Alberto P. (35) no pudo soportar que le despidieran como técnico de mantenimiento en el Hospital Royo Villanova, en Zaragoza. Y ese día, el 13 de noviembre de 2019, decidió planificar su propia venganza contra quien le había echado y el propio centro sanitario. Tras planearlo todo, conociendo cada movimiento de su objetivo, el pasado lunes, 6 de abril, este licenciado en Ingeniería esperó a su exjefe a la salida de su garaje a primera hora de la mañana y le pegó tres disparos en el pecho, que a punto han estado de acabar con su vida. 

Su ajuste de cuentas, no obstante, no se quedó ahí. Tres semanas antes llevó a cabo un sabotaje eléctrico en la planta que se había habilitado en el hospital para los infectados de COVID-19. Lo que hizo que durante algunos segundos los enfermos graves, que necesitaban de respiradores enchufados a la luz para sobrevivir, no pudiesen emplearlos. 

Dos hechos sobre los que no se encontró responsable hasta este miércoles, cuando la Policía Nacional tras atar cabos detuvo a este zaragozano por un delito de homicidio en grado de tentativa. Cuando circulaba a bordo de una furgoneta por una calle de la capital aragonesa y en cuyo interior los agentes, que ya seguían sus pasos, encontraron material para fabricar explosivos, según cuentan fuentes policiales a EL ESPAÑOL. 

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Aragón comenzó a seguirle la pista desde que la víctima, que abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hace unos días, comunicase a los gentes que aunque iba encapuchado y vestido de negro, sabía quien había sido su agresor, el ahora detenido. Para su huida, el día de los hechos, el arrestado había empleado incluso distintos vehículos con matrículas falsas. 

Estas mismas fuentes apuntan que el procesado fue despedido de su puesto de trabajo tras no superar el periodo de prueba establecido en su contrato. Tras conocer la noticia, este zaragozano empezó a golpear varias puertas y amenazó de manera violenta a sus superiores. 

Investigación

Alberto P., según ha podido saber este periódico, es oriundo del municipio zaragozano de Morata del Jalón, de donde desciende también toda su familia paterna. Allí, el detenido dedicaba su tiempo a la escalada de montaña y a la apicultura, para lo que contaba con diversos terrenos repartidos por los municipios de Chodes y Arandiga, cercanos al lugar de residencia de esta familia zaragozana. No obstante, su vivienda habitual se encuentra en la capital zaragozana. 

El arrestado, entre tanto, también participó hace dos años en el programa de televisión First Dates, donde acudió, sin éxito, a buscar pareja y en el que se definió como alguien "personal y poco convencional". 

La investigación policial se agilizó una vez pudieron hablar con la víctima, pero también tras descubrir que varios juzgados estaban investigando sucesos ocurridos en el Hospital zaragozano en los últimos meses. 

El primero fue el sabotaje al sistema eléctrico que provocó un corte del suministro en varias zonas del centro, entre ellas la planta Covid-19 del hospital, el 17 de marzo. Solo tres días después de que el Gobierno decretase el estado de alarma en todo el país. 

Historial delictivo

Algo que llevo a los sanitarios, según publica El Periódico de Aragón, a atender de forma urgente a los pacientes porque les faltaba el aire. Una actuación heroica para la que ni siquiera tuvieron tiempo de ponerse los equipos de proyección (EPIS), y por lo que estuvieron más expuestos al contagio del virus. 

A este hecho delictivo se suma un pregunto delito de acoso, denunciado por una empleada del hospital, por el que tiene una orden de alejamiento solicitada. Y que, además, está esperando una sentencia por amenazas de muerte por las que fue juzgado el delincuente. Esta sanitaria, precisamente, fue la que comunicó a los agentes que este exempleado había podido acceder al cuarto de mandos de luz del hospital, tras haber hecho una copia de la llave del mismo. 

Además, el detenido tiene otra denuncia por los daños causados en el vehículo de la jefa de Servicio de Personal del Hospital Royo Villanova, que tuvieron lugar el pasado 30 de marzo. 

Registros

Tras recabar toda la información, los agentes procedieron a su arresto el miércoles pasado y a realizar el registro de su vivienda, en Zaragoza, y en las propiedades que tiene en las localidades zaragozanas de Morata de Jalón y Arandiga. En una de ellas, según fuentes policiales, encontraron varias notas en las que el pregunto homicida tenía apuntados todos los movimientos de su exjefe. 

Alberto P. G. disparó a la víctima a las 07.15 horas, cuando salía de su casa de camino al trabajo. El detenido, vestido de negro, se antepuso en su camino para evitar que arrancara, se acerco a la vivienda y le disparó tras una breve discusión, según apunta el regional aragonés. El agresor empleó una bicicleta para que el herido pudiese ir tras él. La víctima quedó tendida en el suelo hasta que fue asistido por la UVI de Bomberos de Zaragoza que le trasladó al hospital, donde tuvo que ser operado de urgencia

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