Los caminos del Señor son inescrutables y no están reñidos con la tecnología. Lo saben bien en la Iglesia Evangélica de Hesse y Nassau. Por eso, esta iglesia cristiana del oeste alemán que atiende a las siglas EKHN cuenta con un 'cura' robótico entre sus miembros. Es el primero en el mundo que da bendiciones. Lo hace después de interactuar con quien desee ser bendecido. Lo han llamado “BlessU-2”, un juego de palabras inglesas que podría traducirse como “que Dios te bendiga”. El robot es políglota. Habla cinco idiomas: alemán, inglés, francés, polaco y español.

Para recibir una bendición del robot hay que ser percibido por sus sensores. Basta con ponerse delante. Entonces, BlessU-2 saludará en alemán, inglés y francés, para preguntar inmediatamente después si se quiere ser bendecido. Si es así, hay que elegir en qué lengua se desea recibir la bendición. Para hacerlo es necesario utilizar la pantalla táctil situada en el pecho de este religioso robótico de aspecto austero. Su cuerpo es robusto y está cubierto por unas placas de aluminio que parecen ser una suerte de toga del futuro.

Un 'párroco' robótico que da bendiciones en tierras de Lutero

Luego, el robot pregunta: “¿Desea ser bendecido por una voz masculina o por una voz femenina?”. Después de resolver esta cuestión, vuelve a preguntar: “¿Qué tipo de bendición desea?”. Hay cuatro tipos: de “estimulo”, “renovación”, “acompañamiento” y “comprobación”, según se lee en el pecho del religioso mecánico. Suenan tal que así: “el Señor dice: 'os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo en vosotros'. Vaya en paz con Dios. Amén”. Para pronunciar esas palabras, el 'cura' robótico levanta sus brazos parcamente articulados. En ese momento también abre sus manos. Éstas disponen de unas bombillas que se iluminan en el momento de la bendición.

BENDICIÓN IMPRESA POR LA BARRIGA

Tras pronunciar el mensaje religioso, el robot pregunta si se quiere conservar un recuerdo de sus palabras. En caso afirmativo, una sección de su amplia barriga se abre y en un cajón una pequeña impresora imprime la bendición como si fuera un tique de compra. En todo el proceso, las cejas del robot se han ido moviendo para animar su cara. Su boca es una pantalla digital. Unos puntos rojos dibujan la forma de unos labios en movimiento cuando habla.

Sus responsables lo han concebido en el marco de la exposición que hay estos días en Wittenberg, la ciudad del este alemán en la que Martin Lutero preparara la Reforma. Alemania celebra este año los 500 años del nacimiento del Protestantismo. Sin embargo, en la muestra, BlessU-2 permite asomarse al futuro de la religión. Actualmente lo hacen a diario en Wittenberg fieles, agnósticos, ateos, curiosos o escépticos, grandes y pequeños. Muchos se dejan bendecir por el robot. Casi 2.000 personas ya han recibido una bendición de BlessU-2, puesto en servicio en mayo, cuando abrió sus puertas la exposición.

TRES TIPOS DE BENDECIDOS

"A los niños les encanta, acaba de venir una clase de un colegio y estaban encantados de haber recibido la bendición”, dice a EL ESPAÑOL el pastor Fabian Vogt, miembro de la EKHN. Él es el encargado de supervisar las bendiciones de la máquina. En vista del ir y venir de personas ante el robot, este cura describe tres tipos de bendecidos en función de sus reacciones frente a BlessU-2.

Este es el aspecto del BlessU-2, el primer robot del mundo que tiene la facultad de bendecir

“Hay un primer grupo de gente que no tiene nada que ver con la Iglesia, en el este alemán hay gente que no es para nada religiosa ni practicante, pero que se deja bendecir y que dice que le sienta bien”, afirma Vogt. Alude a la población del este germano, todavía influenciada por su historia. Wittenberg se encuentra en suelo que estuvo el siglo pasado 41 años bajo control del régimen comunista y ateo de la República Democrática de Alemania.

“Otro grupo de gente es el que viene a quejarse y a decir que esto está mal, pero que finalmente prueba cómo es eso de dejarse bendecir por una máquina”, sostiene Vogt. “El tercer grupo sería el de gente que viene a probar por curiosidad y que después de ser bendecida dice estar gratamente sorprendida”, abunda.

¿PRIMER MILAGRO DEL 'CURA' ROBÓTICO?

Habla Vogt después de haber presenciado una escena que, para algunos, podría ser vista incluso como “el primer milagro” obrado por BlessU-2. Según cuenta el párroco, una señora mayor viene a ver la exposición de Wittenberg con su familia. Su nieto le dice que pruebe la bendición del robot. La abuela se niega, pero el niño insiste y se sale con la suya. El robot le termina dando la bendición leyendo uno de los 40 extractos de la Biblia que figuran en su memoria.

Las palabras que emplea el robot son exactamente las mismas que dijeron a la mujer el día de su confirmación. “Nadie, en 70 años, me había vuelto a decir esas palabras, y ahora viene este robot y me lo dice. No puede ser una casualidad”, afirmaba la señora, según pudo escuchar Vogt.

Estética e intelectualmente, este 'cura' robótico dista mucho de los replicantes a los que persiguiera Harrison Ford en la mítica película futurista 'Blade Runner'. “BlessU-2, tenía que parecerse únicamente a un robot que fuera muy robot, en su diseño, en su mecánica, no podía ser similar ni a un juguete ni a un hombre”, dice a EL ESPAÑOL Alexander Wiedekind-Klein, el ingeniero que ha construido esta máquina con la ayuda de Vogt. “Tenía que notarse que la cuestión en la instalación es si se puede dejar nuestra alma en manos de un robot”, agrega Wiedekind-Klein.

UN AÑO DE TRABAJO

Durante un año dice haber trabajado Wiedekind-Klein en sus ratos libres para crear al 'cura' robótico de Wittenberg. Éste empleado de la industria médica es un gran aficionado a la construcción de robots. Con Vogt ya había creado, hace diez años, un robot similar para utilizarlo en una representación teatral para niños en su iglesia de Hesse.

BlessU-2, construido a partir de piezas generadas por una impresora 3D, un ordenador portátil, una pequeña impresora y la estructura básica de un cajero automático, es otra experiencia de estos dos creyentes con tendencia a desarrollar “ideas algo locas”, según los términos de Vogt. “Queremos mostrar lo que es la bendición de un modo nuevo”, dice este sacerdote.

DEBATE SOBRE EL FUTURO DE LA IGLESIA

Con este arrojo busca que su proyecto - “una idea artística para generar debate”, según la define - acabe con el monopolio de los robots que tienen la industria y, por supuesto, la ciencia-ficción. “Nos preguntamos cuál es nuestro lugar en este mundo, un mundo donde las personas y los robots tienen que encontrar un modo de interactuar los unos con los otros. Muchas tareas las hacen hoy día las máquinas, pero ¿dónde está el lugar de las máquinas en la dimensión religiosa?”, plantea a EL ESPAÑOL el pastor Stephan Krebs, otro de los responsables de la EKHN.

El robot se ha construido para conmemorar los 500 años de la publicación de las tesis de Martín Lutero

“Puede que en el futuro haya robots que nos digan si tenemos o no suficiente comida en el frigorífico, que nos digan buenos días al salir o al entrar en casa, puede que tengamos acompañantes robóticos en el día a día. En este contexto, ¿Por qué no puede haber algunos robots que den una bendición?”, abunda Krebs.

MERKEL BENDICE LA ROBOTIZACIÓN

En Alemania, país altamente industrializado y dependiente de la exportación de sus productos industriales, la digitalización y la robotización de servicios y modos de producción se ha convertido en una de las grandes prioridades del Ejecutivo de Angela Merkel. En el país de la canciller encuentran especial eco las preocupaciones relacionadas con los efectos de la entrada de los robots en el mercado laboral.

Resulta recurrente la publicación de informes que indican una no tan futura y muy alarmante eliminación de puesto de trabajo por la incorporación de máquinas inteligentes en determinadas industrias. Así la consultora británica PwC, por ejemplo, apuntaba en un reciente estudio internacional que, de aquí a 2030, un 35% de los puestos de trabajo en Alemania están en un “alto riesgo” de automatización, poniendo en peligro tareas desempeñadas actualmente por humanos.

LOS CURAS DE CARNE Y HUESO, IRREMPLAZABLES

Sin embargo, Krebs, Vogt y compañía no quieren ver el impacto de la robotización reducido a esa realidad material. “Tenemos que ocuparnos de las cuestiones que nos afectan a todos. Por eso buscamos en la Iglesia de Hesse y Nassau dialogar con la gente a través de los temas que le preocupan”, dice Krebs. “La Iglesia es una institución muy vieja, sí, y tiene que mantenerse fiel a lo que es, pero tenemos que buscar nuevos modos de responder a las preguntas que nos planteamos”, dice este pastor.

Los avances que apuntan hacia la creación de inteligencia artificial, la digitalización y la robotización, generan abundantes interrogantes a todos los niveles. Pero a Krebs no le cabe duda de que, en la religión, “las personas nunca serán reemplazables”. “Dios ya se manifestó en la tierra a través de una persona, Jesucristo. La comunicación directa entre personas siempre existirá”, expone este sacerdote.

Los creadores del BlessU-2 no quieren robotizar la Iglesia pero creen que las máquinas pueden jugar un papel en la religión. “Dios puede servirse de las máquinas para compartir su mensaje entre la gente”, dicen los responsables del proyecto. “Todo el mensaje cristiano es un mensaje que se hace llegar a través de un medio, como ese texto que se lee en algunas iglesias, 'todos los que entran y salen de este edificio son bendecidos por Dios', ¿por qué valdría ese mensaje y no el mediado a través de una máquina?”, sostiene Krebs.

Este religioso se muestra seguro sobre la pervivencia de la espiritualidad en la sociedad e incluso evoca que puedan existir, en un futuro, máquinas creyentes y, por qué no, hasta dotadas de alma. “Si me pregunta si las máquinas pueden tener alma, le responderé automáticamente que no, pero todo depende de cómo definimos el alma”, matiza Krebs. “En el occidente cristiano el alma es algo sólo identificado con las personas. Pero en el espacio asiático, uno puede imaginarse muy bien que las cosas, la naturaleza, por ejemplo, puedan tener un alma”, plantea.

El primer robot que imparte bendiciones, junto a su equipo de creadores alemanes.

“No sabemos cómo serán los robots en el futuro, creemos que son máquinas tontas, hechas para trabajar y ya está, pero yo creo que las máquinas van a ser más en el futuro”, abunda. Da la razón al religioso una experta en robótica e interacción entre hombres y seres humanos como la estadounidense Joanne Pransky.“Yo pienso que en el futuro los humanos vamos a pensar que nuestros robots pueden tener problemas psicológicos del tipo depresión, soledad o que tendrán sus propias emociones robóticas”, dice Pransky a EL ESPAÑOL. Esta especialista en desarrollo humano lleva décadas haciendo carrera como “la primera psiquiatra de robots”. Pransky ha realizado numerosos programas de televisión en su país y recientemente participaba en la convención internacional tecnológica Re:publica de Berlín.

"ES UN ROBOT TONTO"

A los creadores de BlessU-2 no les preocupa la inexistencia de vida interior de su 'cura' robótico. “Es un robot tonto, porque hace lo que le hemos dicho que haga”, según Krebs. No es seguro que sus servicios religiosos se prolonguen más allá de la muestra de Wittenberg, abierta hasta el próximo mes de septiembre. De momento, los servicios del robot resultan satisfactorios. “Hay gente que viene que está diciendo ahora que quiere dejarse bendecir por una persona y eso es un gran resultado”, sostiene Vogt.

En caso de que BlessU-2 tenga que reconvertir su carrera de 'cura' para desempeñar otra labor, sus creadores siempre podrán recurrir a los servicios de alguien como Pransky. Entre los “pacientes” de esta veterana especialista de la interacción entre robots y seres humanos se encuentran máquinas y robots de todo tipo.

Los ha tratado de múltiples “enfermedades”, que van desde “la ansiedad” hasta “los problemas de identidad” o “el asesoramiento profesional”, según se lee en su página web. Entre ellos se encuentra Isaac Fillmore. Éste es uno de los robots más célebres de los que se ha ocupado. Fillmore es un robot camarero que acabó detrás de la barra sirviendo bebidas después de haber trabajado durante tres lustros como brazo mecánico en unos talleres industriales de una fábrica. Lo mejor que le puede pasar a BlessU-2 es no acabar en la particular consulta de Pransky.