Cuñas de esparto, minifalda blanca, camiseta ajustada beige y un pintalabios granate. Me van a coger. Estoy en el centro de Madrid a punto de entrar en una entrevista. Soy Lola Jiménez. 22 años. Estudiante de publicidad en la Universidad Rey Juan Carlos. Curiosa y viajera. Me lo sé de memoria. Nunca antes me había estudiado tanto un currículum. La empresa contactó conmigo a través de un e-mail que comenzaba diciendo "Enhorabuena por haber dado el paso que puede cambiar tu vida". Era imposible negar tal proposición. La agencia Unicis es el remitente del correo y trabajan para un "importante empresario multinacional". Están interesados en "una mujer española con disponibilidad para viajar". Parece perfecto y muy fácil. La entrevista fluye como el agua. Las condiciones laborales persuadirían a cualquiera: 2.500 al mes y viajar constantemente a destinos de lujo. Todo pagado. ¿El único requisito? Dejar mi vida en Madrid para irme con un multimillonario saudí de 53 años al que no conozco. Toca decidir, pero ni soy Lola, ni estudio publicidad. Soy una periodista de EL ESPAÑOL a punto de infiltrarme en el mundo de las Sugar Babies.

Bebé de azúcar. Esa sería la traducción literal de Sugar Baby (SB), una chica joven que ofrece su compañía a cambio de una ayuda económica por parte de su Sugar Daddy (SD) para así pagarse la carrera universitaria, una habitación en el centro, viajar o disfrutar de ciertos lujos materiales. Podría parecer que este tipo de “profesión” se asemeja a la de una escort, sin embargo, las páginas web dedicadas a este mundo prohíben tajantemente la contratación de sexo. Antes de dar el paso y formar parte del proceso de selección para convertirme en la compañera del adinerado hombre de negocios, me convertí en una Lola virtual en cuatro plataformas de este tipo de relaciones: Sugar Daddy España, Sudy, Seeking Arrangement y Sugar Daters. 

Solamente sexo

“Hola, me encantaría conocerte, estoy dispuesto a ofrecerte un contrato de 3 meses como sugar daddy de 4.000 euros y los caprichos que tengas a parte los puedo cubrir”.

La oferta anterior, puede parecer irresistible. De hecho, se trata de un tipo de proposición común dentro del mundo de las SB. Pero tiene trampa. “Lo que pido a cambio es fotos en ropa interior y que te puedas masturbar para mí”, es como concluye la oferta. Mi idea era infiltrarme en este mundo para conocer de cerca esta nueva forma de ingresos que cada vez ganan más adeptas. Tenía pensado quedar con alguno de mis candidatos. ¿Resultado? No funcionó. Los 'candidatos' sólo quisieron... sexo. 

Pablo Romero tiene 36 años y es diseñador web. Vive en Madrid y lleva tiempo viendo como en EEUU numerosas chicas de entre 18 y 27 años se sumaban al mundo de las SB. Vio una posible fuente de ingresos y decidió, hace seis meses, crear la página web Sugar Daddy España, que ya cuenta con 1.800 usuarios, 250 son SD y el resto SB.  En su web, el madrileño define a los SD como “hombres inteligentes, generosos y con cierto éxito financiero que buscan compañía de mujeres guapas”. Es un hombre romántico, ya que confía en que estas parejas “se han llegado a enamorar y han terminado casándose”, cuenta a este periódico a través de una conversación telefónica. Para él, las SB “no solo buscan el dinero, sino que son mujeres que entienden el amor como una estabilidad y que se pueden enamorar de una persona por su elegancia y madurez”.

Captura de pantalla de una de las conversaciones en las webs de Sugar Daddies

Marbella. Yates. Clubes de lujo. Botellas de champagne de miles de euros. Hombres mayores adinerados rodeados de jóvenes atractivas. Para Pablo este fenómeno siempre ha existido, únicamente que ahora va más allá gracias a las redes sociales. “Hoy en día las chicas no buscan casarse, sino una relación con un hombre rico y maduro para que te ayude durante un tiempo”, dice. En resumen: que las mimen. 

Captura de pantalla de una conversación con la asesora de un posible Sugar Daddy.

Especialistas en buscar pareja estable

Las cookies informáticas nos tienen vigilados. Conocen cada uno de nuestros pasos en la red. Por esta razón, la web de Unicis me apareció en un anuncio mientras chateaba en la web Seeking Arrangement. Su lema es "Vive un amor de película" y se trata de una agencia matrimonial especializada en buscar pareja estable. Nació en Francia en los años 70 y también trabajan para aquellos que busquen a alguien de su mismo sexo con los servicios "Gay Affinity". Tienen oficinas en Madrid, Alcalá de Henares y Cuenca. Cuando recibí la solicitud me indicaron que su "importante cliente" era un "empresario del mundo naval, entre otras áreas, educado en Estados Unidos y Europa" que  buscaba pareja estable. No quería ni casarse ni tener hijos. Concertamos una entrevista para la semana siguiente.

La agencia matrimonial Unicis es especialista en buscar parejas estables.

Durante los cuatro días posteriores, estuve intentando tener una cita con uno de mis futuros SD virtuales. En el perfil de las páginas web utilicé el mismo pseudónimo: Lola. "Tengo muchas ganas de pasármelo bien después de tanto estudio. Soy divertida, curiosa y lo que más me gusta es tener una conversación interesante con un buen vinito", contaba en mi descripción. 

Poco tardé en recibir solicitudes de hombres que aceptaban encantados la proposición al vino. La mayoría tenía un promedio de edad entre 35 y 55 años. Todos dejaban claro en sus perfiles su reconocida posición laboral. En Seeking Arrangement incluso tenías que indicar tus ingresos anuales. Algunos fardaban de ganar más de 800.000 euros. Mimos asegurados. El “¿Qué tal?” venía de la mano de “¿Me das tu WhatsApp?”, una pregunta un tanto atrevida ya que desde la página avisan a las SB de no dar el número de teléfono a la primera de cambio. Sudy, por ejemplo, aconsejaba a los internautas a subir fotos como “un selfie atractivo” o “mostrando un estilo de vida habitual para una Sugar Baby”. El formato de las aplicaciones es similar al de Tinder ya que aparecen numerosos hombres a los que te has cruzado a lo largo del día. La mayoría extranjeros pudientes que pasan por la capital durante una temporada.

En las conversaciones con los posibles SD normalmente lo que buscaban era placer más que compañía.

"Fuera de aquí no hay nada, solo quieren sexo y ya"

A. tiene 22 años, estudia informática y sus aficiones son viajar y el arte. Quedó a cenar con un SD y volvió a casa con 300 euros. Consigo chatear con ella y me avisa de que tenga cuidado. “He visto que te ha agregado J. No le hagas ni caso porque intentó estafarme. Estaría bien avisar a las otras chicas. Este busca todo gratis y no tiene ningún respeto”, advierte la joven. Me da unos consejos para captar algún SD real y me confiesa que en una ocasión vendió un tanga usado por 50 euros. Después de intercambiar varios mensajes ya existe un clima de confianza. 

- ¿Por qué te has convertido en una Sugar Baby?

- Lo hago por experimentar algo diferente. Busco a alguien que haga y que me dé lo que deseo. Fuera de aquí no hay nada, solo quieren sexo y ya.

Conversación en la que A. explica a EL ESPAÑOL su experiencia como Sugar Baby.

Inseguros y narcisistas

Para Héctor Gálvez Flórez, psicólogo, sexólogo y director clínico del Instituto Madrid de Sexología, es importante conocer la condición que lleva a una mujer a tomar una decisión así. “Si hay necesidades económicas, la persona tiende a justificar acciones realizando racionalizaciones, es decir, poner justificaciones a algo que, en un principio, no estaríamos éticamente de acuerdo”, explica el experto. Al igual que una persona adicta a una sustancia suele decir que no la necesita y que puede controlar la situación, “una persona que se involucra en este tipo de relación se puede justificar diciendo que es algo temporal. Cada una de las dos partes lo está racionalizando de manera que no se sientan en conflicto", añade. 

“Los SD suelen tener una posible inseguridad de estar en una relación en igualdad de condiciones y tener que ganarse el afecto de la otra persona a través de su forma de ser. Cuando se supone que tiene que existir una igualdad afectiva se sienten cuestionados y prefieren reducir la ansiedad a una relación en la que no tienen que demostrar muchas cosas porque lo están comprando directamente. Se sienten aliviados porque no tienen que estar a la altura", sostiene Gálvez. 

"En algunos casos también podría tratarse de algún perfil de personalidad en el hombre poco empático, esquizoide o narcisista en el que la parte afectiva no le importe tanto como la apariencia de tener pareja o las relaciones sexuales", añade el experto. ¿Relaciones sexuales? ¿No se supone que eso no lo incluye el contrato? Como dice el refrán: el que hizo la ley, hizo la trampa.

Placer y beneficios mutuos

En un principio, el creador de Sugar Daddy España pretendía que la web no fuese de pago, pero empezaron a llegar muchísimas quejas de chicas reclamando que muchos hombres las acosaban pidiendo sexo. Él elimina a todo aquel que se salte las reglas del juego, pero como filtro decidió poner una suscripción de 10 euros al mes para los hombres. ¿Las mujeres? Nada. Solo futuros ingresos. 

Sin embargo, parece que el previo pago no sirvió de mucho. Durante las conversaciones con mis posibles SD en las cuatro redes sociales, muchos camuflaban sus intenciones con palabras como “beneficios mutuos de acuerdo a la química” o “situaciones nuevas y morbosas”. Otros lo dejaban más claro diciendo que querían “salir a cenar y placer físico”. Sin embargo, el más atrevido fue R., de 60 años: “Busco algo más que charlar. Estoy casado y no puedo andar en público por discreción”. Por el contrario, Pablo sostiene que “también hay escorts camufladas”. 

Pablo Romero sabe que encontrar un SD real no es fácil, “es un trabajo de fondo”, explica. “Hay que tener en cuenta que es una persona poco accesible con un nivel económico alto”, añade. Las claves son paciencia y mucha psicología. “Algunos SD empiezan la conversación diciendo que quieren sexo, pero quizás sean las personas más cariñosas del mundo y lo único que deseen es que les escuchen. Una SB tiene que tener un poco de psicología e intentar que la otra persona se abra”, explica. Para el creador de la web, la idea es que “sean relaciones amplias en el tiempo y que se hagan cosas diferentes además del sexo”. 

R., de 60 años, únicamente buscaba sexo porque estaba casado.

Sugar Mama 

Cougar (puma, en español) es una expresión inglesa que hace referencia a mujeres que buscan a una pareja más joven. La cantante Madonna o la actriz Susan Sarandon son algunas de esas maduritas. Sin embargo, es una imagen que aún no está muy normalizada. La cara opuesta de un SD es la Sugar Mama (madre, en ingles), definida en la página Seeking Arrangement como una mujer “que ofrece apoyo, de naturaleza financiera o material, a un Sugar Baby más joven”. Pero pocas son las “pumas” que se adentren en este mundo azucarado. “Hasta que no cambie nuestra cultura machista que piensa que el hombre es el que paga a la mujer, no se va a poder normalizar tanto como se ha hecho con el tema de hombres maduros que van con chicas jóvenes”, cuenta el creador. 

Madonna junto su ex pareja, Jesús Luz, 30 años más joven. Pinterest

“Prostitución encubierta”

Teresa Lozano y Zua Méndez están detrás del canal de Youtube Towanda Rebels, una especie de grito de guerra contra el machismo y la injusticia. Llevaron a cabo una campaña contra la prostitución bajo el nombre #HolaPutero. Para las activistas, el fenómeno de las SB no es más que “una prostitución encubierta”. Entienden que es "un paso atrás” en una sociedad que cada día está luchando por la igualdad. 

Towanda Rebels. Jorge Barreno.

“Es el machismo más rancio y más casposo. El propio nombre ya nos dice que está maquillado. El hecho de banalizar el asunto es preocupante. Una cosa es lo que nos cuentan y otra muy diferente es lo que puede haber detrás”, explican las jóvenes a este periódico. “Nos venden la idea de que si a los 18 años tienes problemas financieros es buena idea apuntarse. Si eres una chica guapa haz uso de tu capital erótico y págate la carrera quedando con hombres mayores. No es más que el mito de la libre elección. Son chicas jóvenes muy vulnerables”, añaden. 

Para estas revolucionarias, el hecho de que no haya muchas Sugar Mommas no es por un problema cultural. “Existir, existen, pero en casos aislados. Es una cifra mínima al igual que ocurre con los hombres que son víctimas de violencia por parte de su pareja. A las mujeres no nos educan para que tengamos el deseo de pagar a una persona para que esté con nosotras. Hemos aprendido que los hombres son personas, no cosas”. 

Mujer 100% española

Ha llegado el día. Tras cuatro días chateando con futuros SD me sé mi papel de memoria. No hay lugar para caer en el error. La entrevista tiene lugar en una sala blanca con una gran ventana que daba al barrio Salamanca. Una gran mesa de madera nos separa. La asesora apunta todo lo que le digo: mis aficiones y un poco de mi historial amoroso. Se trata de la primera de las tres entrevistas que tendría que pasar en caso de querer conocer al supuesto amor de mi vida. No me dicen su nombre, únicamente le describen físicamente. 53 años, sano, 1.75 y pelo oscuro. Sus fotos las vería en la tercera entrevista. Él, sin embargo, recibirá una mía en pocos minutos.

El multimillonario no habla español, pero no es ningún inconveniente. "Si no hablas inglés te pagaría un curso intensivo durante dos meses. Hace lo que sea", me explica la mujer. "Alguna vez ha contratado a una traductora para que le acompañe", añade.  

La conversación cambia de tono cuando le digo que mi madre es escocesa: "Este señor quería una chica 100% española, pero bueno, si le explico que has sido criada aquí a lo mejor no le importa", confiesa. Le digo que bailo sevillanas y se le iluminan los ojos. "Eso le encantará". 

Imagen de archivo de una Sugar Baby universitaria con su Sugar Daddy. Seeking Arrangements

2.500 euros al mes y todos los caprichos pagados

"Su domicilio está en Arabia Saudí, pero vive de suite en suite. Se pasa el día viajando a destinos de lujo. Es el dueño de una multinacional, pero él solo toma decisiones", dice. La charla vuelve a coger fuerza y parece que el saudí tiene muchas cosas en común con Lola. 

-¿Tienes algún sueño? Él te ayudaría a cumplirlo. Le gustan las mujeres con aspiraciones.

Todo llega a parecer convincente, pero ¿dónde está la letra pequeña? Le pregunto discretamente por el tema del sexo "no quiero ser una escort", confieso. Sin embargo, Unicis busca hacer parejas estables, no solo una compañera de viaje. Ahí entraría todo lo que conlleva estar en una relación supuestamente amorosa. "Si al final te escogen tendrías que ir a Zurich para que te hiciesen diversas pruebas médicas. Así confirmaríamos que estás sana", explica. 

Él me pagaría 2.500 euros al mes y todos mis caprichos. "No me parece mucho dinero", le digo de forma directa."No te preocupes, si lo habláis seguro que te paga más", responde. "Nunca un aumento de sueldo había sido tan fácil", pienso. El multimillonario lo único que quiere son mimos. "Tendrías que estar muy pendiente de él. Por ejemplo, sujetándole las bolsas cuando vayáis de compras. Te puede parecer machista, pero al final este señor te está ayudando a ti y quiere recibir la misma atención a cambio", explica.  Empiezo a asustarme.

- ¿Hay que firmar algún contrato?

- No, tú te puedes ir cuando quieras.

Si ambas partes aceptamos el trato, el largo viaje empezaría despidiéndome de mis seres queridos y de mis sueños "de forma momentánea". Además, al saudí no le gustan mucho los móviles, por lo que probablemente hablar por WhatsApp se convertiría en un premio. En un par de meses, nada más terminar la carrera, Lola tendría que dejar Madrid para sumarse a un ritmo de vida nómada y exclusivo junto a un desconocido. "Podrías visitar a tu familia una vez al año durante unos días. A lo mejor, él incluso les invitaría a algún viaje con vosotros. A ellos no les faltaría de nada".

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