Andros Lozano Brais Cedeira

-Chiquillo, ¡a ver quién se come ahora este pescado con una bola de alquitrán!

-Chocolate. 

-¡Chocolate! ¡Esto qué es!

El hombre que aparece en el vídeo, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se encuentra en el fregadero de la cocina de su casa, situada en la bahía de Algeciras, limpiando un pescado que acaba de coger cuando se encuentra con una insólita sorpresa. Los hechos tienen lugar, presumiblemente y según fuentes policiales, en una localidad de la costa de Andalucía, en el Estrecho. En la puerta de entrada del hachís en Europa.

Encuentran una piedra de hachís dentro de un pescado

Se trata de una zona que en los últimos años se ha convertido en el lugar predilecto de los narcos para introducir toneladas y toneladas de hachís en el continente. A veces, esas operaciones fallan y la mercancía acaba perdiéndose en el mar. 

Los hechos tienen lugar, con casi toda probabilidad, en la citada zona gaditana comprendida entre Algeciras y La Línea de la Concepción. El hombre se dispone a preparar el ejemplar para elaborar más tarde la comida cuando, al abrirlo y retirarle las tripas, se encuentra con una insólita sorpresa en su interior. 

- Chocolate. ¡Parece chocolate!

-Tiene pinta de chocolate. 

"No veas lo que tenía el pescado en la barriga"

Estupefacto, el hombre lo comenta con otra persona que está en la casa. Acaba de hallar una bellota de hachís en las tripas del pescado. Está partida por la mitad.  

-Esto qué es, no veas lo que tenía el pescado en la barriga. Nos moriremos o qué. Esto qué coño es, chiquillo. 

-Chocolate, chocolate.

Yo subí a una narcolancha y el decreto del Gobierno no acabará con ellas

El narcotráfico de hachís, en los últimos años, ha convertido la bahía de Algeciras y el Estrecho de Gibraltar en el caldo de cultivo de una región en la que más de 600 familias trabajan directamente para los narcos más importantes de la zona. 

Lo que se advierte en el vídeo que aparece más arriba se trata de un hecho, cuanto menos curioso. En gran medida porque la forma de trabajar de los narcos en La Línea y su entorno (el Campo de Gibraltar, una comarca de 268.000 habitantes) ha cambiado en los últimos años. Antaño, los traficantes no titubeaban a la hora de lanzar por la borda centenares de kilos de hachís cuando les perseguía una lancha de aduanas o el helicóptero de la Policía Nacional. Hoy defienden con violencia su mercancía, cada vez mayor y más rentable. Pero, al final, siempre hay algo que se pierde. 

Es una prueba más de que el narcotráfico sigue en marcha en la zona. "Lejos de acabarse con él, sigue siendo el delito estrella del Estrecho. Seguimos reclamando medidas reales para acabar con todo esto en la zona. Se había hablado de una inversión de siete millones, el ya conocido plan integral del campo de Gibraltar. Pero a día de hoy no vemos en qué se ha gastado ese dinero. No ha habido ni compra de chalecos antibalas, ni vehículos, ni nada. Seguimos igual", aseguran a EL ESPAÑOL fuentes del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en la región. 

Apenas 14 kilómetros separan Marruecos de Algeciras. Son dos orillas que se ven entre sí en los días claros. Se trata de un lugar, como corrobora este curioso incidente con un pescado, en el que la droga lo impregna todo.

"El narcótrafico esta presente en esta zona de especial singularidad y aparece hasta en lo más cotidiano, como limpiar un pescado", explican fuentes policiales ubicadas en la región a EL ESPAÑOL. "Yo lo había escuchado a la gente, que se había visto algo así antes, pero es la primera vez que hay un vídeo de esto", describe otra fuente policial en la zona. 

-El pescao colocao, chiquillo. Así me picó el pescao.

La vida sigue igual en Algeciras.