Murcia

Todo estaba planeado para que los chicos disfrutasen de un fin de semana inolvidable con la celebración de una barbacoa y una fiesta de pijamas en el chalé de Santiago de la Ribera (Murcia), donde hacía un tiempo que se habían instalado Belén y Fernando para comenzar una nueva vida junto a sus respectivos hijos. Sin embargo, el idílico plan ha terminado en un trágico accidente doméstico cuando este domingo por la mañana un familiar de la pareja se ha desplazado al inmueble, y se ha encontrado con una escena dantesca: Belén G. R. estaba muerta como consecuencia de una intoxicación por monóxido de carbono y Fernando J. B. se encontraba en coma. En el inmueble la Policía Local de San Javier encontró a otros diez chicos y chicas, la mayoría menores de edad de entre diez y catorce años, los cuales han resultado ilesos milagrosamente después de haber estado expuestos al monóxido: un gas altamente tóxico.

“Todo apunta a que habían metido las brasas de la barbacoa en la habitación de matrimonio para calentarse”, tal y como han indicado a EL ESPAÑOL fuentes policiales como el supuesto desencadenante de la intoxicación por monóxido de carbono que ha sufrido la pareja y que ha generado una honda conmoción entre los vecinos de Santiago de la Ribera, la pedanía más poblada de la localidad costera de San Javier. La voz de alarma de este funesto incidente la dio un sobrino de Fernando cuando pasaban treinta minutos de las diez de la mañana de este domingo. Al parecer, este familiar se había desplazado hasta el chalé a visitar a sus allegados y comenzó a preocuparse porque no le abrían la puerta. “El chico ha explicado que no paraba de llamar, nadie le contestaba y cuando pudo entrar se encontró en el atrio de la vivienda a dos personas inconscientes”, han precisado las mismas fuentes. Se trataba de Belén y su tío, Fernando. Al lado de los cuerpos de los adultos yacía sin vida la mascota de la pareja. “Parece ser que había un gato muerto”.

De inmediato el sobrino llamó al Teléfono Único de Emergencias y fue movilizada la Policía Local, la Guardia Civil y dos ambulancias con personal sanitario del Servicio de Emergencias del Ayuntamiento de San Javier y de la Gerencia de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061. “La mujer estaba con la lengua fuera por la inhalación de gas, el hombre estaba inconsciente y a los niños gracias a Dios no les ha pasado nada”, detallaron a este periódico fuentes sanitarias que se desplazaron hasta al chalé. “Los críos explicaron que habían hecho una fiesta de pijamas y los adultos metieron la barbacoa en la casa para dar un poco de calor y se quedaron durmiendo”, según detallaron las mismas fuentes sanitarias.

“Ella era una chica estupenda”, comenta a EL ESPAÑOL una clienta de su carniceria E.E.

Los investigadores no han podido confirmar todavía si la fiesta de pijamas y la barbacoa se estaban celebrando con motivo del cumpleaños de la hija mayor de Belén, pero lo que sí han constatado tras recabar varios testimonios es que el siniestro “se produjo supuestamente durante una celebración a la que asistieron amigos y primos de los cinco hijos de las víctimas, de los cuales dos hijos eran de Belén y tres hijos de Fernando”. En total, en el inmueble había un grupo de diez jóvenes. La fiesta comenzó en el exterior del chalé, pero los asistentes se acabaron metiendo en la casa debido a la bajada de temperaturas que se experimentó en la zona en la que para este domingo la Agencia Estatal de Meteorología había emitido una alerta amarilla por rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora.

Los investigadores sostienen que la pareja de adultos, en un momento dado de la celebración, “introdujo la barbacoa con las brasas en el inmueble para combatir el frío”. La emanación de monóxido de carbono fue mortal de necesidad porque le acabó costando la vida a Belén, de 36 años, y dejó en estado grave a Fernando, de 42 años. “Cuando llegaron las ambulancias el hombre todavía respiraba y después de reanimarlo fue trasladado de urgencia al hospital Los Arcos del Mar Menor”, explican fuentes policiales. Allí ingresó en coma. Ninguno de los menores tuvo que recibir asistencia médica por la exposición al gas, pero los respectivos hijos de la pareja sufrieron un golpe tan duro que tuvieron que recibir in situ atención del Grupo de Intervención Psicológica en Desastres del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia.

Una pareja con planes de futuro

“Ella era una chica estupenda”, lamentaba apenada una clienta del Supermercado Pardo donde trabajaba Belén como empleada en la carnicería. “Siempre estaba con una sonrisa detrás del mostrador, llevaba años contratada, pero se había dejado el supermercado hace dos o tres meses para dedicar más tiempo a sus hijas”. Para Belén ellas siempre fueron su prioridad, el motor de su vida y se deshacía en elogios dedicándoles numerosos post, vídeos y fotos en su cuenta personal de Facebook: tenía inmortalizados desde los bailes de su pequeña en una fiesta del Colegio Nuestra Señora de Loreto, al viaje que realizaron en septiembre de 2016 a Port Aventura o la graduación en Primaria de su hija mayor en junio de 2017. 

Supermercado Pardo donde trabajaba Belén como empleada en la carnicería E.E.

“Ya graduada y preparada para el ‘insti’, ¡¡¡Ánimo campeona!!! Te quiero”, le escribía Belén a su hija mayor en una foto publicada en su perfil de Facebook en la que le daba ánimos para emprender una nueva etapa en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). “Tuvo un divorcio complicado”, apostilla esta clienta del supermercado y conocida de la víctima. Belén había repuesto su corazón hace unos años tras enamorarse de Fernando, también separado, con tres hijos de otras dos relaciones anteriores, dos niñas de 10 y 11 años, de su primer matrimonio, y un niño de su última pareja, de 12 años, que no era suyo pero al que quería como si fuese sangre de su sangre. “Fernando era muy buena persona y le conocía mucha gente en San Javier porque trabajaba para una empresa de pintura, su padre fue pintor y su hermano también”, comenta esta mujer preocupada por el parte médico de Fernando. “He hablado con su hermana y me ha dicho que está ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y están estudiando meterlo en una cámara hiperbárica”

A la pareja era habitual verla tomando algo juntos en el céntrico Bar Moncho o dando un paseo por la playa. Ella era natural de San Javier y él de la pedanía sanjaviereña de Santiago de la Ribera. Después de un tiempo de relación habían decidido afianzar su amor estableciendo su residencia en Santiago de la Ribera, en un chalé con jardín en el Barrio de la Fuensanta, una zona tranquila, trufada de casas unifamiliares adosadas. “Belén me contó que quería hacerse cargo de la carnicería de otro supermercado para ser ella su propia jefa y ganar más dinero”, relataba esta mujer y clienta habitual del supermercado donde trabajó con anterioridad la víctima mortal de este accidente doméstico.

En la centenaria cadena de Supermercados Pardo, fundada en 1864 y con establecimientos en Santiago de la Ribera, San Javier y Las Colinas Golf, la muerte de Belén ha dejado conmocionados a los miembros de su plantilla. También ha causado un hondo pesar entre los vecinos del barrio donde residía la pareja y en el seno del Ayuntamiento de San Javier: “Ha sido un accidente trágico”. En el Consistorio estaban a la espera de la evolución del estado de salud de Fernando para estudiar si decretaban medidas de luto oficiales en el municipio. Un concejal que conocía a la víctima subrayaba este domingo con mucho pesar, a pie de colegio electoral, que “Belén estaba muy ilusionada con los preparativos de la celebración de la comunión de su hija pequeña, de 9 años”.