Los cimientos de la familia Quer-López Pinel comenzaron a tambalearse con la desaparición de la primogénita, Diana. Un duro varapalo que hizo que las desavenencias familiares fueran sabidas por todos. Un amigo cercano a la familia ya comentó a este diario los tensos encuentros entre los padres y los problemas con su hija Valeria: "Claro que la desaparición de Diana ha hecho explotar todo lo que existía entre los Quer. Que de la noche a la mañana desaparezca una hija, sin dejar rastro, haría tambalear a la más fuerte de las familias. Pero los Quer tenían muchas cosas, demasiadas, que eran tensas".

Ahora, Juan Carlos Quer ha vuelto a las noticias de todos los medios de comunicación tras ser detenido por "violencia de género". Diana López-Pinel ha presentado este martes una denuncia ante la comisaría de la Guardia Civil de Majadahonda contra su exmarido. En la misma, afirma que, durante una discusión, él la empujó y le intentó arrollar con su coche en el garaje de la casa de su hija Valeria. Pero no se trata de la primera controvertida noticia que protagonizan ambos.

Todo esto ocurre a 20 días del juicio por el asesinato de su hija. A José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', se le pide la pena de prisión permanente revisable por el rapto, violación y asesinato de Diana Quer. La última vez Juan Carlos y Diana madre aparecieron juntos y unidos ante la opinión pública fue en enero de 2018, en el funeral por su hija. 

Las polémicas entorno a los Quer

Los desencuentros han estado presentes en la familia desde el primer momento. A los tres se le hizo muy cuesta arriba toda la exposición pública y la intervención de la Guardia Civil en sus vidas. "Pero han sido ellos mismos quien se han ofrecido a eso, tratando de obtener cualquier pista, cualquier detalle que sirva para saber algo de lo que ocurrió. Comprenden que es el precio que tienen que pagar y lo repetirían una y otra vez", afirmaba el amigo. Porque los casi 500 días de desaparición de Diana Quer se hicieron muy complicados para sus padres, Juan Carlos y Diana. 

El padre de Diana Quer a la salida de los Juzgados.

Tres meses después de la desaparición de Diana, se le atribuyó a la Diana López-Pinel "un presunto delito de malos tratos en el ámbito doméstico". En el auto se entiende que tanto Valeria como Diana fueron abandonadas por parte de su madre, debido a sus problemas. El padre de Diana apuntó a Espejo Público que la decisión de la juez había llegado "demasiado tarde" y afirmó que sus hijas "le habían llamado en señal de socorro". 

El 11 de mayo de 2016, la progenitora, Diana López Pinel, acudió a la comisaría de Policía de Pozuelo de Alarcón para denunciar que su exmarido se había llevado a su hija mayor sin que le tocara y le prohibió comunicarse con ella. Y cinco días después fue la hija la que acudió a completar y ampliar dicha denuncia, según el letrado. Juan Carlos se defendió argumentando que se trata de una "denuncia falsa": "Me parece gravísimo que alguien se invente algo que para mí no existe. Es gravísimo que aparezca esa denuncia sin que el supuesto autor del delito tenga conocimiento. Tomaré las medidas que correspondan para salvaguardar el honor de mi familia. Nadie podrá acreditar en ningún juzgado que yo haya recibido o haya firmado citación referida a la misma". 

A la madre se le retiró la tutela de Valeria.

La última polémica se ha producido este mismo martes. Diana López Pinel, la madre de Diana Quer, se presentó esta pasada noche en el cuartel de la Guardia Civil de Majadahonda para denunciar a su ex marido, Juan Carlos Quer. La madre de la joven de 18 años asesinada en agosto de 2016 por José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', le imputa un presunto delito de violencia de género. Juan Carlos Quer ha sido ya detenido y trasladado a dependencias policiales para explicar su versión de los hechos.

La relación entre los padres de Diana

Ese 22 de agosto, la fecha de su desaparición -y asesinato-, la pareja se encontraba atravesando una fuerte crisis sentimental. No era la primera. La mujer se había marchado hasta la casa de la Pobla do Caramiñal, donde tenían otra casa familiar, para disfrutar de unas vacaciones junto a sus dos hijas. Todo hacía presagiar -según la opinión de sus más allegados- que esta sería la última crisis de la pareja. La última y la definitiva. "Los dos salieron ante las cámaras para pedir ayuda a sabiendas de que exponían toda su situación, pero se agarraban a ese clavo ardiendo clamando ayuda para dar con Diana", explicó su amigo. 

Los padres de Diana, posando con un cartel de su desaparición.

Su llamamiento hizo que los focos mediáticos se situaran sobre ellos. Era una familia rota, acaudalada y desesperada. La Guardia Civil indagó al principio en su historial familiar: las continuas discusiones entre Diana y su madre habían propiciado algunas fugas puntuales durante los últimos meses. Tras conocer todos los detalles de su complicada vida familiar, los padres y la hermana de Diana se situaron en el punto de mira: “Saben que han pagado un precio alto en su intento de saber algo más sobre dónde está la niña”.

Sin embargo, para los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), que eran quienes llevaban la investigación, los padres pronto pasaron a un segundo plano. Sabían desde las semanas posteriores a la desaparición que el rapto se había producido cuando Diana volvía a casa. Y que alguien desconocido  la había secuestrado. Lo supieron por sus últimos whatsapps, por el posicionamiento de los teléfonos móviles, y  por los interrogatorios a todos los testigos que pudieron ver a Diana durante esa noche del 21 al 22 de agosto de 2016. 

Valeria, su hermana fiel

Para intentar dar con el paradero de Diana y poder esclarecer qué le había sucedido, la Guardia Civil se entrevistó con Valeria -de 17 años por aquel entonces-. La relación entre ambas estaba llena de altibajos. Eran hermanas, se querían, pero como cualquier chicas adolescentes tenían sus pequeñas discusiones. Pero lo importante era que ambas se apoyaban en los momentos más difíciles.

En un primer momento, Valeria estaba convencida de que su hermana se encontraba viva. En Instagram subía vídeos y fotos en los que expresaba sus añoranzas por su hermana; en Facebook le pedía que volviese; en Ask.fm –un espacio en el que de forma anónima le hacían preguntas y ella respondía- afirmaba que sus padres y su novio eran el pilar en el que se sostenía ante el trance.

Valeria Quer.

En todo momento, su madre intentó alejar a la joven de los medios de comunicación, de toda esa vorágine que se había formado entorno a la vida de los Quer. Valeria se fue a Kenia unos días, lejos, junto a su novio. Una decisión que su madre aceptó. "Le vendría bien para despejar la cabeza, para olvidarse de todos los líos que hubo en torno a la custodia que sus padres se disputaban sobre ella, para aclarar ideas”, cuenta este amigo de la familia. A su regreso, la relación con la familia se había estabilizado. O eso creían. El 7 de abril del 2017 protagonizó una fuerte pelea con su madre. Durante la misma, la joven la amenazó con un palo y le gritó "mala madre".

Ahora, la joven ha dejado la imagen de niña con la que se la conoció. Un aspecto más desenfadado, maduro y cubierta de tatuajes. Así, se muestra a través de las redes sociales, donde comparte su día a día. Un perfil marcado por la ausencia de su hermana Diana, a quien lleva tatuada en una de sus piernas. 

Juan Carlos y Diana, en el foco mediático

Fueron los padres de Diana quienes tuvieron la iniciativa de presentarse ante los medios de comunicación. Juan Carlos y Diana se mostraron como una pareja unida por el dolor de haber perdido a su hija. Pero hubo un momento que desestabilizó por completo al matrimonio en crisis: apenas un mes más tarde de la desaparición de Diana, tuvieron que declarar ante el juez para dirimir quién tendría la custodia de Valeria.

Diana López-Pinel cambió su actitud con la desaparición de Diana. Pasó de ser una mujer sociable, entregada a reducir y controlar cada uno de sus movimientos. Sigue viviendo junto a su hija Valeria en la casa familiar de Boadilla del Monte. Por su parte, Juan Carlos Quer ha seguido desarrollándose -laboralmente- como agente inmobiliario de éxito.

Los padres de Diana, en una foto de archivo.

El 31 de diciembre de 2017 el cuerpo de Diana Quer fue encontrado dentro de un pozo de Asados, en Rianxo. Hasta allí les llevó José Enrique Abuin Gey -'El Chicle-, el principal sospechoso de la desaparición de Diana. Todo apunta a que fue él quien introdujo en su coche a la joven cuando volvía de fiesta. La acabó estrangulando. Tras el asesinato de Diana, el padre de la joven ha pedido en numerosas ocasiones la aprobación de la prisión permanente revisable. En 20 días comenzará el juicio por el asesinato de Diana Quer.

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