Desde hace semanas, día sí, día también, usted ve el rostro, escucha la voz y lee el nombre de Fernando Simón en telediarios, radios y periódicos. El director del Centro de Alertas y Emergencias sanitarias se ha convertido casi en un miembro más de las casas de millones de españoles tras despertarse el brote del coronavirus en el país.

Resulta tan conocido que en los últimos días le han pedido autógrafos y fotos por la calle e, incluso, en Late Motiv, el programa de Andreu Buenafuente, ya lo parodian. De manera sarcástica, su imitador, Raúl Pérez, daba algunos consejos para evitar el contagio: “Evitar, en la medida de lo posible, estar en la misma orgía que un infectado o infectada".

Pero, ¿quién es, en realidad, ese hombre que en las últimas semanas tiene jornadas laborales casi interminables y cuyo rostro, ojeroso y en ocasiones con barba de un par de días, le cuenta al país el avance del coronavirus?

Así es Fernando Simón, un médico de voz ronca, que rehúye de los trajes y la vestimenta formal y que, como no tiene redes sociales, le pide a su mujer y a sus hijos que le cuenten qué se dice de él en Twitter.

Hijo de psiquiatra

Fernando Simón nació en Zaragoza. Tiene 59 años. Desde bien pequeño quiso estudiar Medicina. Era su vocación temprana. Estudió en el colegio privado y bilingüe Montearagón. Su padre fue el psiquiatra maño Antonio Simón, un médico muy reputado en la capital aragonesa. 

Estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza, aunque luego terminó de formarse en Inglaterra y Francia. Hoy está al frente del Centro de Alertas y Emergencias sanitarias, en gran medida, porque se diplomó en Epidemiología en la London School of Hygiene and Tropical Medicine. Durante un tiempo ejerció su profesión en pueblos de Huesca y en Zaragoza capital, pero pronto quiso salir de España.

La guerra de Burundi

Desde joven sintió el afán por ayudar a los más necesitados. A través de varias ONG, este médico menudo, enjuto y de pelo cano trabajó en distintos países de África, América Latina y Europa. Le ayudó su capacidad para aprender otras lenguas: domina seis idiomas.

En el continente africano, donde estuvo casi nueve años junto a su mujer, la cientítica María Romay-Barja, trabajó en el Hospital de Ntita, en Burundi, y en el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de Manhica, en Mozambique, especializado en el estudio de la malaria, el sida o la tuberculosis. 

Guatemala, Ecuador, Burundi, Mozambique… Y Francia. En concreto, París. En la capital gala trabajó en el Instituto de Vigilancia Epidemiológica. Antes, en Burundi, tuvo que sortear los obstáculos y deficiencias de una país pobre y una sanidad precaria y, además, la guerra que se vivió allí entre 1993 y 2005. Por aquel tiempo era voluntario de Médicos Mundi. 

Fernando Simón rodeado de jóvenes en Burundi. Marco Pascual

El artista oscense Marco Pascual fue testigo del trabajo de Simón en Burundi durante una semana en 2001, cuando la contienda todavía no había estallado y el país vivía una guerra de guerrillas. Lo contó recientemente en Diario del Alto Aragón. 

“Fernando pasaba consulta a unos 120 pacientes diarios por las mañanas, y en la tarde se ocupaba de los 60 pacientes que regularmente tenía ingresados el hospital, entre enfermos y parturientas. Los medios a su disposición eran escasos y anticuados, que él hacía eficientes, sacándole a lo poco que disponía el máximo rendimiento. Su equipo de trabajo se componía de trece enfermeras y un enfermero encargado del laboratorio, todos formados en el propio hospital. Fernando era el único médico, en él recaía todo el trabajo, todas las funciones y decisiones, sin tener un sólo día libre a la semana".

Casado y con tres hijos

Fernando Simón está casado con María Romay-Barja, científica especializada en enfermedades tropicales y hoy community manager de la Red de Investigación Cooperativa en Enfermedades Tropicales (RICET) en el Instituto de Salud Carlos III. 

Ahora, Simón, que no tiene redes sociales, le pregunta a su mujer y a sus hijos qué se dice de él en ellas. La familia vivió hasta 1998 en África, cuando decidieron volver a España. El propio Simón reconoció que quería que los chicos vieran más a sus abuelos, aunque el pequeño, que tiene 10 años, nació en Europa.

Profesor en el Instituto Carlos III

Entre 2003 y 2011, Fernando fue jefe de la Unidad de Alerta y Respuesta del Instituto Español de Salud Carlos III. Al año siguiente se incorporó como coordinador nacional de los organismos españoles del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Además, desde 2014 es director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y da clases en la Escuela Nacional de Sanidad, integrada en el Instituto Carlos III.

Al frente de la crisis del ébola

Quizás algunos españoles lo recuerden de cuando en 2014 el virus del ébola llegó a España -y con él el pánico- tras la muerte de dos misioneros y el contagio de una auxiliar de enfermería. Fue Fernando Simón quien le explicó al país la evolución del problema sanitario.

Va en moto al trabajo

Fernando Simón reside junto a su familia en el barrio madrileño de Barajas. Va al trabajo en moto -lo tiene en el Paseo del Prado- y es un apasionado del montañismo y de la escalada. 

Metódico, cercano, conciso y desprovisto de la verborrea de algunos políticos, no duda en reconocer sus propios errores, como cuando hace unos días pidió perdón a la Iglesia Evangélica de Leganés por una frase equivocada: "Uno de los brotes de Torrejón está asociado a un grupo religioso", llegó a decir Simón, es "una comunidad evangélica". 

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