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    Dos de los trabajadores juegan al futbolín entre las chavolas.

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    Las chozas están levantadas con los plásticos, cartones y maderas que los inmigrantes encuentran en los invernaderos y en la calle.

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    Mame, senegalés, vive junto a un compatriota que conoció en Aragón.

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    Mame enseña a escribir y a leer en castellano a su amigo Bala. Se ayuda de esta libreta.

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    En el asentamiento no hay contenedores de basura, que se acumula entre las chozas generando focos de infección.

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    Futbolín del gueto de Lepe.

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    Miles de inmigrantes africanos acuden cada año a la recogida de la fresa en los campos de Huelva.

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    Los asentamientos chabolistas están copados por africanos, a quienes la población local les limita el acceso al mercado del alquiler de viviendas.

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    Antonio Abad (derecha) junto a un jornalero africano en la puerta de Asnuci, una asociación de la que es coordinador de proyectos.

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    En el gueto de Lepe predominan los inmigrantes marroquíes, argelinos, malienses, costamarfileños y senegaleses.

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    Hay inmigrantes que, fruto de la situación que viven, caen en adicciones como el alcoholismo.

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    Abderrazak cocinando en su chabola.

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    Los inmigrantes tienen que lavar los platos y los cubiertos en cubos de plástico.

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    El único punto de acceso a agua potable que disponen cerca los inmigrantes es una tubería que procede del cementerio de Lepe.

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    Vista aérea del asentamiento chabolista de Lepe, el más grande y poblado de toda la provincia de Huelva.