La madrugada del 21 al 22 de agosto del 2016, Diana Quer murió a manos de Enrique Abuin Gey -más conocido como 'El Chicle'- en A Pobra de Caramiñal (La Coruña). Desde ese momento, la vida de la familia Quer se convirtió en una auténtica pesadilla. A la muerte de su hija mayor, se unió la mala relación entre los padres y sobre todo, con su hija Valeria. La joven ha protagonizado varios enfrentamientos con su madre en los últimos meses. Lo mismo ha sucedido con Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel, quien interpuso una denuncia por agresión por parte de su marido.
Ahora, tres años y medio después, Valeria Quer ha querido recordar a Diana a través de sus redes sociales. Como hace normalmente, ha colgado una fotografía en la que se puede ver a las dos hermanas hace casi diez años y, en otra, cómo está celebrando Valeria las Navidades de 2019. Junto a las dos imágenes, una frase: "Vas a estar siempre conmigo". La hermana pequeña de Diana Quer suele utilizar su perfil de Instagram para recordar a su hermana y también para reivindicar la prisión permanente revisable. Además, la joven alertó, hace un par de semanas, de una agresión que había sufrido por su expareja. Colgó unas fotografías donde se podía observar varias heridas en las manos, la espalda y el cuello. También, explicó que estaba decidida a denunciarle. Aunque luego desmintió este extremo: "Mi corazón no me lo permite".
Valeria siempre ha sido la mejor escudera de su hermana Diana. La joven ha pasado unos años complicados después del asesinato de su hermana, como confirmó su padre Juan Carlos durante el juicio contra 'El Chicle'. "Este señor no ha dejado solo una víctima, si no cuatro", afirmó. Hace pocos meses, la joven se fue a vivir sola a un piso en la localidad madrileña de Las Rozas. Valeria vive ahora lejos de sus padres, aunque siempre con el apoyo de Juan Carlos Quer, a quien está muy unido. Por el contrario, en estos casi cuatro años, la relación con su madre ha ido empeorando. La progenitora ha alertado en todo momento del peligro que corre su hija y de la necesidad de que alguien esté pendiente de ella.
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Ahora, la joven está realizando un curso de maquillaje. En sus redes sociales, Valeria cuelga buena parte de sus actividades diarias; desde lo que está preparando para comer hasta los paseos con sus perros de grandes dimensiones. Tampoco faltan los nuevos tatuajes que impregnan su piel; la cara de su hermana Diana en la pierna, una tarántula en el cuello o una lágrima bajo el ojo. Durante las dos Navidades previas a la resolución del crimen y el hallazgo de Diana, tanto Valeria como su madre fueron a respirar el aire fresco y la brisa de su querida A Pobra de Caramiñal. Siempre ha sido su pequeño refugio. Ahora, la realidad es muy diferente.