
La ginecóloga Begoña Cid antes de entrar en quirófano
Begoña Cid, ginecóloga gallega: "El futuro del cáncer de ovario es personalizar la terapia"
La doctora reflexiona en el Día Mundial del Cáncer de Ovario sobre las claves y la prevención de una enfermedad que afecta a casi 4.000 mujeres al año en España
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"El cáncer de ovario no avisa con síntomas claros, y cuando da la cara suele ser tarde", alerta Begoña Cid, ginecóloga del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) especializada en oncología ginecológica.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se celebra este jueves, 8 de mayo, Cid explica los retos que plantea una enfermedad que afecta a casi 4.000 mujeres al año en España y que, en la mayoría de los casos, se detecta en fases muy avanzadas. Por eso, insiste: "Es fundamental acudir al ginecólogo si se presentan molestias persistentes durante más de tres semanas".
¿Qué es exactamente el cáncer de ovario?
Es un crecimiento anómalo de células en los ovarios, que forman parte del aparato reproductor femenino. Existen tres tipos de células en los ovarios (epiteliales, germinales y del estroma), y de cada una puede derivar un tipo de tumor. Los más frecuentes son los epiteliales, y cada subtipo condiciona su evolución y tratamiento.
¿Se conocen las causas o factores de riesgo?
Todavía se desconoce la causa concreta que provoca cáncer de ovario, pero existen factores que aumentan el riesgo: la edad avanzada, las alteraciones genéticas hereditarias (como los genes BRCA1 y BRCA2), la endometriosis, el inicio temprano o tardío de la menstruación, y no haber estado embarazada nunca. Hasta un 20 % de los casos tienen origen hereditario.
"Cerca del 80% de los casos se diagnostican en fases muy avanzadas. En su etapa inicial el cáncer muestra síntomas que pueden confundirse con otros trastornos benignos"
¿Existe un perfil de paciente más vulnerable?
No hay un perfil típico, salvo el de las mujeres con antecedentes familiares. En estos casos, se puede derivar a consultas de consejo genético y plantear una cirugía preventiva, extirpando trompas y ovarios cuando son sanos antes de que aparezca la enfermedad.
¿Qué incidencia tiene esta enfermedad?
Se estima que en 2025 se diagnosticarán en España unos 3.748 nuevos casos. El cáncer de ovario representa el 3 % de todos los tumores femeninos y es uno de los que más mortalidad causa, ya que cerca del 80 % de los casos se diagnostican en fases muy avanzadas. Este diagnóstico tardío se debe, principalmente, a que en su etapa inicial el cáncer de ovario muestra síntomas que pueden confundirse con otros trastornos benignos y a la ausencia de un método eficaz de detección precoz.
¿Cuáles son esos síntomas y cómo se diagnostican?
La verdad es que los síntomas son muy inespecíficos: hinchazón abdominal, digestiones pesadas, alteraciones intestinales o urinarias, dolor pélvico, cansancio, pérdida de peso… Muchas mujeres consultan primero en otros servicios antes de acudir al ginecólogo. Lo importante es fijarse en si esos síntomas se mantienen durante más de tres semanas.
En una consulta, una simple exploración física y una ecografía pueden ser suficientes para generar una sospecha diagnóstica. También hay que aclarar que una citología o una prueba del virus del papiloma humano negativa no descartan el cáncer de ovario, ya que son enfermedades distintas.
¿Se puede prevenir?
La prevención solo es efectiva en los casos con mutación genética conocida, como los genes BRCA1 o BRCA2, donde se aconseja la cirugía preventiva tras haber cumplido el deseo de ser madre. En el resto de casos, hay que seguir las recomendaciones de la OMS para reducir el riesgo de cualquier tipo de cáncer: vida saludable, dieta equilibrada, ejercicio físico, evitar el tabaco, el alcohol y el sobrepeso.
"Una simple exploración física y una ecografía pueden ser suficientes para generar una sospecha diagnóstica"
¿Hasta qué punto es clave un diagnóstico precoz?
Es fundamental. En fases iniciales, el tratamiento es más efectivo y la supervivencia aumenta notablemente. Pero solo un 20 % de los casos se detectan precozmente, ya que los síntomas aparecen cuando el tumor ya está avanzado.
¿Cómo se trata el cáncer de ovario?
El tratamiento estándar es quirúrgico: se realiza una cirugía citorreductora, es decir, eliminar todo el tumor visible. Esta intervención debe hacerse en centros especializados, ya que es el principal factor pronóstico. Después se administra quimioterapia antes o después, según el caso. A pesar de los avances, cerca de la mitad de las pacientes tendrán una recaída en los tres primeros años.
¿Qué avances hay en investigación?
Además de la quimioterapia, contamos con tratamientos dirigidos como los antiangiogénicos o los inhibidores de PARP, que han supuesto un gran cambio en pacientes con mutaciones BRCA. También se están investigando los anticuerpos conjugados dirigidos al receptor de folato-alfa, presentes en muchos tumores de ovario. Ya hay ensayos clínicos en fase III.
¿Cuál es el futuro del tratamiento?
El futuro pasa por la personalización. Conocer las alteraciones moleculares de cada tumor permite diseñar tratamientos más eficaces y adecuados para cada paciente. Esto no solo mejora la supervivencia, sino que abre la puerta a la posibilidad de curación en algunos casos.