“Me voy para arriba, que no quiero que Maria Paz se quede mucho rato sola. Que tal y como está no me puedo descuidar”.

Así se despedía José J., más conocido entre sus vecinos como “Pepe el Valenciano”, de su amigo Emilio, que es el conserje del parking de enfrente. Emilio está, como todos los vecinos de la calle Escultor Canet, en estado de shock. No se imaginaba que sólo 24 horas más tarde, Pepe, de 82 años, iba a matar a puñaladas a su mujer Mari Paz, de 78, y luego iba a intentar quitarse la vida.

La muerte de Maria Paz M. sigue siendo un misterio para rodos los que la conocieron. A ella y a su marido Pepe. Ambos llegaron al barrio de Sants hace más de 30 años. Valenciano él, gallega ella, siempre fueron, a ojos de sus vecinos, un matrimonio ejemplar. “Eran bellísimas personas y una pareja muy bien avenida”, asegura Montse, del bloque que está al lado. Ella los conoce bien. “Junto con nosotros y otra pareja de su bloque, éramos los únicos que quedábamos de los veteranos de esta calle”, asegura. Su relación con ambos era “muy buena. Él incluso bromeaba siempre porque tengo una planta de esas que le dicen ‘del dinero’ en mi balcón y Pepe siempre se sorprendía de lo bonita que la tenía”, recuerda. Además, subraya, “siempre iban por la calle cogidos de la mano. Sobre todo en los últimos tiempos”. Por eso en el barrio nadie entiende que él haya matado a su mujer de forma tan cruel. 

Apreciado por sus vecinos

Emilio, el conserje del parking, es tal vez la persona que más trató a Pepe. “Se venía todas las mañanas un rato a hablar conmigo. Bajaba a comprar el pan y nos poníamos a hablar de todo. Pepe era un manitas que hacía cuadros. Con piedrecitas de colores te motaba un cuadro del Barça, del Betis… A mí me regaló uno del Madrid. Y Pepe era del Barça, pero como valenciano le gustaba el Valencia. Y ahí en su balcón tiene un reloj que se hizo él con el escudo del Valencia”, explica, señalando dicho escudo.

El portal donde vivía Maria Paz con su marido DLF

Las ventanas del segundo piso del bloque 1-3 todavía están abiertas. Nadie sabe con certeza lo que sucedió el sábado a mediodía. Nadie sabe qué llevó a una persona normal y equilibrada como Pepe a matar a su mujer y luego intentar quitarse él del medio. Nadie lo sabe pero algunos se lo imaginan. Emilio explica que “ella estaba mal. Creo que había tenido un ictus o algo parecido. Algo que le había afectado a la cabeza. No hace mucho de eso, igual fue la semana pasada o hace dos. La cosa es que le había afectado fuerte, porque él decía que a su mujer se le había ido la cabeza”.

Se iba pronto para cuidarla

Prosigue Emilio diciendo que el viernes, el día previo al suceso, Pepe pasó por la portería del parking a hablar con él. “Estuvimos hablando poco rato. Vino y me regaló un calendario del Real Madrid. Pero esta vez se quedó muy poco rato porque tenía miedo de que su mujer estuviese sola en el piso, así que se subió enseguida. Así llevaba una semana, quedándose poco rato porque tenía que cuida a su mujer. Decía que a la que se descuidaba le tiraba las cosas por el suelo, que había perdido la cabeza totalmente. Él estaba nervioso estos últimos días por eso”.

Emilio, amigo de Pepe, muestra el calendario del Real Madrid que el homicida le regaló el viernes DLF

¿Qué sucedió después? Nadie lo sabe. Pepe subió ese viernes supuestamente a cuidar de su mujer y nadie más los vio por el barrio. Fue al día siguiente, sobre las 13:15 de la tarde, cuando tuvieron noticias de ellos; las peores noticias posibles. “No sé cómo lo haría, pero alguien avisó a su hijo, que vive en Manresa. No sé si fue el propio Pepe o cómo se enteró su hijo de que estaba pasando algo”. Cuando llegó, se encontró con el panorama. Pepe había matado a Mari Paz, cuyo cadáver yacía en el suelo con dos puñaladas. Exactamente las mismas que se había propinado Pepe después de matarla. También intentó quitarse la vida, y para asegurarse de que moría se bebió una botella de lejía. Sin embargo, las asistencias llegaron a tiempo y pudieron salvarle la vida. Por ella no pudieron hacer nada.

Consternación 

No existe en el barrio constancia de que las cosas hubesen ido mal en el matrimonio; en ningún momento. “Que yo sepa, Pee no tenía denuncias por mmalos tratos ni nada por el estilo. Era un hombre encantador y eso te lo puede decir cualquier que lo haya tratado. En la calle, en el bar, en las tiendas… Quisiera yo enterarme de qué pasó de verdad”, repite Emilio en varias ocasiones.

Pero la versión del crimen piadoso se dice con la boca pequeña en el barrio. Si realmente quiso ahorrarle sufrimiento a la mujer, hay formas de acabar con una persona mucho menos violentas que apuñalarla. La podría haber obligado a tomar pastillas, por ejemplo. En la zona nadie quiere mojarse. “Es que es un tema difícil. Es un hombre que ha matado a su mujer. ¿Es un asesinato machista? Pues no lo sé, yo no sé lo que pasó. Pero por mucho que digan que haya sido por piedad, él le pegó dos puñaladas”, apunta un vecino del bloque de enfrente.

Pepe y Mari Paz vivía en el segundo piso, que todavía tiene las ventanas abiertas DLF

“Yo no sé lo que pasó. Lo único que sé es que es una tragedia. Que hayan pasado la vida juntos, hayan formado una familia y tengan que acabar así", lamenta una mujer. Por el momento, la investigación sigue abierta, y nadie tiene todavía una explicación de por qué Pepe el Valenciano mató a su mujer de forma tan cruel.

Noticias relacionadas