“Esto podría dar para una de esas que hace Netflix”, dice uno de los letrados que participa en una de las siete causas abiertas por la Primitiva de Coruña. Siete años después de que el boleto fuera premiado con 4,7 millones de euros, una cifra que ahora asciende a 6,5 millones por los intereses, sigue sin un dueño claro, por ahora. ¿Quién es el verdadero dueño? y ¿qué pasaría si no se encuentra? son las dos grandes preguntas que resuenan en torno al tema.

Desde que el caso arrancó, el lotero gallego Manuel Reija aseguraba que se lo había encontrado en su administración, localizada en la plaza de San Agustín de Coruña, en un momento en el que se encontraba solo. Sin embargo, siete años después, el pasado viernes un informe elaborado por la Policía Nacional venía a demostrar que no era así, que Manuel comprobó numerosos boletos en cuestión de segundos.

Por lo tanto, Manuel “presuntamente utilizó cualquier ardid para enmascarar al apostante anónimo el resguardo”, se puede leer en el informe y pudo practicar un “engaño” para “apropiarse del boleto premiado”. Además, el informe apunta por primera vez a una persona que podría ser el legítimo dueño. El problema es que esa persona ya falleció.

Manuel Reija, lotero que presuntamente engañó al propietario del boleto premiado de la Primitiva.

Apropiación indebida o estafa

Una de las piezas clave que tendrá que dirimir la justicia es qué responsabilidad tiene Manuel Reija en todo este asunto. Según él, el día 2 de julio de 2012 se encuentra un boleto cuando estaba solo en su administración y al comprobarlo ve que tiene un premio del 4,7 millones de euros. Al día siguiente, el 3, acude a la Delegación Provincial de Loterías de A Coruña, donde su hermano es el delegado, contando lo sucedido y reclamando el premio.

Según el artículo 351 del Código Civil, si el relato fuera exactamente así se podría quedar él una parte. “El tesoro oculto pertenece al dueño del terreno en que se hallare. Sin embargo, cuando fuere hecho el descubrimiento en propiedad ajena, o del Estado, y por casualidad, la mitad se aplicará al descubridor”, se puede leer en la ley. Es decir, que Reija se podría quedar con 2,35 millones por ello.

Pero el informe de la Policía parece alejar esa realidad y señala al lotero como sospechoso de haber obrado de una forma incorrecta. Aquí, entonces, a Reija se le abrirían dos vías: la de la apropiación indebida o la de la estafa. O es una, o la otra, las dos es imposible.

Manuel Reija, lotero de La Coruña que buscaba al propietario del boleto premiado.

“Según el artículo 253 del Código Penal sería castigado si se apropiase para sí de algo que hubiera recibido y se niega a devolverlo o niega haberlo recibido”, explica el experto penalista Juan Gonzalo Ospina. “Por eso yo veo muy difícil que haya apropiación indebida”, añade Ospina.

En ese caso, y según apunta el informe de la Policía, lo más probabilidad hay de que pasara es que Reija sea acusado por estafa, ya que según las autoridades pudo practicar un “engaño”. “Si hubo ese engaño, entonces se trataría de una estafa porque estaría produciendo un error y genera una disposición patrimonial, de manera voluntaria”, añade Ospina.

Sin herederos, para el Estado

Pero la de Reija sería, en todo caso, la parte fácil. Se trata de una situación jurídica que es compleja y novedosa, que no tiene precedentes. Desde que en 2013 se publicó que el Ayuntamiento de Coruña estaba buscando el dueño legítimo, un total de 270 personas han asegurado serlo. De todas esas, actualmente hay siete causas abiertas en los juzgados. Es decir, siete candidatos que han pasado a la final tras la criba de todos los demás.

En el informe Policial se recoge que una investigación iniciada tras una denuncia que se presenta el 7 de diciembre del año pasado considera que el dueño es una persona que ahora ya ha fallecido. “Su perseverancia y los restantes detalles aportados (lote de boletos validados, abono de premio con cuantía mayor, masiva presencia de clientes en la administración) resultan sorprendentemente parejos con las comprobaciones efectuadas y no una mera casualidad”, se puede leer en el informe.

La administración en la que trabaja Manuel Reija, a unos metros de la plaza María Pita de Coruña. EFE

Algunos letrados de la causa han pedido pruebas de huellas dactilares y pruebas de ADN. A la espera de estos resultados, cabría preguntarse, ¿qué sucedería si falla? Por ejemplo, si el boleto es del fallecido, difícilmente se le puede hacer una prueba dactilar y quizás tanto tiempo después ya no quede rastro de ADN en el boleto.

En caso de que el premio se quedara desierto, entonces, pasaría como en una herencia: iría para el Estado. En este caso, los herederos de la persona fallecida hacia la que parece apuntar la Policía Nacional se podrían quedar sin el reparto de la jugosa cuantía. El fallecido murió “desesperado” y puede que su familia tampoco acabe encontrando la paz.

Cronología de la estafa

26 de junio de 2012: Se sella en la administración de lotería del centro comercial Carrefour de Alfonso Molina de Coruña un boleto de la Primitiva.

30 de junio de 2012: El boleto es premiado con 4,7 millones de euros.

2 de julio de 2012: El propietario acude a la administración de Manuel Reija a ver el resultado. Se cobra un premio menor de tres euros y Reija asegura que este día se encuentra el boleto, que había sido extraviado, contradiciendose en sus argumentos.

3 de julio de 2012: Manuel Reija llega a Delegación Provincial de Loterías de A Coruña, en la que su hermano Miguel es el delegado, contando lo sucedido.

5 de septiembre de 2012: Manuel Reija reclama el premio al habérselo encontrado. Por ley, le correspondería una cantidad.

15 de septiembre de 2013: Un año después, el Ayuntamiento comienza una búsqueda del dueño legítimo. Tras conocerse la noticia comienzan a aparecer falsos pretendientes que aseguran serlo. La cifra ascenderá a un total de 270 personas.

26 de octubre de 2013: El primero de los pretendientes, aunque se desconoce si el legítimo, denuncia a Manuel Reija y a Miguel Reija por apropiación indebida y estafa.

25 de septiembre de 2015: Finalizado el plazo para reclamar el premio, el dinero tendría que ir a parar a Manuel Reija por habérselo encontrado. Sin embargo, un juzgado paraliza la entrega hasta que se resuelvan las causas judiciales que han prosperado, un total de siete.

1 de agosto de 2019: La Policía Nacional elabora un informe en el que dictamina que Reija pudo practicar un “engaño” para “apropiarse del boleto premiado y que el dueño legítimo ha fallecido “desesperado” ante la incapacidad de demostrarlo.

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