Se llamaba Jessica Bravo Cutillas y tenía 28 años. En la tarde de este miércoles había salido de casa para recoger a su hijo en el colegio. El Santo Negro de Elda. Se trata de un centro de educación Infantil y Primaria situado en la avenida Conde. Los padres y las madres acuden a diario al recinto a buscar a sus pequeños para llevárselos a casa. Jessica nunca volvió. Todos lo vieron. También su hijo. El niño, de seis años, estaba delante cuando su padre, Imanol Castillo Sánchez (31) se bajó de un coche, se acercó a su expareja y disparó cinco veces contra Jessica. El hombre, tras acribillarla, se suicidó. Ella, tras 24 horas en muerte cerebral, ha fallecido. 

Eran las 17.10 horas de la tarde. Imanol disparó a Jessica delante de una multitud de niños, sus padres y sus madres. También los profesores del centro presenciaron el ataque. Todos conocían a Jessica. Su niño era su vida. Por encima de todo.

Crimen machista en Elda

De los cinco tiros, realizados con una pistola del calibre nueve -según el diario La Información- , uno de ellos fue directo a la cabeza de Jessica. La mujer ha permanecido en estado crítico durante 24 horas, en muerte cerebral. Pero finalmente ha fallecido.

Trabajaba de camarera

Jessica vivió sus años como universitaria en la Universidad de Alicante. De joven, estudió en el instituto de secundaria Jorge Juan. Ahora vivía en Monforte del Cid. Allí se encontraba instalada hasta que comenzó su relación con Imanol, aficionado desde hace años al culturismo. Era, como él mismo exhibía en sus redes sociales, un obseso del gimnasio.

Jessica e Imanol convivieron durante seis años. De esa relación nació el hijo de ambos, que tiene ahora cuatro. Él ya tenía otra hija de una relación anterior, una niña de 10.

Jessica, con su pequeño de seis años.

En un momento dado, Jessica decidió dejarle. Tras varios episodios de maltrato por parte de él, cortó la relación. Cuando ella le dejó, según ha podido saber este periódico, las autoridades hicieron caso a Jessica y le impusieron a Imanol una orden de alejamiento de 300 metros y también de comunicación. No podía acercarse a esa distancia ni tampoco ponerse en contacto con ella de ningún modo.

Cuando acabaron, ella se marchó a vivir de nuevo a Monforte del Cid, una localidad del interior a apenas media hora de Alicante. La mujer trabajaba, según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes policiales, de camarera en un bar de Hondón de los Frailes, un pueblo cercano a Aspe. En ese triángulo entre Aspe, Monforte del Cid y Elda Jessica había compuesto su nueva vida lejos de él.

Algo comenzó a ir mal de nuevo los pasados 4 y 5 de octubre. Él la llamó por teléfono varias veces esos días, incumpliendo esa orden de alejamiento. Tras la conversación, la mujer avisó a las autoridades.

Este martes por la mañana, los agentes de la Policía Nacional de Elda aparecieron en la casa de Imanol. Se lo llevaron detenido por quebrantar la orden de alejamiento que se suele establecer para proteger a las víctimas de la violencia machista de sus agresores.

Sin embargo, según cuenta el diario La Información, Imanol no llegó a ingresar en los calabozos de la comisaría de la región. El juez de guardia, unas horas después de que el hombre fuera detenido, lo dejó en libertad. Al día siguiente, miércoles, apareció en la puerta del colegio a buscar a Jessica. Iba directamente a por ella.

Los hechos

Imanol era un obseso del gimnasio.

Imanol era de Elda y vivía en Elda. El agresor machista aparcó esa tarde su coche en las inmediaciones del colegio de su hijo. Eran las cinco y diez. Apagó el motor y lo estacionó encima de una acerca cercana. No tenía licencia de armas, pero lo cierto es que llevaba consigo una pistola. Se especula con que la hubiera robado.

En esa zona, cercana al centro escolar, hay por las tardes un importante trasiego de gente. Está muy cerca del hospital de la ciudad.

Hay algo indudable: la premeditación de lo ocurrido. Imanol sabía que Jessica estaría allí, recogiendo al hijo de ambos después de un día de colegio. Llegó a la hora exacta en la que ella se lo llevaba. Le dio igual estar rodeado de testigos. Le dio igual que estuviera su hijo delante. Y que viera lo que iba a hacer. Le dio igual todo. El agresor fue directamente a por ella. Se acercó a su expareja y la apuntó con la pistola. Cinco tiros alcanzaron a Jessica.

El hijo de ambos lo vio todo. Al presenciar el ataque, el menor entró corriendo en el colegio en busca de ayuda. Cruzó las puertas del centro gritando y llorando.

Tras perpetrar el crimen, Imanol volvió al coche. Allí arrancó, se metió la pistola en la boca y apretó el gatillo para acabar con su vida. El coche se estrelló a su vez contra un muro cercano. Los servicios del Samur intentaron salvarle pero no pudieron. Se había suicidado después de acribillar a tiros a su expareja.

Estado crítico

Jessica, en una foto durante el verano del 2016.

El crimen se ha producido en presencia de un gran número de menores que en ese momento eran recogidos en el colegio por sus padres y madres. Algunos testigos se encuentran en estado de shock después de presenciar el crimen. Desde la Consejería de Educación se ha activado ya la Unidad de Acción e Intervención para estos casos. En un comunicado emitido por la Comunitat Valenciana este miércoles por la noche se ha especificado que están ya en contacto con el centro para ofrecer atención durante este jueves a las familias, alumnos y profesores que lo necesiten.

También el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, ha convocado para este jueves una junta extraordinaria de portavoces. La alcaldesa de Monforte del Cid, María Dolores Berenguer, ha manifestado también un gran pesar por lo ocurrido. “Hoy con más fuerza y más dolor que nunca condenamos la violencia de género hacia una de nuestras vecinas y mañana convocamos en la puerta del ayuntamiento un acto de repulsa a las 12:00 os invito a acompañarnos para mostrar nuestra más enérgica condena a la violencia de género y nuestro apoyo a la familia en estos momentos de tanto dolor y sufrimiento”.