Se edifican en los polígonos industriales, nacen en los descampados y descansan en la orilla de la carretera. Las gasolineras low cost se han convertido en un fenómeno que crece sin medida en mitad de un negocio inamovible desde sus inicios. Vinieron al mundo para complementar las estaciones de servicio tradicionales, para conseguir que el repuesto de combustible se efectúe con rapidez, sin intromisiones y con celeridad. Más barato. Sin personal de asistencia.  

El cliente puede elegir y servirse por sí mismo. Elegir el combustible, seleccionar la cantidad, cargar sus vehículos y pagar. La soledad que asola a estos puntos de estacionamiento solo se interrumpe cuando llegan los conductores, rebosan sus depósitos y abandonan el lugar. Allí no habrá nadie para recibirles.

Aún así crecen sin cesar. Las gasolineras desatendidas se amontonan, aumentan las marcas que confían en este método como una apuesta segura. Repostar en este tipo de estacionamientos supone un ahorro de entre quince y veinte céntimos por cada litro. Una cantidad que al llenar un depósito medio de 55 litros supone una rebaja de entre 8,25 y 11 euros por cada vehículo. Hay tres marcas que triunfan en el espectro nacional: Ballenoil y Petroprix Plenoil.  

Vista del panel informativo en uno de los establecimientos Petroprix. Jorge Barreno.

Balleonoil: pague con su aplicación móvil 

Las que lideran el podio cerraron el año 2016, última cifra que se ha hecho pública, con ganancias de 1,5 millones de euros cada una. Dos franquicias con un mismo enunciado y similares métodos de funcionamiento. En el primero, las nuevas tecnologías se han convertido en su mejor compañero, dando acceso a través de las aplicaciones móviles, al autoservicio. No es necesario desplazarse del coche para pagar.  

"Desde la opción 'repostar' seleccione combustible, importe y la estación donde quiere hacer el repostaje (…) recibirá una notificación con un código de ocho dígitos que le permitirá proceder", explican desde la propia compañía. No necesitan personas, solo un teléfono móvil. La pantalla se ha convertido en el intermediario, el mediador que facilita el intercambio entre la gasolinera y el cliente en este negocio que prolifera a lo largo de la extensión geográfica nacional.  

Vista de las gasolineras Ballenoil repartidas en Madrid.

Ballenoil suma un total de 101 estaciones de servicio, repartidas, en su mayoría, entre Madrid, Cataluña, Valencia y Andalucía. La franquicia ha hecho de su máxima de trabajo el mejor de sus emblemas. "Low Good", reza la consigna. Cuando termine este 2018, la célebre gasolinera planea haber inaugurado 25 estaciones de autoservicio nuevas. 

En los últimos años han creado un lazo empresarial que se reparte entre las ciudades más importantes. Ballenoil se ha convertido en un referente en el sector de los centros especializados en el cuidado y servicio de los vehículos dentro del Grupo Progeral. El ahorro que se hace en esta gasolinera es de 11 euros cada vez que se llene el depósito de gasolina.  

Petroprix, la competencia directa 

Es el segundo líder en gasolina low cost. La competencia que lucha al lado de Ballenoil avanza veloz, sin freno, con 60 establecimientos distribuidos por la geografía nacional. Luchan por hacerse con la mayor cuota de mercado posible, por hacerse con parte del éxito que se reparte en el negocio. 

En Petroprix el litro de gasolina cuesta 15 céntimos menos que en el conjunto de estacionamientos tradicionales. Un ahorro que supone 8,25 euros menos en cada recarga de combustible, atendiendo a los patrones de medición habituales, en vehículos medios y con un depósito de 55 litros. 

La inclusión es parte de la política de esta empresa, un atributo necesario para poder cumplir con las leyes estatales y europeas que aluden a los derechos de las personas con discapacidad en los establecimientos y comercios públicos. Las instalaciones de esta franquicia de repostaje son accesibles para el conjunto de los ciudadanos. Las rampas de acceso, la altura de las maquinas de pago y de las mangueras expendedoras, facilitan el abastecimiento para las personas con cualquier tipo de discapacidad.  

Vista del conjunto de las gasolineras Petroprix a lo largo y ancho del país.

Como Ballenoil, su competidor también oferta la posibilidad de hacer las gestiones a través de la aplicación de la compañía. Desde el teléfono móvil el cliente puede realizar la gestión del consumo que quiere en cada momento, informarse sobre el precio y pagar en un mismo acto. Hay una compañía que mira a Bellenoil y Petroprix desde el tercer puesto.  

Plenoil, en expansión 

Se aúpa como una rival a la que mirar con miedo. Con 15 puntos de estacionamiento repartidos por España y un gran proyecto de expansión que busca sumar 45 gasolineras más al proyecto. 

Los puntos de estacionamiento Plenoil se ubican entre Madrid, Valencia, Almería y Murcia. En la capital están abiertas siete establecimientos de esta marca low cost y planean la apertura de otros cinco. En Alicante se concentran cinco negocios de la misma marca. Las tres restantes se reparten entre Murcia y Almería. El diésel de Plenoil cuesta 1,2 euros y la gasolina sin plomo 95 se alza a 1,3 euros. 

Plenoil cuenta con quince gasolineras repartidas por la geografía nacional.

Detrás de los tres gigantes crecen importantes franquicias que llegan con fuerza y ahínco para convertirse en buenas competidoras. Gasexpress es la cadena de gasolineras automatizadas más conocida en la ladera valenciana. Allí, cuarenta establecimientos han abierto sus puertas desde 2013, el año en el que llegaron a España. 

AutoNet&Oil suma once estaciones de servicio en España con la garantía de servicio y calidad. Una pequeña franquicia que amalgama en sí pequeñas empresas, todas relacionadas con el transporte y el cuidado de los vehículos.  

El cumplimiento de las normas, en duda  

Desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), expresan su postura con respecto a este tipo de estacionamientos. "Los estacionamientos tienen que cumplir 70 normas estatales – y autonómicas – de seguridad, este modelo de gasolineras desatendidas hace inviable que se cumplan", sentencia el portavoz en una conversación con EL ESPAÑOL. 

La ristra de situaciones en las que se estaría cometiendo una infracción con respecto a esta cruda normativa, está candente en el día a día de los estacionamientos de autoservicio. Los derechos de los consumidores, que se erigen entre las normas legales, quedan desamparados si no hay un personal que atienda las necesidades de los que acuden a los negocios fantasma. Las demandas quedan desatendidas cuando requieren la presencia de un responsable, la figura de un asistente no existe, el servicio exclusivo al consumidor, tampoco. Nadie que atienda en un accidente o que asista a una reclamación. 

Panel informativo los precios del combustible en Ballenoil. Jorge Barreno.

"Denunciamos la puesta en marcha de instalaciones de venta de carburante que no cumplan con la legalidad vigente, como sucede en el caso de las gasolineras desatendidas”, clama Jorge de Benito, presidente de la patronal CEEES. Y añade: "Las gasolineras desatendidas vulneran la legislación europea y española". Otra gran problemática que rodea a este tipo de establecimiento es el peligro de muchos puestos de trabajo. Según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) las estaciones de servicio perdieron 600 empleados en 2015. Un dato que se multiplicó un año después cuando, después del boom de las gasolineras autoservicio, cuando se perdieron 2.100 puestos de trabajo. "Estas gasolineras no tienen cabida en el sector", termina De Benito 

Inaccesibilidad para personas con discapacidad 

Los únicos testigos de lo que ocurre en los aledaños de las gasolineras desatendidas son las cámaras de seguridad, pequeños elementos que constatan lo que allí ocurre después de que haya sucedido. La falta de personal en estas gasolineras impide el disfrute de determinados bienes y servicios a las personas con movilidad reducida que no pueden repostar de forma autónoma.

Desde la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), denuncian la situación a la que se enfrentan estas personas cuando, al parar a repostar en estos puntos de estacionamiento, chocan con firmes barreras de actuación. "Ellos no pueden echar gasolina por su cuenta, ya sea por imposibilidad de dispensarla por sus propios medios o porque no pueden acceder a los dispositivos de cobro", traza Enrique Moreta, portavoz de la institución que lucha por la igualdad de posibilidades para el conjunto de los ciudadanos.

Un cliente hace uso de la gasolinera Petroprix. Jorge Barreno.

La entidad defiende que los puntos de estacionamiento deben estar atendidas y seguras para el conjunto de la sociedad. Exigen un servicio de calidad e igualitario para todas las personas, que sean elementos de cohesión social, contribuyendo a generar una economía social positiva y a mejorar y enriquecer el entorno. "Las gasolineras vulneran los derechos de las personas con discapacidad, general una clara discriminación que perjudica su autonomía y sus derechos como consumidores amparados por la ley", explica. El artículo 5 de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social obliga a que los servicios a disposición del púbico cumplan el principios de igualdad de oportunidades y eviten discriminaciones por razón de discapacidad.

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