Dolores, a las 17:45 horas, se encontraba descansando en su casa. Estaba en el sofá, tranquila, recuperándose de la operación de reducción de estómago a la que había sido sometida. Adormilada, no esperaba a nadie. Pero se encontró con la visita de una de sus vecinas, toxicómana, con la que ya había tenido algún rifirrafe. Ambas habían discutido por una bicicleta. Es decir, por nada. Pero dio igual. La agresora, que había ido a la casa de la víctima hasta en tres ocasiones, acabó entrando y la roció con gasolina. Le prendió fuego viva delante de sus cinco hijos. Después, fue trasladada al hospital, pero poco pudieron hacer por ella. Falleció por las quemaduras sufridas.

Muere la mujer a la que prendieron fuego en Murcia

Sus cinco hijos (de edades comprendidas entre dos y 15 años) presenciaron toda la escena. Vieron cómo la vecina entraba en la casa con la garrafa de gasolina, cómo se la tiraba a su madre encima y cómo le prendía fuego con un mechero. Ellos trataron de socorrerla. Le echaron mantas por encima para sofocar las llamas. Pero no fue suficiente. Dolores fue trasladada al hospital con quemaduras del 80% al Hospital Virgen de la Arraixaca después de que su pareja llamara al Centro de Coordinación de Emergencias.



La Policía, tras el suceso, pidió asistencia médica para un hijo de la víctima, afectado por una crisis de ansiedad, y para su padre, Badr, de origen marroquí, que fue trasladado al Hospital Virgen de la Arraixaca con quemaduras en los brazos. Allí se encuentra también la presunta agresora con un 6% de dolencias producidas por el quemazón de la gasolina.



Los incidentes, que tuvieron origen en el conflictivo Polígono de La Paz, continuaron en el centro hospitalario, donde la Policía nacional tuvo que desplegar efectivos para que las familias de etnia gitana no se enzarzaran en otra lucha. “No nos sorprende que haya pasado algo en ese barrio. Es muy problemático. Allí se encuentra lo peor. Sabíamos que algo iba a ocurrir cualquier día”, reconocen los vecinos en conversación con EL ESPAÑOL.



El crimen habría sido cometido por venganza. La presunta agresora había discutido con la víctima en varias ocasiones y, más recientemente, por una bicicleta que le habían regalado a su hijo mayor, de 15 años, con una minusvalía del 85%. Su vecina le recriminó que era suya y entonces comenzó el rifirrafe entre ambas. Eso fue lo que desencadenó el posterior incidente. M.I.T.O -siglas de la agresora- habría acudido, según testigos presenciales, a la casa de Dolores con una garrafa de gasolina, un mechero y un cuchillo. Su intención era matarla. Y lo consiguió.

Vivienda donde fue quemada Dolores.

Dolores, en el hospital, estuvo a cargo de las áreas de Cirugía Plástica y Cuidados Intensivos, pero estos no pudieron hacer nada para salvar su vida. Las quemaduras, de entre el 70% y el 80%, resultaron mortales. No obstante, la guardia de familiares de la víctima todavía espera en el Hospital hasta que salga la agresora, que pasará a disposición judicial en cuanto reciba el alta médica.



UN BARRIO PROBLEMÁTICO



El barrio de La Paz es uno de los más necesitados de Murcia. El paro, en datos de junio pasado, se llegó a situar en un 21% y los vecinos que tienen empleo viven en condiciones precarias. Los edificios, tal y como denunciaba Cambiemos Murcia, “están deteriorados”. Esto ha dado lugar a la creación de una zona problemática y conflictiva. “A veces pasear por ahí da miedo”, confiesan en los bares cercanos en conversación con EL ESPAÑOL.



Por ese motivo, a nadie le extraña que el suceso haya tenido origen en la Avenida Primero de Mayo. “Tiene muy mala fama. Hay droga y muchas otras cosas”, confiesan. Dolores, no obstante, a sus 38 años, era muy querida. Vivía junto a sus cinco hijos y a su marido. No había tenido problemas con nadie. Hasta que llegó la vecina para acabar con su vida.

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