Somos policías; merecemos un lugar digno donde vivir y descansar. Este no es sitio para meterse a dormir cuatro personas de nuestro tamaño”.

Los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil desplazados a Barcelona y alojados en barcos se sienten abandonados. No lo dicen públicamente por si hay represalias; ya sancionaron a un compañero por enviar un vídeo calificando el barco de 'zulo'. Fue un vídeo grabado sin intención de que se difundiese públicamente, pero se filtró y el agente fue expedientado y devuelto a su casa. No lo dicen pero internamente se quejan de que las condiciones de vida son muy mejorables.

Policía describe un camarote en Cataluña

“He visto calabozos más amplios que esta mierda”, confiesa uno al referirse a los camarotes de 15 metros cuadrados, sin ventana en muchas ocasiones, que tienen que compartir entre varios agentes. Los primeros días tuvieron que convivir hasta 4 personas, aunque tras el incidente del vídeo y el expediente, “alguien movió hilos desde Madrid para que las cosas cambiasen ligeramente”, cuenta el mismo agente. Ahora conviven dos y, en el peor de los casos, tres personas.

En una jaula

“Salvando las diferencias, me recuerda al maltrato animal. Te encierran en una jaula donde no descansas y luego tienes que salir a la calle a luchar como un león”, comparaba un agente de CNP al evaluar las imágenes del interior del barco.

La escasez de espacio ha sido una de las cosas que más ha llamado la atención, porque fue lo que ilustraba el mencionado vídeo. Pero no son los únicos problemas que tienen los efectivos policiales destinados en el Moby Dada, conocido como 'barco de Piolín', y la otra embarcación en la que se alojan entre 1.100 y 1.200 agentes en total. “Sólo nos dan tres comidas, bastante mejorables. Los turnos son de 6 a 8 de la mañana, de 13 a 15 de la tarde y de 9 a 11 de la noche. Hay dos platos para elegir y nos ponen mucha pasta porque los de la comida son italianos”, resume un agente alojado allí.

Pagar a precio de crucero

Aparte de estas tres comidas, nada de nada. “Si quieres un café te lo tienes que pagar tú. Si quieres un refresco, igual. El café lo hemos estado pagando a 1,80 euros y los refrescos y las cervezas a 3,80. A precio de crucero. Después de lo del vídeo las cosas cambiaron un poco y ahora estamos pagando 2 euros por un refresco, que sigue siendo una barbaridad para los 90 euros diarios en dietas que cobramos. De ese dinero hay que descontar unos 30 euros de coste de alojamiento, lavandería y tal. La verdad es que nadie hace vida en el barco, nuestro tiempo libre lo pasamos fuera. Pero si quieres comprar algo lo pagas caro”, reconoce.

Y es que este es uno de los grandes problemas que tienen en común Policía Nacional y Guardia Civil: que sus sueldos son significativamente menores al del resto de cuerpos policiales. “Cobramos menos que los Mossos d'Esquadra y que la Policía Municipal, pero nos envían a nosotros solucionar los problemas que los políticos no han sabido arreglar en todo este tiempo, y encima nos dejan en estas condiciones”, se quejaba un policía de Madrid con varios compañeros en el Moby Dada.

Por la equiparación salarial

La equiparación salarial es una de las grandes reivindicaciones del CNP y de la Guardia Civil en los últimos tiempos. “Cobramos menos y somos los que estamos peor mirados. No es una situación tranquila la que hay en Cataluña ahora; ya hemos visto cómo se han cargado coches de la Guardia Civil, cómo han perseguido a compañeros por la calle cuando iban solos y les han hecho escraches. Venimos a hacer de malos y encima mal pagados y en pésimas condiciones”, lamenta otro agente destinado en Barcelona.

No obstante, el ambiente entre compañeros es bueno: “No deja de ser una especie de campamento en el que estamos todos juntos. Entre nosotros hay muy buen ambiente. El enfado es con los de arriba”, se queja uno de los alojados en el barco.

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También reconocen que, con algunas cosas se ha exagerado. Por ejemplo, con el supuesto conflicto con los estibadores; en un principio no hay problema. El recibimiento que brindaron a los agentes no fue agradable, pero “no ha vuelto a pasar nada. Ellos hicieron su numerito el primer día y ya está. No tenemos ningún contacto”.

Desde las redes les envían ánimos y se unen a sus quejas: “Quisiera saber cuantos comisarios hay ahí dentro en las mismas condiciones que el resto de los agentes. Si hay que trabajar se trabaja, pero no me hagas dormir en una perrera. Lo siguiente será una lata de sardinas, total, saben que no vamos a 'piar' por miedo”, protestaba un compañero en un foro policial.

Medidas ejemplarizantes

Las posibles represalias condicionan. Creen algunos que expedientar al agente que salía en el vídeo denunciando las condiciones del barco fue una medida ejemplarizante. La consigna es que tienen que estar todos unidos y no mostrar ningún tipo de disensión interna. “Yo lo entiendo y nadie mejor que nosotros sabe a lo que venimos. Somos policías y sabemos que la situación es la que es. Muchos hubiéramos venido voluntarios por España. Pero si protestamos por las condiciones, ya no sólo es que puedan tomar represalias. Es que además nos toca aguantar críticas de algunos compañeros a los que, desde sus casas, les parece mal que nos quejemos”, explica un agente.

La mayor parte de sus compañeros, sin embargo, da su apoyo desde las redes: “Sabemos que es una situación excepcional. Pero ¿qué pasa? ¿Que porque sea excepcional no se puede exponer?” preguntaba otro en los foros. “Mi apoyo total al compañero por denunciar algo que a mi parecer no es normal ni unas condiciones mínimas de habitabilidad. Desde luego yo no haría un crucero en esas condiciones”, sentenciaba otro. “Somos muchos los que iríamos a ese barco, pero con unas condiciones económicas y de alojamiento dignas. Parecemos las antiguas legiones romanas, mal pagadas y pasando penurias y derramando su sangre por Roma”, recriminaba un agente.

Las condiciones han cambiado, sí, pero siguen siendo muy mejorables. La ola de solidaridad de agentes con los compañeros alojados en el 'barco de Piolín' continúa, a medida que crece el enfado “con los de arriba, que son los que no miran por el agente”. El expediente al compañero del vídeo ha enfadado a muchos, que no entienden “cómo se puede expedientar a una persona por enseñar la habitación donde va a dormir durante 15 días y en cambio a los independentistas que quieren romper España no les pasa nada”, como apuntaba un policía en un foro.

A pesar de todos los problemas, no habrá motín a bordo como en el Acorazado Potemkin. Los policías están concienciados con su labor y harán su trabajo, aunque sigan pensando que desde arriba les podrían haber cuidado más.