Es habitual que Argentina adquiera autobuses y vagones de Metro a las capitales europeas, en este caso Madrid. El subterráneo de Buenos Aires ha retirado de la circulación tres vagones obtenidos en España después de que el Gobierno de Cristina Cifuentes reconociera "la existencia de amianto" -sustancia cancerígena- en algunos vehículos datados de los ochenta, que todavía transitan las tripas de la ciudad.

Según informa el diario argentino Crónica, las autoridades bonaerenses exigen a la corporación de transportes española que "confirme la presencia de este mineral" en estos vagones, vendidos al país sudamericano en 2011 para "hacer frente a la extensión de la línea, las necesidades de renovar el material rodante y la mejora de la frecuencia".

El órgano estatal y la empresa concesionaria aseguran, a pesar de esto, que el amianto no representa riesgo para los pasajeros ni para los operarios si no es manipulado. Una versión que coincide con la consejería de Transportes madrileña. Aunque las asociaciones de trabajadores ya han mostrado su "profunda preocupación".

El asbesto, residuo del famoso amianto, está prohibido en España y también en Argentina desde 2001. Según explicó el Ejecutivo de Cifuentes, la sustancia se encuentra en "un pequeño componente eléctrico situado en la parte inferior de los vagones, a la cual no tienen acceso los viajeros".

Buenos Aires ya se las ha arreglado para retirar estos vagones sin que se vea afectada la frecuencia de la circulación del subterráneo.

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