“¿Serafín? ¿Detenido? ¿En serio?”. En Barbastro, no dan crédito. Su vecino, el Guardia Civil, arrestado y enviado a la prisión de Zuera (Zaragoza) como presunto autor de delitos de abusos sexuales a varios menores de edad. “No nos lo esperábamos. Por aquí, por el bar, venía bastante. Era un tipo querido, al que se le conocía mucho”, comenta a EL ESPAÑOL uno de los camareros, que pide guardar el anonimato. No creen lo que han leído, en gran medida, en el periódico. En la localidad, era una persona activa, que se relacionaba con mucha gente, que se dedicaba en cuerpo y alma a su trabajo, pero que también daba clases extraescolares de inglés en dos colegios y era entrenador del Unión Basket. 

Los vecinos se han enterado de su arresto este viernes. Sin embargo, Serafín fue detenido por miembros del mismo cuerpo de la Guardia Civil el pasado lunes. Este jueves, pasó a disposición judicial para declarar y, posteriormente, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº2 de Barbastro lo envió a prisión provisional, comunicada y sin fianza. De momento, eso sí, sólo están personados el Ministerio Fiscal y el letrado de la defensa. No hay acusación particular ni de los colegios donde impartía clases ni del equipo de baloncesto. 

“Dicen que podrían haberle puesto cámaras para pillarlo”, comentan, entre rumores, en el pueblo. Allí, lo conocía todo el mundo. Había nacido en Barbastro y, aunque estaba destinado como Guardia Civil en Monzón (a escasos 17 kilómetros de distancia de su residencia), la vida que llevaba le hacía estar en contacto con mucha gente. Este curso, entre sus múltiples actividades, daba clases extraescolares de lunes a viernes en dos colegios de la localidad, el Pedro I y el Alto Aragón. Pero también estaba ‘metido’ en diferentes actividades deportivas. 

Serafín, además de esas clases extraescolares, era entrenador del Unión Basket y hacía mucho deporte. Acudía a las carreras populares, se mantenía en forma y estaba disponible, siempre que se lo pedían, para participar o ayudar en cualquier actividad que se hiciera en Barbastro. Por eso, en la localidad, siguen en shock después de enterarse de la noticia, que empezó a hacerse ‘viral’ desde principios de la semana, cuando en los dos colegios avisaron a los padres de que se suspendían las clases de inglés programadas. 

Ahora, tendrá que a hacer frente a las consecuencias sociales de su presunto abuso sexual (“pase lo que pase, la fama ya no se la quita nadie”, lamentan en la localidad) y a la judicial. El Código Penal establece en su artículo 183 que podría ser condenado hasta a seis años de prisión por ser responsable de actos de carácter sexual a menores de 16 años. Eso, si no lo ha hecho con intimidación o violencia. En ese caso, la pena no sería menor a cinco o 10 años de cárcel. 

La Guardia Civil pide su suspensión

Carlos Crespo, máximo responsable de la Guardia Civil en Aragón, ha pedido ya el cese de funciones de Serafín, cabo destinado en Monzón en intervención de armas, y va a solicitar también su suspensión, algo que tiene que acordar el propio Ministerio de Interior. También ha especificado que el detenido podrá elegir entre un módulo destinado a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o a la prisión militar de Alcalá de Henares. 

Serafín, durante un entrenamiento.

Serafín pasa así a engrosar, a la espera de que se demuestre su culpabilidad o su inocencia, la lista de personas que han cometido presuntamente abusos sexuales a menores de 16 años. Desde 2017, en total, en la provincia de Huesca, se han abierto ocho diligencias por este delito. Además de otra denuncia por una agresión sexual, un caso de corrupción de menores y otro de utilización de jóvenes de 18 años con fines pornográficos. 

Es, además, el segundo caso que se produce en los últimos meses en Barbastro, donde un Guardia Civil detuvo a un hombre en septiembre por abusar de un joven de 17 años en el pabellón de ferial. El arrestado se encuentra en libertad con cargos, pero no puede acercarse a la víctima. 

Noticias relacionadas