“Hay un pelotón atrapado, hay 18 compañeros que están metidos en un edificio atrincherados”. Los guardias civiles desplegados en Barcelona reflejan su inquietud a través de mensajes de audio. Su voz se escucha con cierto deje tembloroso. Temen por la seguridad de los agentes que han registrado la sede de la Consellería de Economía en el marco de la operación contra la celebración del referéndum del 1-0: permanecen retenidos en estas dependencias desde hace casi 24 horas. Alrededor, una muchedumbre que jalea proclamas independentistas y les impide la salida. Se suceden las ideas para sacarlos de ahí: “Están barajando posibilidades de entrar con un helicóptero desde una azotea”.

Los audios, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, muestran ese nerviosismo. Para comprender su contenido hay que remontarse a las ocho de la mañana de este miércoles, 20 de septiembre. Es la hora en la que la Guardia Civil accede por orden judicial a las oficinas de la Consellería de Economía, encabezada por Oriol Junqueras. Buscan documentación relacionada con el referéndum catalán. La operación se salda con la incautación de cuantioso material y la detención de 14 personas, entre ellas, Josep Maria Jové, considerado 'número dos' de la Consellería.

La actuación policial sirve de aldabonazo para que una muchedumbre independentista se eche a la calle. Miles de personas abarrotan la Rambla de Cataluña al grito de “¡Volem votar!” [“Queremos votar, en catalán”]. Pronto cubren las inmediaciones de la Consellería. Saltan sobre los coches de la Guardia Civil e impiden la salida de los agentes. De nada sirven las peticiones de abandonar la zona que lanzan las autoridades.

Pasan las horas y los agentes permanecen retenidos. En total, son una veintena: de la agrupación de Zaragoza, de Barcelona, y de la Unidad Central Operativa. No pueden salir. Sus coches han sido destrozados. Atardece.

Coche Guardia Civil

Los miembros del Cuerpo que permanecen en el exterior se impacientan, inquietos por el destino de sus compañeros. Es en este contexto en el que envían los mensajes de audio a los que ha tenido acceso este periódico.

Audio de la Guardia Civil en Barcelona (1)

Contenido del primer mensaje:

“Pues os pongo en antecedentes. Nos han dejado aquí para que lo sepáis. Hay un pelotón atrapado, hay 18 compañeros que están metidos en un edificio atrincherados . Y están completamente atrincherados. De hecho los vehículos los hemos perdido. ¡Los vehículos los dan por perdidos! La GC dice que los vehículos no quieren, que hay que sacar a los compañeros. Están barajando posibilidades de entrar con un helicóptero desde una azotea...

Entonces, hasta que no se solucione esta situación... porque los compañeros están sin comer y sin beber, lo único que tienen es algo de munición y de medios de control de masas. Hasta que no se solucione esto no nos vamos”.

Fuentes de la Guardia Civil matizan a EL ESPAÑOL un detalle relacionado con este mensaje: los agentes no permanecieron sin agua y sin comida, pudieron comer y cenar bocadillos que les hicieron llegar hasta dependencias de la Consellería.

Audios Guardia Civil en Barcelona (2)

Contenido del segundo mensaje:

“Han reventado tres coches de la agrupación de Zaragoza y se han llevado todas las cosas que había dentro. Les han reventado las ruedas, les han pintado, les han roto los cristales… y les tienen rodeados. Han dejado los coches. Se han llevado los chopos, las armas… todo lo que había allí, los HKs… Flipas. De tres coches, ¿eh?”.

Las mismas fuentes del Instituto Armado precisan que los manifestantes no se llevaron las armas. También inciden en que los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de Zaragoza listos para actuar para permitir la salida de sus compañeros abriendo un pasillo de seguridad.

Finalmente son los Mossos d'Esquadra los que abren el pasillo. Son las siete de la mañana y la veintena de agentes pueden por fin abandonar la sede de la Consellería tras casi 24 horas en su interior.

La Benemérita recupera los tres coches que habían asaltado los manifestantes. Los vehículos están destrozados, sin ventanas, y sin parte de la documentación de los agentes que viajaban en su interior.