Si hay un nombre propio dentro de la denominada Operación Judas (contra los CDR acusados de fabricar explosivos) ese es el de Ferran Jolis. Un conductor de ambulancia de Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona) que pasó de ser en un activo militante independentista, muy comprometido con la causa, a cantar hasta La Traviata en sede judicial, desvelar con detalle los planes de los violentos y delatar a figuras como Quim Torra o Carles Puigdemont como piezas claves en el operativo. Jolis se ha convertido en el Judas de la 'Operación Judas' para los independentistas

Ferran Jolis Guardiola, de 38 años, es uno de los detenidos que acaba de prestar declaración ante el juez acusado por la Fiscalía de terrorismo por la tenencia de productos químicos que podrían servir para fabricar explosivos. Jolis, que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, fue detenido en un registro en su casa el pasado 23 de septiembre y enviado a prisión junto a otros siete compañeros acusados del mismo delito.

“Me calenté, fue un error grave por mi parte del que me arrepiento eternamente. Quiero colaborar". Así de francas sonaban las declaraciones ante el juez de un tipo cuyo perfil poco tiene que ver con un terrorista que fabrica explosivos. De hecho, en su vida cotidiana se dedica a salvar gente. Es conductor de ambulancias en la comarca del Vallès Occidental. Trabaja en Ambulàncias Egara, una compañía de traslados sanitarios con base en Terrassa (Barcelona).

Jolis es conductor de ambulancias

Ferran Jolis Guardiola, además de conducir ambulancias, siempre ha manifestado sus inquietudes políticas y su compromiso con el independentismo. En los últimos coletazos del Procés estuvo presente en manifestaciones y concentraciones independentistas, por cuya presencia sacaba pecho en redes sociales. Colgaba fotos de las cargas de la policía y memes pidiendo la libertad de los presos de Alsasua.

En las listas de las CUP

Esas inquietudes independentistas le llevaron a meterse en política, aunque fuese de una forma tangencial. Jolis Guardiola accedió, el año pasado, a formar parte de las listas de las CUP en su municipio de Santa Perpètua de Mogoda. La formación antisistema no tiene una nutrida presencia en ese consistorio, ya que solamente contaba con un edil pero lo perdió en los últimos comicios. De hecho, Ferran ocupaba una de las posiciones simbólicas del partido, sin esperanzas de entrar en el Ayuntamiento pero necesarias para completar las listas. Era la forma que este conductor de ambulancia tenía de reafirmar su compromiso con el independentismo.

Pocos imaginaban que un tipo como Ferran, con un perfil en las antípodas de la violencia, iba a acabar convencido también de formar parte de un presunto comando que pretendía, según la Fiscalía, fabricar explosivos. Jolis Guardiola, a pesar de ser alguien muy activo en redes, no recurría a publicaciones violentas. Su timeline era ocupado en exclusiva por fotos de él con su ‘baldufa’ (trompo), el nombre con el que había bautizado cariñosamente a su pareja y con la que aparecía en casi todas las fotos. NI siquiera imaginaban que formaba parte del CDR de su municipio.

El 23 de septiembre, la Guardia Civil registró su casa, sita en la calle Tierno Galván de Santa Perpètua de Mogoda. Desde entonces se encuentra en prisión provisional. Tras su arresto, se convirtió en uno de los nombres que reivindicó el independentismo como “nuevos presos políticos”. Desde su entorno se denunció que había sido torturado por los agentes e incluso que le habían suministrado drogas. Se había convertido en un héroe.

De héroe a Judas

De héroe ha pasado a Judas. Su nombre ahora se asocia desde el independentismo al término “infiltrado”. Su arrepentimiento lo ha llevado a convertirse en u ntraidor para la causa. El motivo es que su arrepentimiento es total. El pasado 26 de septiembre dio su testimonio ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón y ante el fiscal Miguel Ángel Carballo, todo ello tras haber declarado durante 6 horas ante la Guardia Civil. Tanto en sede judicial como en sus palabras con la Benemérita, confesó su papel dentro del grupo violento y el motivo por el que se unió a ellos: el dinero.

“Cada asistente a las charlas de informática me pagaba 10 euros y por montar tarjetas en los teléfonos me ganaba un dinero y con eso comíamos en casa. Vi una oportunidad de ganar dinero”, confesó ante el juez, al tiempo que reconocía que su labor dentro de los CDR consistía en cuidar “aspectos de la ciberseguridad y establecimiento de comunicaciones seguras”. A Ferran Jolis Guardiola le fue encomendada esta misión porque, además de conductor de ambulancias y suplente de las CUP es una persona con conocimientos informáticos, que plasmaba en una página web personal que ya no está activa.

Ocupación del Parlament

Jolis fue el que confesó que tanto Quim Torra como Carles Puigdemont formaban parte del plan. En su declaración, explicó los nombres en claves de los personajes importantes en la operación: Quim Torra era 'Gandalf' y el alias de Carles Puigdemont era 'Lisa'. El investigado también confirmó que "la hermana de Puigdemont" le pidió un sistema de comunicación segura con el expresidente catalán, prófugo en Bélgica. "Se hizo una cena popular para recaudar fondos para las cajas de resistencia. Vino como invitada la hermana de Puigdemont. Pasó un compañero del CDR de Santa Perpetua y le dijo "él sabe de móviles y esas cosas' y ella me solicitó a ver si me podía llamar porque lo que buscaban era una línea de comunicación privada entiendo que para que la Policía no los rastreara". Según especificó, no eran teléfonos sino mails "privados y anónimos".

Ocupar el Parlament

Jolis ya había relatado durante seis horas ante la Guardia Civil cuál había sido su misión en los CDR, centrada en los aspectos de ciberseguridad informática y establecimiento de comunicaciones seguras. La organización llamaba 'cacahuetes' a las tarjetas que Jolis facilitaba y que no estaban asociadas a los móviles de los miembros del grupo, para evitar su identificación.

Fue a preguntas del fiscal cuando el investigado mencionó al presidente catalán Quim Torra, conocido entre los CDR como Gandalf. La pregunta se refería al plan de los CDR de ocupar el Parlament el llamado 'día D', supuestamente referido al día en que saliera la sentencia del procés, aunque de este plan los CDR hablan un año antes, en octubre de 2018, cuando ni siquiera se había celebrado el juicio.

"La idea era quedarse dentro porque luego el president iba a activar la independencia. Como mínimo querían aguantar cinco días", añadió. "El presidente Torra en aquella época quería echar para adelante esto de la independencia, era el día D que le llamaban. Pero ni idea de cuál era el día D, era algo del president", explicó. Del mismo modo, reconoció que toda la operación fue costeada por el CDR de Sabadell.

Además de ofrecer una confesión con todo lujo de detalles a las autoridades, Ferran Jolis Guardiola se mostró arrepentido en todo momento y manifestó desde el inicio su voluntad de colaborar con la Guardia Civil, a los que llamó ‘compañeros’. Ese cambio de parecer es el que le ha condenado en el seno del independentismo. Hasta ayer, redes y manifestaciones pedían su liberación y lo calificaban de preso político. Ahora, su nombre está ligado a las palabras “infiltrado”, “montaje” y “traidor”. Los indepes más reacios a creerse que está colaborando siguen manteniendo la tesis de que la Guardia Civil lo drogó. Los que han asumido que ha confesado, le insultan en redes y le llaman traidor. Ferran Jolis Guardiola, el conductor de ambulancias de las CUP, ha sido un héroe indepe durante algo más de un mes. Ahora es un apestado del sistema. Un Judas, como el nombre de la operación que le mantiene en la cárcel.