Equipo del Chaflán en Nochebuena del año pasado

Equipo del Chaflán en Nochebuena del año pasado Cedida

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Los Reyes de las previas coruñesas en Nochebuena: "Nos gusta que nos elijan como parte de su familia"

El Chaflán, la plaza de la Urbana, la calle San Juan o A Cunquiña son algunos de los puntos de encuentro para brindar con amigos en estas fechas tan importantes

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Hay un momento, casi ritual, que se repite cada diciembre en A Coruña. Antes de la cena en casa, antes de los regalos y antes incluso del turrón, la ciudad se cita en los bares. Las previas de Navidad se han consolidado como una de las tradiciones más vivas, un fenómeno social que mezcla reencuentros, brindis y mucha emoción. Y detrás de cada barra, quienes lo hacen posible lo viven con la misma intensidad.

Uno de los clásicos indiscutibles es O Chaflán, en Os Mallos. Lo que empezó como un bar de barrio es hoy un punto de reunión para vecinos y para gente llegada de toda la ciudad. Su dueña, Anuska, explica que no es algo nuevo, sino una costumbre que se ha ido construyendo con los años. "Pues ya hace muchos años que la gente viene a brindar ese día con los suyos".

Para ella y su marido, que llevan toda una vida sumando años en el barrio, la previa va mucho más allá del trabajo. "Para nosotros es algo muy especial porque nos gusta que nos elijan como parte de su 'familia'", explica.

Por el Chaflán pasan amigos, familiares que regresan a casa por Navidad, personas que viven fuera parte del año e incluso varias generaciones. "Los que empezaron a parar cuando abrimos luego han traído a sus hijos, los abuelos que los acompañan porque en algún momento también vinieron por aquí a tomar un café o una cañita".

Clientes en Nochebuena en el Chaflán el año pasado

Clientes en Nochebuena en el Chaflán el año pasado Cedida

El día es intenso, tanto a nivel laboral como emocional. "Quieres saludar a todo el mundo y brindar con ellos, pero a veces es imposible por la gente que hay", reconoce Anuska. A partir del mediodía, el bar empieza a llenarse: gente que sale de trabajar, grupos que quedan sabiendo que por la noche les espera una cena familiar.

"No hace falta comer porque por la noche tienes una buena cena asegurada en casa de mamá", añade. El cierre llega antes de lo habitual, sobre las siete y media u ocho de la tarde, para que el personal pueda llegar a tiempo a cenar en casa. Aunque, en su caso, la celebración continúa en el propio local. "Desde hace unos años cenamos en el bar, porque al ir aumentando la familia, como en todas las casas, los salones se nos quedan pequeños".

Crece la plaza de la Urbana

Otro de los puntos neurálgicos de estas fechas es la conocida como plaza de la Urbana, un espacio que empezó a cobrar vida hace más de una década y que hoy es sinónimo de ambiente navideño. César, desde el bar Urbana, recuerda que estas son ya sus duodécimas Navidades en la plaza. "Suena fuerte", admite, destacando la mezcla generacional del equipo y del público, "desde gente de casi 50 años hasta chavales de 20".

Equipo de la Urbana

Equipo de la Urbana Cedida

Al principio, eran amigos y conocidos los que se acercaban. Con la apertura de nuevos locales —como Martirio, Zócalo Mezcalería, A Buserana o el más reciente Santana— el efecto llamada fue creciendo.

"Cuantos más bares iban abriendo, más gente se iba juntando", explica César. Para ellos, más allá del negocio, son días especiales. "Estás trabajando, pero ves a amigos y a gente que hace mucho que no ves. Acabamos un poco achispaos entre saludar a todo el mundo".

El momento más complicado llega cuando toca bajar la reja para ir a cenar. "Es el día que más cuesta, porque estás viendo a amigos, conocidos, gente que hace tiempo que no ves y cuesta despedirse", reconoce. Y aun así, el trabajo no termina ahí: tras la cena de Nochebuena, muchos locales vuelven a abrir para unas copas. "Hay que dejar todo listo, ir a cenar y volver para seguir".

Fieles a la San Juan

La tradición también se extiende a calles históricas como San Juan, escenario habitual de todo tipo de celebraciones. Locales míticos como San Xoán, Echeoquehai, Compinche o El Huevito vuelven a llenarse estos días.

La calle San Juan en una foto de archivo.

La calle San Juan en una foto de archivo. Quincemil

Jorge Rilo, de San Xoán, resume el ambiente con sencillez: "Es un día genial durante todo el día, la gente baja a brindar y aparece muchísima gente". Tanto, que en ocasiones la calle se queda pequeña. "Cortar la calle no, aunque creo que el año pasado terminó cortándola la gente", comenta.

La plaza del Humor

Y si hay un ejemplo de cómo un solo local puede llenar una plaza entera, ese es A Cunquiña, en la plaza del Humor. Rosa y Armando han querido este año agradecer la fidelidad de sus clientes de una forma muy especial: decorando el local con bolas de Navidad personalizadas, cada una con la cara de un cliente y un gorro navideño. Un gesto que refleja el vínculo que se crea en estas fechas y que promete reunir de nuevo a todos alrededor de su barra.

Rosa y Armando decoran A Cunquiña por Navidad

Rosa y Armando decoran A Cunquiña por Navidad P.M

Porque en A Coruña, las previas de Navidad no son solo una antesala de la fiesta. Son un reencuentro colectivo, una forma de celebrar que la ciudad sigue siendo, durante unas horas, una gran familia alrededor de una caña o un vino compartido.