El 25 de febrero de 2020, hace ya más de tres meses, un matrimonio encontró forzada la puerta de su chalet en la pedanía de Los Cojos de Requena (Valencia). La pareja llamó a la Guardia Civil. Dos patrullas acudieron al inmueble a los pocos minutos. Dentro, un varón los recibió con una escopeta recortada en mano. Logró huir encañonando a los agentes. Desde entonces, se le busca sin éxito por los montes de la comarca de Los Serranos, a cuyas poblaciones mantiene en vilo

Al fugitivo se le conoce como el Rambo de Requena. Tiene entre 35 y 40 años, y ronda el metro y ochenta centímetros de altura. Desde que se mantiene huido va ocupando casas vacías o abandonadas y muestra un gran dominio para moverse por caminos y sendas agrestes. La Guardia Civil lo describe como un hombre “de complexión delgada, alto, moreno, con rostro delgado y nariz pronunciada y fina, que viste con sudadera blanca y pantalón oscuro y que habla un castellano sin acento reconocible”.

El delincuente se instala en las viviendas que asalta. En ellas se asea y cocina lo que encuentra. Va armado con una escopeta y roba vehículos para desplazarse. No tiene mucha pericia al volante ya que ha protagonizado varios accidentes. En uno de esos robos retuvo al conductor durante tres horas. Acabó huyendo campo a través. c

Guardia Civil, policías locales y brigadas forestales de la zona se empeñan en darle caza. Se le atribuyen robos con violencia e intimidación. En algunas de las casas en las que entró había ballestas o escopetas antiguas de caza que intentó manipular. No lo consiguió.

A mediados de mayo, el Rambo de Requena sustrajo un vehículo rojo de la marca Land Rover al enólogo Juan José Martínez, de la bodega Terra D’art. El fugitivo disparó en el pecho y en una oreja al propietario del coche cuando éste trató de detenerlo. Uno de los disparos lo efectuó a través de la ventanilla del conductor. Otro, tras bajarse del todoterreno. La víctima no sufrió heridas de gravedad porque su atacante había trucado los cartuchos de la escopeta para quitarles el plomo.

El fugitivo consiguió huir, pero se estrelló en un árbol a unos cuatro kilómetros de distancia de la bodega. En el vehículo olvidó un macuto con refrescos, latas de sardinas, atún y medicamentos. Ahora, a diferencia de la foto que se ha distribuido, presentaría barba poblada y llevaría el pelo más largo.

Se sospecha que el individuo podría sufrir una enfermedad mental, aunque no se medicaría. La Guardia Civil ha podido cotejar su identidad gracias a las huellas dactilares que dejó en la casa que asaltó y donde durmió varios días, y en el Land Rover Discovery que robó al bodeguero. 

Los agentes sospechan que el ladrón se esconde en algún lugar abrupto de la sierra después de haber cogido víveres en tres casas que asaltó, donde se ha ocultado durante el confinamiento.

La búsqueda de el Rambo de Requena se ha extendido desde el viernes de la semana pasada a la provincia de Teruel. Varias patrullas de la Guardia Civil han realizado batidas en los montes de pueblos turolenses limítrofes con la provincia de Valencia.

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