Quién sabe qué delirio perturbó a Pierre Danilo Larancuent para destrozar así tres vidas en el barrio valenciano de Russafa: la del peluquero Alberto, al que descuartizó; la del subinspector Blas Gámez, al que acuchilló en el portal de su casa; y la suya propia, abatido a balazos por la Policía. Ciudadano sueco de 36 años, es un prolijo autor de artículos criminalísticos y de novelas negras. Las últimas 24 horas de su vida bien podrían formar parte de esos libros que escribió o de una película cruel. Pero su historia es real, como la de las familias que ahora lloran la muerte inesperada de sus seres queridos. EL ESPAÑOL reproduce los pasos de Pierre, desde su estancia en prisión por un delito relacionado con el narcotráfico hasta la jornada de este martes, aquella que sacudió el corazón de Valencia con un crimen sobre el que aún hay demasiadas incógnitas.

Pierre Danilo Larancuent.

Pierre Danilo nació en Gotemburgo en 1981, aunque tenía ascendencia argentina. Su relación con el mundo criminal comenzó a muy temprana edad, y en 2004, cuando tenía 23 años, fue condenado a 14 años de prisión por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Pierre no ocultaba su paso por prisión. Al contrario, en diferentes entrevistas concedidas a medios suecos lo defendía como una parte fundamental de su vida.

Fue entre rejas, en el centro presidiario de Kumla -en el condado sueco de Örebro- donde conoció a Ricard A. R. Nilsson, quien cumplía cadena perpetua por un asesinato cometido en el año 2000: “Después de descubrir que ambos amaban la escritura, comenzaron a colaborar y produjeron una serie de obras”, detalla la página web que comparten Larancuent y Nilsson.

Por el momento han publicado dos novelas con los nombres de Män utan nåd ['Hombres sin piedad'] y Med döden som skugga ['Con la muerte como sombra']. Cada uno de ellos se vende por 120 coronas suecas, aproximadamente 12,5 euros. El tándem literario cuenta con otras obras que aún no han salido a la luz.

Portadas de las novelas escritas por Ricard A. R. Nilsson y Pierre Danilo Larancuent.

Al salir de la cárcel, Pierre decidió trasladarse a España. Quizá le sedujo el clima de la costa mediterránea o la idea de empezar una nueva vida desde cero. Sea como fuere, no tendría mayores dificultades para asentarse en nuestro país: hablaba castellano sin dificultades, con un ligero acento argentino que delataba sus raíces hispanoamericanas.

Pierre se asentó en el número 77 de la calle Sueca, en el barrio valenciano de Russafa. Pasaba sus horas libres en el gimnasio, donde practicaba varias disciplinas marciales, desde el boxeo hasta el keysi [también conocido como Keysi Fighting Method o KFM, cuyos movimientos fueron replicados en películas como Batman Begins y Misión Imposible III].

Este tipo de práctica requiere estar en plena forma y cierta agilidad. Pese a sus grandes dimensiones -“era un tipo enorme”, describen quienes lo vieron entrenar-, era rápido en sus movimientos, certero en sus golpes. Este es un detalle fundamental en el transcurso de los acontecimientos que este martes se vivieron en Valencia.

El asesinato de un peluquero

Todavía se investigan los motivos por los que Pierre Danilo perpetró el crimen que da origen a esta historia.

La escena se dibuja en el cruce de la avenida de Peris y Valero con la calle Cabo Jubi, a escasos 300 metros del portal en el que reside el escritor sueco de novelas negras. A las doce de la noche del lunes al martes, un policía encuentra la pista cruel que desencadena los acontecimientos. Se trata de una maleta que despierta sus sospechas, abandonada entre dos contenedores de basura.

Dentro de la maleta aparece un torso mutilado. No hay piernas, ni brazos. Tampoco una cabeza. Sólo el torso desnudo de un hombre, con varias heridas de arma blanca, seguramente las que le produjeron la muerte -todavía falta por concluir el informe forense-.

Alberto Ferrer.

La identidad de la víctima no se conocería hasta horas más tarde. El fallecido es Alberto Ferrer, de 42 años. Ejercía como peluquero en Valencia, aunque era natural del municipio de Xeraco, de 5.000 habitantes. “Es…. Era una persona fabulosa, muy sonriente, siempre alegre”, detallan afligidos desde una peluquería de este pueblo valenciano.

La Jefatura Superior de Policía de Valencia investiga la conexión entre Pierre Danilo y Alberto Ferrer.

El rastro de sangre

Es en este punto en el que el subinspector Blas Gámez Ortiz, destinado en la Brigada de Homicidios, entra en escena. Faltan unos minutos para que den las dos de la tarde de este martes. Blas patrulla junto a un compañero cuando advierten un reguero de sangre que les conduce directamente hasta el número 77 de la calle Sueca.

Puntos en los que se desarrollaron los hechos.

El encontronazo con el asesino fue violento. Pierre bajaba las escaleras cargado con dos bolsas. En una llevaba ropa limpia; en otra, los documentos del peluquero Alberto, de los que pretendía deshacerse.

Los agentes advirtieron la actitud nerviosa del sospechoso y le pidieron la documentación. Éste reaccionó con rapidez. Sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se precipitó con todo su peso sobre el subinspector Gámez, al que hirió mortalmente. Con sus últimas fuerzas, el policía consiguió zafarse del asesino. Los agentes abrieron fuego contra él con sus pistolas reglamentarias.

Funcionarios judiciales trasladan el cuerpo sin vida de una de las dos personas que han fallecido en la calle Sueca. Efe

Los servicios sanitarios no lograron salvar la vida del policía, que respiró su último estertor en el mismo portal en el que se produjo el enfrentamiento. Pierre murió al instante, fruto de las heridas que le provocaron los disparos.

Una bañera

Los compañeros del subinspector Gámez no daban crédito a lo que le podía haber ocurrido a un agente con una trayectoria tan excepcional. Se había formado en el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía, unidad de élite especializada en operaciones de alto riesgo y ahora se desempeñaba en la Brigada de Homicidios de Policía Nacional. “Metódico” y “analítico”, le describen sus compañeros.

Pierre pudo con él por su gran envergadura y por su formación en diferentes artes marciales. Si no, cuentan los colegas del subinspector, Blas no habría tenido mayores problemas para esquivar el ataque.

Con la escena del crimen grabada a fuego en su mente, los agentes de Policía subieron al piso en el que residía el autor de novelas negras. Allí se encontraron con la bañera en la que Pierre Danilo habría descuartizado el cuerpo de Alberto.

Es todavía una incógnita el motivo por el que el ciudadano sueco de ascendencia argentina cometió el crimen contra el peluquero y después trató de quitarse de en medio el cuerpo. La principal certeza es que, en apenas 14 horas, los vecinos de Russafa han presenciado el levantamiento de tres cadáveres. Y que el luto se ha instalado en Xeraco y en la Policía Nacional tras un crimen que se les escapa al entendimiento.

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