Todo por la Patria es el lema que representa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español históricamente y que tiene su origen durante la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico en el S.XIX -que tuvo lugar desde 1808 hasta 1814-. Desde 1937 se encuentra grabado en los cuarteles del Ejército y de la Guardia Civil de todo el país y ahora podría verse sustituido por un nuevo mensaje -Todo por la democracia- de salir en adelante una propuesta realizada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Un cambio que podría suponer más de 460.000€ al gobierno y que ha supuesto la crispación de todas las asociaciones. 

Desde la asociación dedicada a la defensa de la memoria de las víctimas de la dictadura argumentan que este lema fue impuesto por parte de los artífices del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Y que, por tanto, al emplear el término "patria" se está aludiendo a un concepto que no dice nada acerca de "la forma política o los derechos civiles".

Sin embargo, la posición de la Guardia Civil y el Ejército es la de no sentirse identificados con ninguna ideología política y consideran el lema Todos por la patria como el "más constitucional" a la hora de representarles.

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Según la Real Academia Española, la patria se considera la "tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos". Pero hay que conocer la historia previamente para poder comprender de dónde surge el término de la patria y su uso actual

Historia

Durante la Guerra de la Independencia -en la que el ejército español luchó contra la Invasión Napoleónica- la idea de la patria surgió como un concepto revolucionario, con el que los soldados ya no sentían que batallaban para una persona o un rey, sino que luchaban por su patria, es decir, por su país y los ciudadanos que lo habitaban. 

A raíz de ello, la Constitución española de 1808 estableció expresamente que todo español debía defender a "la patria con las armas" y años más tarde, en 1820, se estableció el Himno de Riego como canto oficial del país -en cuya letra se leía: soldados, la patria nos llama a la lid-. Algo que se mantuvo de manera no oficial durante la Segunda República española e incluso perduró entre las instituciones que se encontraban en el exilio tras el golpe de Estado.

En 1937 el general franquista Germán Gil Yuste se apropió de esta terminología e hizo obligatoria la inscripción del Todo por la patria en los cuarteles del país. Sin embargo, no sería correcto asociar su origen a esta medida, así como identificar la patria con la dictadura franquista y sus consecuencias.

Actualmente la Constitución recoge en su artículo 8 que las Fuerzas Armadas deben "garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Y así es como identifican sus integrantes la concepción de la patria y por lo que defienden su lema como un "término constitucional", tal y como señala Lucía Llano, la presidenta de la RAGCE -Retirados Asociados de la Guardia Civil de España-. 

Desde la asociación defienden que la Guardia Civil está formada por ciudadanos independientes, en la que cada persona posee una ideología propia y un pensamiento libre e individual. Y consideran que se les está "derivando a una vertiente política" que no les representa y que se está asociando equívocamente con el término de "patria".

"Los guardia civiles juramos lealtad al Rey, a España y a la Constitución y nos debemos a los ciudadanos españoles y a todas aquellas personas que residen en nuestro país", indica Llano, que opina que no hay una leyenda más democrática que la que se puede leer actualmente a la entrada de los cuarteles de la benemérita. 

Desde la RAGCE señalan que el hecho de alabar el Todo por la democracia puede dar a entender que "no hubiera democracia en España" o que, en un caso peor, pudiera llegar a perderse. "¿Acaso corre riesgo la democracia?", pregunta Llanos, para la cual vivir en un estado democrático implica poder gozar de una "libertad", pero también "respetar las opiniones de los otros" y "proteger nuestro país".

"Todos los españoles deberían estar orgullosos" opina Llanos, para la cual tanto la patria como la bandera se encuentran muy desvirtuadas. "Somos españoles, no fachas. No pueden tachar de fascista a todo el que vista la bandera de su país", recalca la presidenta de la asociación de guardia civiles, que critica además la falta de conocimiento acerca de la "historia" y de lo que "significa realmente la democracia". 

Cambio de lema

Pero más allá de la crispación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por la significación política, otras preguntas resuenan entre los comentarios. ¿Es el momento de realizar esta propuesta? ¿Y cuánto dinero le costaría al gobierno?

La propuesta del cambio de lema es algo recurrente desde hace años. Ya en 2010 la Asociación Unificada de Guardia Civiles de Málaga (AUGC) apoyaba esta propuesta realizada por la ARMH de retirar la frase de todas las fachadas y sustituirla por un cartel en el que se leyera: Guardia Civil. Ministerio de Interior -sin más identificación política o simbólica-.

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Sin embargo, muchos consideran que más que nunca ahora -tras una cuarentena que ha mantenido el país paralizado durante meses y en mitad de una crisis económica y social producida por la pandemia- quizás no sea el momento de plantear este tema que divide aún más a la sociedad y que no ocupa "lo que es realmente importante".

Todo ello unido al coste que supondría realizar estas modificaciones, que supondrían en muchos casos obras de restauración de las fachadas -dado que muchos de los lemas están tallados en la piedra de las fachadas-.

De esta manera, y calculando únicamente el caso de los cuarteles de la Guardia Civil en los que se encuentra la frase plasmada -que también puede encontrarse en los cuarteles del ejército y sus casas cuartel- se estaría hablando de un total de aproximadamente 2.300 fachadas que tendrían que ser modificadas -además de las leyendas que se pueden encontrar en el interior de los mismos e incluso en algunas de las estancias-.

El coste de estas modificaciones -que varía dependiendo de si se tratase de una obra mayor, de solo la retirada de un cartel o de repintar una pared- se aproxima a los 200€, tal y como indican desde las empresas de obra. Lo que supondría, como mínimo, una inversión de 460.000€ solo en la cara exterior de los edificios de la Guardia Civil.

Aunque por ahora es solo una propuesta, la mayoría de asociaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se posicionan públicamente en contra de modificar el lema que forma parte de su historia y creen que llevarlo adelante supondría "gastos innecesarios" y les tacharía para siempre con esa "identificación política" que sufren a día de hoy.

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