle se desplazaron dos unidades móviles que le introdujeron de inmediato. "Estuvieron cerca de una hora aparcadas sin moverse y ahí fue cuando realmente nos preocupamos", recuerda. Asimismo, destaca la delgada constitución y la baja estatura del chico que, según indica, le hacen aparentar "menos años de los que tiene". "Cuando vimos que no arrancaban, nos asustamos. Porque es tan pequeño que nos esperábamos lo peor", señala. Sin embargo, pasado el tiempo una de las ambulancias se marchó, dejando allí a la otra que salió poco después.

En ese momento el pronóstico no parecía favorable. Desde Emergencias Madrid informaban que había sido ingresado en el Hospital de La Paz con lesiones en la cara y el cuerpo en estado de gravedad, debido a las dos heridas de arma blanca. Pero tras la larga noche, el joven de 23 años recibía el alta el medio día del jueves y podía volver a su casa. "Le han inspeccionado y parece que todo va bien", comenta un conocido del herido y vecino de la zona. 

Según parece, tras las pertinentes curas y exploraciones los médicos han considerado que podía seguir recuperándose en su casa y ha sido trasladado por su padre que, antes de dejarle, ha realizado una parada en el camino para agradecer la atención después del ataque. "Ha pasado por el bar para recoger la chaqueta que se dejó y para darnos las gracias por haber estado con él", explica la camarera del Tubarro. "Parece que se va a poner bien y que ahora necesita descansar", añade.

Investigaciones

Los agresores, dos hombres de 20 y 21 años y un menor, han sido detenidos por la Policía Nacional en el medio día de este jueves. Según informa EFE, los tres fueron encontrados en los alrededores de una de las viviendas del barrio cuando trataban de huir y fueron interceptados. Indican, además, que la víctima les habría identificado como autores de la agresión y ahora mismo se encuentran en disposición policial a esperas de que comience el proceso.

El dueño de uno de los locales de la calle Artajona, ubicado a apenas unos metros de donde tuvieron lugar los hechos, ha informado a este periódico que las investigaciones continúan y que la Policía Nacional ha solicitado las grabaciones de las cámaras de seguridad de este y otros establecimientos. "Quieren revisar todo lo que pasó", explica. Aunque, en su caso, los intentos serán en vano, puesto que la cámara solamente recoge imágenes de la entrada de su loca.

Por el momento, solamente se sabe que las pesquisas continúan, con el fin de encontrar las pruebas necesarias para poder llevar el juicio a cabo. Mientras tanto, el joven se recupera en su casa, a la espera de que terminen de sanar todas las contusiones que le provocaron por pedir que se pusieran una mascarilla.

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