Murcia

Hace cosa de un mes, representantes de la Academia General del Aire (AGA) de San Javier acudieron al instituto Alfonso X de Murcia para impartir una charla a los alumnos sobre el Ejército como una opción laboral.

Diego, profesor de Geografía e Historia, se topó en el patio con un grupo de seis estudiantes, de 15 años, que estaban haciendo pellas mientras disputaban una pachanga: “Como la conferencia era una actividad complementaria, les pregunté si sus padres habían firmado el pin parental oponiéndose a que asistieran, pero ellos me confesaron que no habían traído la autorización porque sabían que así no tenían que asistir a la ponencia y se pusieron a jugar al fútbol”.

Esta situación que expone este docente es sólo un ejemplo de cómo algunos estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de primero de Bachillerato de los institutos de la Región de Murcia están aprovechando el pin parental como salvoconducto para hacer pellas: unas veces lo consiguen y en otras ocasiones les pillan con las manos en la masa.

“Los adolescentes saben que si no entregan la autorización paterna no pueden asistir a ninguna actividad complementaria que organice el centro”, alerta Diego, tutor de segundo de Bachiller bilingüe en el IES Alfonso X.

El pin parental permite a los padres mostrar su conformidad o disconformidad para que sus hijos asistan a actividades complementarias, como conferencias, excursiones, talleres, proyecciones audiovisuales o representaciones teatrales, que imparte personal ajeno al claustro de profesores de colegios e institutos.

La temática de tales actividades versa sobre seguridad vial, medio ambiente, sexualidad, acoso escolar, violencia machista, ludopatía, igualdad de género o inmigración, entre otras áreas que son evaluables porque se incluyen en el Proyecto Curricular de Centro y en la Programación General Anual. “La situación es totalmente kafkiana: ahora los alumnos tienen que presentar el permiso hasta para asistir a un curso sobre reciclaje o para plantar unos árboles”.

Modelo de pin parental que tienen que entregar los docentes de un colegio de Cartagena

Todo ello ocurre desde que en septiembre la Consejería de Educación emitió una instrucción instando a colegios e institutos a tramitar de manera obligatoria esa autorización para que los padres den el visto bueno a la participación del alumnado en cualquier actividad complementaria.

Pero como dice el refranero, hecha la ley, hecha la trampa, tal y como corrobora Manuel, profesor del IES Juan Carlos I de Murcia: “Los estudiantes que están en riesgo de sufrir fracaso escolar son los que aprovechan para no presentar esta autorización y eludir su asistencia a las charlas”.

Los profesores tienen que estar ojo avizor para evitar los novillos del alumnado y cuando les pillan todos recurren a una excusa de manual: “Se me ha olvidado en casa el pin parental”.

Valga como ejemplo lo sucedido en el IES Mediterráneo de Cartagena donde 12 adolescentes esgrimieron dicho argumento y al no presentar la citada autorización se libraron de una conferencia de un profesor de la Universidad Politécnica. Más de lo mismo ocurrió en otro instituto de la Comarca del Noroeste donde un policía que había sido invitado a impartir una ponencia sobre bullying se encontró el aula a medio gas.

“He hablado con compañeros de una decena de institutos de Murcia y este curso la oferta de actividades complementarias se ha reducido en sus centros una media del 35%: no tiene sentido trabajar para traer a profesores de universidad, técnicos y representantes de colectivos, para que luego no haya participación en clase”, lamenta Manuel, del IES Juan Carlos I.

Este docente organizó el pasado curso una actividad en la que dos senegaleses acudieron al centro para explicar a sus alumnos de Secundaria todas las dificultades que afrontaron para llegar a España, pero tras la entrada en vigor del pin parental no tiene claro si repetirá la experiencia: “Vista la situación, hay que replantearse las conferencias relacionadas con la inmigración”.

Temáticas en la diana de la ultraderecha

El sindicalista de Comisiones Obreras Diego Fernández confirma que algunos docentes no organizan ciertas actividades complementarias “para evitar estar en el disparadero y tener conflictos con las familias”. Esto se debe a que Vox ha impulsado la implantación del pin parental en la Región y la ultraderecha tiene en la diana contenidos sobre sexualidad, inmigración, colectivos LGTBI y violencia de género.

De hecho, el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en varios institutos de Murcia se suprimieron ciertas actividades para evitar tensiones con el partido de Santiago Abascal. “Habrá actividades que a final de curso desaparecerán”, vaticina Fernández.

Paqui López, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos Juan González, comparte la opinión de Comisiones Obreras: “En varios centros se está disminuyendo la oferta de actividades porque el profesorado no quiere entrar en conflicto con algunos padres”.

La FAPA Juan González es la mayor de la Región porque está presente en 500 AMPAS y se ha posicionado contra el pin parental: “Esta medida afecta al derecho de nuestros hijos a recibir una educación integral, las familias queremos participar en los proyectos educativos de centro, pero no así porque el pin parental contribuye a ideologizar las aulas”.

Tras numerosos años de lucha sindical, Diego Fernández admite apesadumbrado que ése es el panorama con el que está lidiando la profesión docente en la Región desde que arrancó el curso actual: “Es la política del miedo, Hazte Oír ha anunciado demandas contra equipos directivos y docentes que no apliquen el pin parental y no verifiquen que los padres autorizan a sus hijos”.

Desde UGT, Alfonso Vera apunta que otro efecto colateral de la instrucción de la Consejería de Educación consiste en que “algunos institutos están retrasando la ejecución de la programación de actividades complementarias porque están asustados de ser expedientados por Educación o denunciados por los padres”.

Tal temor se debe a que una actividad complementaria no es una actividad extraescolar porque se realiza durante la jornada lectiva y al tratar sobre contenidos curriculares evaluables todos los centros, por ley, están obligados a garantizar que ese temario llega por otra vía a los alumnos que no asistan a esas actividades por la negativa expresa de sus padres.

“Los estudiantes que no acuden a las charlas no cumplen los estándares de algunas asignaturas, pero la Consejería no aclara cómo hay que evaluarlos y en muchos centros están retrasando la programación porque no saben qué hacer”.

Custodiar papeles a mansalva

El pin parental también supone una sobrecarga de trabajo para los docentes desde su entrada en vigor en el curso 2019-2020. “Vamos atrofiados de labor burocrática”, resume de forma gráfica Diego, profesor del IES Alfonso X.

En este centro de Murcia hay una media de 30 alumnos por clase y cada vez que Diego desarrolla una actividad complementaria tiene que rellenar el modelo tipo de pin parental: “Tengo que poner el título de la actividad, hacer una breve descripción de los objetivos y contenidos, tengo que indicar qué personas intervendrán, la fecha, la hora y el lugar, tengo que repartirlo entre los alumnos y recogerlo antes de la actividad para hacer un recuento de los que pueden asistir para entregárselo al jefe de estudios para ver quién se queda con los estudiantes no autorizados”.

Alumnos del instituto Alfonso X de Murcia plantando árboles en el entorno del estadio La Nueva Condomina. Cedida

Los alumnos que presentan un ‘pin’ negativo perjudican la organización de los centros porque tanto colegios como institutos están obligados a garantizar que el tiempo que dura la actividad complementaria, sea una conferencia de una hora o una excursión durante toda la mañana, el estudiante en cuestión tiene que recibir clase de las asignaturas contempladas en el horario lectivo. Y esto plantea un nuevo problema: faltan docentes en las plantillas.

“Desde 2012, a causa de la crisis, hay 3.300 profesores menos en la Región”, apunta Alfonso Vera, de UGT, como prueba fehaciente de que la Consejería no tuvo en cuenta que en colegios e institutos falta personal para atender al alumnado que no acude a una actividad: bien por la negativa de sus padres o porque se le ha ‘olvidado’ el pin parental.

“Las familias ahora también pueden denunciar al centro si no le garantiza que su hijo recibe clase durante la actividad complementaria a la que no asiste”, advierte el sindicalista Vera. A pie de colegio, Mari Carmen, profesora de Primaria en Alcantarilla, corrobora estas dificultades detallando que cuando se encuentran con un grupo de niños que no asisten a una actividad por la negativa de los padres se les garantiza la atención tirando del profesor de apoyo.

“Esto supone que se deja de atender a escolares con retraso curricular para que los otros no estén de brazos cruzados”, lamenta Mari Carmen. “La gente no se queja y saca los pies del tiesto por miedo a que su centro sufra represalias”.

En los institutos también hacen encaje de bolillos para afrontar las alteraciones que esta instrucción les provoca a nivel organizativo. En algunas ocasiones se juntan varios alumnos de distintos cursos de la ESO que no acuden a una simple charla y si en ese momento el centro no tiene suficientes profesores de guardia disponibles para los distintos niveles de esos estudiantes, la solución más recurrente es agruparlos con el jefe de estudios para evitar que hagan pellas. “Se dedican a hacer los deberes”, confirma Alfonso Vera, delegado sindical de UGT.

Inseguridad jurídica

El profesorado consultado por este diario critica que el pin parental no sólo genera carga burocrática y afecta al nivel organizativo de los centros, sino que además repercute en el gasto corriente de papel de colegios e institutos. “Es un derroche de fotocopias porque antes, justo al inicio del curso, se le entregaba a los padres una autorización genérica que firmaban una vez y valía para todo el año, pero ahora los llevamos acribillados a papeles”, resume con ironía Mari Carmen, de Educación Primaria.

Tanto la presidenta de la Asociación de Equipos Directivos de Centros Públicos de Colegios de Infantil y Primaria, Mariola Sanz, como el presidente de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Secundaria de la Región, Raimundo de los Reyes, coinciden en denunciar que el pin parental está provocando “inseguridad jurídica” en la labor del profesorado.

“Las actividades complementarias que se organizan dentro de los centros son de asistencia obligatoria, tal y como recoge la orden que regula la organización curricular y el decreto de currículo de colegios e institutos, por ello la Consejería de Educación debe aclarar qué tienen que hacer los profesores cuando los padres se niegan a que un alumno no asista a una conferencia dentro del centro”, argumentan ambos presidentes.

De los Reyes y Sanz sostienen que la citada orden tiene mayor rango que la instrucción sobre el pin parental que emitió la Consejería y se está creando inseguridad jurídica en los centros porque el profesorado debería obligar al alumnado a asistir a todas las actividades complementarias, pese a la negativa de sus padres, siempre y cuando éstas se desarrollen dentro del recinto educativo. “Vamos a presentar un escrito para que aclaren el contenido de la instrucción del pin”.

Desde estas dos asociaciones que representan a directivos de colegios e institutos de toda la Región se recuerda que el ‘pin’ no contribuye a ofrecer más información a las familias, entre otros motivos, porque las actividades complementarias son aprobadas por el claustro, presentadas en el consejo escolar donde están representados los padres, y son supervisadas por la inspección de la Consejería de Educación. “Esto no tiene sentido: la programación anual se publica hasta en la web de los centros”.

Las quejas del Foro de la Familia

El pin parental tiene levantados en armas a docentes y políticos. El germen de esta medida son las quejas que en 2018 realizó el Foro de la Familia contra las charlas que impartía el Colectivo No te prives para educar a los estudiantes de algunos institutos en diversidad afectivo-sexual, así como para prevenir el acoso y la homofobia. La Consejería de Educación de Murcia apaciguó el malestar de las familias conservadoras accediendo a que los alumnos acudiesen a las charlas previo permiso paterno.

La irrupción de Vox en la Asamblea Regional en esta legislatura ha dotado de mayor calado a ese permiso convirtiéndolo en el pin parental, tras lograr que la Consejería emitiese la citada instrucción a cambio de que el partido de Santiago Abascal votase a favor del Gobierno murciano de coalición entre PP y Cs.

El siguiente paso para blindar el control de los padres sobre las actividades complementarias a las que asisten sus hijos es articular el ‘pin’ vía decreto. Y Vox ya lo ha conseguido porque el Gobierno regional que conforman populares y naranjas se ha comprometido a hacerlo para el curso 2020-2021, a cambio de que el partido de Abascal respalde los presupuestos autonómicos de este año.

“Me siento humillado al ver que el primer punto de la negociación de unos presupuestos sea el pin parental para que un homosexual no vaya a las charlas de centros”, resume indignado Diego, que en sus más de dos décadas dando clase en el IES Alfonso X de Murcia nunca ha ocultado su condición sexual.

Las charlas que imparte el Colectivo No Te Prives en los institutos es uno de las actividades que está en la diana del pin parental E.E.

“Soy un profesor homosexual con pulsera del arco iris, mis alumnos lo saben y nunca he tenido problemas”. De hecho, el pasado curso un grupo de segundo de la ESO colocó en el aula una bandera con motivo de la celebración del Día del Orgullo LGTBI. En el IES Alfonso X una asociación estudiantil piensa manifestarse contra el pin parental mediante una campaña de pegada de carteles pidiendo respeto y tolerancia a la diversidad. “Voy a colaborar con estos estudiantes”.

-Diego, ¿cómo ha repercutido la aplicación de este permiso paterno en la vida del centro?

-Estos discursos calan y en temas ideológicos estoy viendo discusiones entre alumnos de tercero y cuarto de la ESO sobre la identidad de España. También pillé a un alumno, de 14 años, cantando el cara al sol por el pasillo y le pedí que bajara el tono. En la sala de profesores cuando sale el tema del pin parental algunos se marchan para no discutir.

Manifiesto por la eliminación de la medida

La medida tampoco ha pasado desapercibida en el tejido asociativo murciano. Prueba de ello es la campaña que se ha iniciado en contra del pin parental en Change.org que ya suma más de 120.000 firmas y también se ha difundido un manifiesto que reclama su eliminación. A este documento se han adherido más de cien organizaciones, así como el PSOE y Podemos.

La rúbrica de estos partidos al manifiesto es un reflejo del requerimiento que el Gobierno central, que conforman ambas formaciones, ya ha notificado al Ejecutivo murciano. En el mismo, la ministra de Educación, la socialista Isabel Celaá, le reclama a la Consejería de Educación que restablezca la legalidad y excluya el 'pin parental' de las instrucciones de inicio de curso.

El presidente de la Región, el popular Fernando López Miras, ha calificado el anuncio como “una injerencia”. Este fin de semana el fuego político cruzado ha ido in crescendo durante la visita a Murcia del secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que ha criticado que esta autonomía se haya convertido “en el laboratorio de la ultraderecha”.

El secretario general de los socialistas murcianos, Diego Conesa, apuntaló el mensaje de Ábalos asegurando que “es una vergüenza que esta comunidad sea el conejillo de indias de las políticas reaccionarias de la extrema derecha en España”.

El secretario general del PSOE en Murcia, Diego Conesa, con el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos E.E.

Memes y chascarrillos por las redes

Desde la Consejería de Educación aseguran a EL ESPAÑOL que la puesta en marcha de esta medida no ha causado incidencias ni en colegios ni institutos. La titular de este departamento, María Esperanza Moreno, que además ha ejercido como maestra, defiende abiertamente la aplicación del pin parental en las aulas: “Es una instrucción que está en vigor desde septiembre y no hemos tenido ningún problema, simplemente hemos dado libertad a las familias para que puedan autorizar aquellas actividades que estén impartidas por personal ajeno a los centros educativos porque nosotros somos firmes defensores de nuestros docentes de la Región de Murcia y creemos en el trabajo que están haciendo”.

Imagen de uno de los memes sobre el pin parental que está circulando este fin de semana en las redes sociales. E.E.

Tal argumento no aplaca los ánimos de UGT y Comisiones Obreras. Estos dos sindicatos avanzan que ya están trabajando en la organización de una manifestación para que los docentes muestren en la calle su rechazo al permiso paterno porque “coarta la libertad de cátedra”.

La FAPA Juan González también tiene previsto reunirse con la plataforma de la enseñanza pública, la conocida como marea verde, para estudiar acciones de protesta. Diego Fernández, de CCOO, advierte al Gobierno murciano de PP y Cs de que “habrá una respuesta que transcienda el ámbito educativo porque se trata de una cuestión social”.

Mientras que la sangre llega al río, en las redes sociales no dejan de sucederse los memes y chascarrillos sobre el pin parental. Como botón de muestra, uno de Facebook: “Lo que no ha saltado a los medios nacionales y mundiales es que si te equivocas al meter el pin parental, al tercer intento se bloqueará y habrá que meter el código PUK”.

Noticias relacionadas