Cuando llegó siendo un adolescente a la Escuela Taurina de Murcia fue uno de los días más felices de su vida. “Desde los cinco años quería ser torero porque mi abuelo me solía llevar a ver espectáculos taurinos”, cuenta una de las supuestas víctimas de la investigación judicial abierta después de que la Policía Nacional detuviese al maestro del citado centro, José María O.L., de 69 años, como supuesto autor de delitos contra la indemnidad sexual de diez de sus alumnos.

“Básicamente, lo que este hombre hacía era ganarse tu confianza y se aprovechaba de las personas más débiles”, asegura este adolescente mientras subraya que accede a relatar su caso a EL ESPAÑOL por un solo motivo: “Me gustaría enviar ánimos a otras víctimas para que den el paso y le denuncien porque este hombre tiene que pagar por mí y por todas las personas a las que ha hecho daño”.

Este joven comenzó hace unos años a formarse en la Escuela de Tauromaquia donde José Mari, como le conocían sus pupilos, se encargaba de impartir clases por las tardes en la histórica Plaza de Toros de Murcia. “Él se aprovechaba de que estuvieses mal de condición física y se ofrecía a ayudarte”. En el caso de este chico no tenía una buen control de la respiración: “Él me propuso prepararme físicamente fuera de la Escuela Taurina y acepté”. Este adolescente aspiraba a dar la vuelta al ruego algún día vestido con el traje de luces y estaba dispuesto a hacer sesiones extra para conseguirlo junto a su maestro: un veterano novillero que no llegó a coger la alternativa como matador, pero al que admiraba porque le estaba formando.

José María O.L., de 69 años

“José Mari nos enseñaba los pases del toreo de salón: a manejar la muleta y el capote”. Eso era la que ocurría dentro del coso murciano porque luego este chico solía hacer footing como trabajo adicional de preparación. En esas sesiones su maestro hacía comentarios extraños: “Alguna vez hablaba de sexo, pero yo le cambiaba de tema”. La inocencia propia de su edad juvenil le hacía a este chico quitarle hierro a esos comentarios y se centraba en su preparación que este diario no precisa cuándo empezó en la Escuela Taurina para no aportar datos que puedan desvelar su identidad.

- ¿Cómo eran las sesiones de entrenamiento?

- Lo normal era salir a correr, ir a ducharnos a su casa y quedarnos a ver corridas de toros.

- ¿Alguna vez estando solos en casa de José Mari él trató de meterse con usted en la ducha?

- No. Nunca. Eso no.

- ¿Su maestro José Mari intentó en su casa abusar de usted mientras veían una corrida de toros?

- ¿Qué le respondo? No quiero entrar en detalles, pero me tocó: abusó sexualmente de mí.

- ¿En cuántas ocasiones?

- Solo una vez.

- ¿Qué hizo usted después de ese presunto episodio de abusos sexuales?

- Me levanté y me marché de su casa sin decir nada.

- ¿Usted denunció lo sucedido?

- No. Yo no tenía pruebas. Era su palabra contra la mía y no me iba a creer nadie porque él era el profesor de la Escuela Taurina. Yo tendría todas las de perder si denunciaba eso sin pruebas: no tenía cómo demostrar lo que había pasado. Lo normal era que la razón se la diesen al profesor y a mi me podría haber expulsado de la escuela en cualquier momento. Tenía miedo de que me echase.

Plaza de toros de Murcia donde José María daba clases a jóvenes de la Escuela Taurina que querían abrirse paso en el mundo del toreo.

Evitaba quedarse a solas con José Mari

Después de este presunto episodio ocurrido en 2019 y que figura entre la documentación del caso que investiga la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, este adolescente prosiguió acudiendo a los entrenamientos de la Escuela Taurina y a las sesiones particulares que le impartía su maestro José Mari fuera de las instalaciones del coso de la capital. “No podía dejar de ir a entrenar porque era una obligación para que no me echase de la escuela. Yo lo que procuraba era no quedarme a solas con él y nunca más volví a ir a su casa: solo nos íbamos a corríamos por la calle porque había gente y ahí no podía hacerme nada”.

- ¿Qué sentía usted cuando se acercaba su maestro José Mari para explicarle algo?

- Angustia.

- ¿Se le volvió a insinuar?

- Varias veces, pero yo cortaba y me iba.

-¿Le contó algo de lo sucedido a sus padres?

- No quería contárselo a mi familia para no hacerles daño. Mis padres se han enterado de todo después de la detención del profesor durante la semana pasada: entonces se lo conté. Mi madre no me dijo nada, simplemente, se puso a llorar y mi padre me dijo que si se llega a enterar antes podría haber pasado cualquier cosa.

- ¿Cómo se sintió usted después de que la Policía Nacional arrestase a José Mari?

- Una vez que está detenido, siento una liberación por el hecho de que cuando vuelva a la Escuela de Tauromaquia a entrenar no le veré la cara a esta persona, porque todo el daño que ha hecho lo va a pagar y sobre todo no va a seguir haciéndole daño a nadie más.

Alumnos y padres de exalumnos de la Escuela Taurina de Murcia han asegurado a este diario que la investigación abierta por la UFAM de la Policía Nacional se inició después de que una persona presentase una denuncia contra el mencionado maestro taurino: “Parece ser que alguien actuó de forma anónima y aportó un listado de posibles víctimas”. Fuentes policiales han confirmado a este diario que la investigación sigue abierta porque los agentes sospechan de que José María supuestamente abusó de más de una decena de personas: “Parece ser que pudo haber más afectados porque la víctima más antigua ha denunciado hechos ocurridos hace 14 años”.

La edad de las diez víctimas -tanto chicos como chicas- que hasta ahora han corroborado ante la Policía Nacional haber sufrido presuntos episodios sexuales, oscila entre los 11 y los 27 años. La hipótesis de los investigadores de que José Mari supustamente abusó de más personas no es descabellada porque llevaba décadas vinculado al mundo del toro en la Región de Murcia. “José María llegó a ser novillero sin caballos, nunca llegó a tomar la alternativa como matador, y durante su carrera profesional no hizo nada relevante: era un torero de arte que iba justito de valor”, resume un experimentado cronista taurino desde el anonimato. “Le conocía personalmente”.

Camilla plegable intervenida por la Policía Nacional donde el maestro de la Escuela Taurina de Murcia supuestamente masajeaba a sus alumnos.

Conchi Ríos y Juan Belda

Al no triunfar en los ruedos acabó trabajando como vendedor de coches mientras comenzó a ejercer como una especie de cazatalentos taurino. “La alumna más destacada que tuvo fue Conchi Ríos: ella entró en la Escuela Taurina de Murcia cuando tenía unos 14 años, pero no le hacían caso porque tenía algún kilo de más, entonces ella se marchó y José María contactó con el abuelo”.

Este crítico cuenta que el exnovillero también tenía conocimientos como preparador de corredores de maratón y se valió de ello para convencer a la failia de que podía poner en forma a Conchi Ríos, una adolescente nacida en 1991 en Murcia ,y que años después en 2011 acabaría pasando a la historia como la primera mujer que abría la puerta grande de la plaza de toros de Las Ventas tras cortarle dos orejas a un astado. “José María entrenó a Conchi durante un año hasta que ella se marchó a Andalucía para seguir formándose en su carrera”.

El otro gran fichaje con el que este exnovillero siguió labrándose un nombre en los ambientes taurinos de la Región de Murcia fue la joven promesa Juan Belda (Fortuna, 1989). “También fue el preparador físico de Juan Belda al que logró hacer debutar como matador en la plaza de Toros de Murcia en 2008”. La carrera de José María como preparador fue mejorando año tras año hasta que llegó a la Escuela de Tauromaquia después de que el afamado exmatador de toros Pepín Liria asumiera en junio de 2012 la dirección artística de la mencionada institución docente.

“José María era un hombre de la total confianza de Pepín Liria por eso lo que ha sucedido ha sido un shok para todo el mundo”, sentencia este cronista. Tal afirmación es corroborada desde el anonimato por otro alumno que ha declarado ante la Policía Nacional -en calidad de testigo- y que también ha aceptado hablar con EL ESPAÑOL sobre el exnovillero: “Por mucho que lo quieran negar, José Mari era el profesor encargado de darnos las clases y esto nos ha impactado mucho”.

Este adolescente también aspira a convertirse en figura del toreo y detalla que “el maestro Jose Mari” había dividido en dos grupos a los alumnos: “Uno era el de los pequeños, eran cinco o seis, de entre 11 y 13 años, y a ellos los metía en el ruedo de la plaza de Toros para darles clase, mientras que a los mayores, que éramos unos treinta, de 17 a 19 años, nos solía llevar al patio de cuadrillas”.

- ¿Alguna vez notó algo extraño en las clases que daba José Mari?

- A veces, con la excusa de corregirle la postura con la muleta a una compañera le tocaba el culo o le ponía la mano en sitios comprometidos como la ingle (...). A una alumna, de unos 13 años, le estuvo midiendo las pulsaciones poniéndole la mano en los pechos (...). A muchos alumnos nos destrozaba psicológicamnete porque nos decía: Tú no tienes valor o No tienes cojones  (...). A los mayores, cuando se enterada de que alguna tenía novia le soltaba: Estás clavando la púa y estás desconcentrado (...). En alguna ocasión nos dijo que teníamos que ir a su casa a ver las corridas de toros (...). En otras ocasiones, a la plaza de Toros venían alumnas Erasmus a conocer el mundo de la tauromaquia, eran chicas de Inglaterra y de Francia, y José Mari se ponía con ellas a torear, se restregaba y les ponía la mano por debajo de la cintura (...).

- ¿Por qué no denunciaban los alumnos a la dirección de la Escuela Taurina o a sus padres lo que presuntamente hacía este profesor durante sus clases?

- No denunciábamos por miedo porque lo único que queríamos era ser toreros.

Las gestiones desarrolladas por la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) desde que el 3 de septiembre recibió el soplo de los supuestos episodios que se estaban viendo en la Escuela de Tauromaquia, les llevó en menos de una semana a los agentes a proceder a la detención del maestro exnovillero por su presunta vinculación en delitos de agresión y abuso sexual, lesiones psicológicas, pornografía infantil, exhibicionismo, coacciones y provocación sexual. “Según las gestiones practicadas por los investigadores, el detenido utilizaba la falsa pesquisa de la enseñanza a través de vídeos en su propio domicilio con los niños y, con las niñas, la realización de masajes terapéuticos”, tal y como ha asegurado la Jefatura Superior de Policía en un comunicado que ha sacado a la luz el mayor escándalo en la historia de la institución docente taurina de la Región de Murcia.

El maestro de los alumnos de la Escuela Taurina de Murcia, José María O.L., de 69 años, custodiado por dos agentes de la Policía Nacional.

Habla el abogado: “Mi cliente se declaró inocente”

Los investigadores llevaron a cabo un minucioso registro del domicilio familiar en el que el detenido, José María O. L., residía junto a su esposa y su hijo. En el inmueble, situado en el céntrico barrio murciano del Infante Juan Manuel, los miembros de la UFAM localizaron una camilla que podría ser la que utilizaba para perpetrar sus presuntos masajes de tipo sexual a alumnos de ambos sexos.

El magistrado David Castillejos, titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia, ordenó este viernes el ingreso en prisión del detenido y el secreto de sumario del caso. Manuel Martínez, abogado defensor del exnovillero, ha declinado pronunciarse sobre las supuestas acusaciones contra su cliente: “No voy a hacer declaraciones porque no quiero entrar en una batalla periodística paralela a la jurídica”. Martínez ha mostrado su “respeto” a la decisión adoptada por el juez y ha avanzado que recurrirá ante la Audiencia Provincial de Murcia el auto de ingreso en prisión provisional del exnovillero sexagenario y profesor de la Escuela Taurina: “Pelearemos con los medios procesales oportunos y recurriremos su ingreso en prisión. Mi cliente se ha declarado completamente inocente”.