Fabián Fajardo, responsable de sala del restaurante Gloria Bendita de A Coruña

Fabián Fajardo, responsable de sala del restaurante Gloria Bendita de A Coruña Miriam García

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El restaurante de A Coruña cerca de Riazor en el que la comida sabe a gloria bendita

Gloria Bendita lleva quince años ofreciendo platos de toda la vida elaborados con mucho mimo a la olla y a la brasa

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En el restaurante Gloria Bendita, tienen claro que los sabores de su comida hacen justicia a su nombre. Este local, situado en el número 2 de la rúa Riazor, lleva 15 años ofreciendo a sus clientes platos de toda la vida, cocinados con mucho mimo y dedicación por un equipo liderado por Alfonso Longui y Eleonora Ottani.

Cuenta Fabián Fajardo, jefe de sala, que la idea de abrir el restaurante nació literalmente de "un amor en Italia" hace casi diecisiete años. "Los jefes se conocieron en un convento franciscano en Italia y se enamoraron", explica. Unos años después decidieron venirse de Bolonia a A Coruña, ciudad natal de Alfonso, y se empezó a gestar el sueño de abrir un restaurante juntos.

Un sueño que tomó forma cuando se hicieron con el local a las puertas de la playa de Riazor. "Al principio solo tenían unas 12 mesas. Hace dos años abrieron el Cielo 91, que les añadió más espacio", relata el joven, pues ambos locales están comunicados y comparten cocina. Además, en las próximas semanas abrirán Salvaxe, un nuevo establecimiento en Pontedeume.

Los propietarios decidieron llamar a su primer restaurante Gloria Bendita como un guiño al convento en el que se conocieron en Italia. "Querían que el sabor de la comida llevase a los clientes a utilizar la expresión 'esto sabe a gloria bendita'", dice Fabián. De hecho, con la decoración de ambos locales puedes viajar a la época medieval o dejarte llevar por un ambiente marinero.

Platos para chuparse los dedos

Su especialidad son los arroces y las carnes a la brasa, aunque también destacan por su pulpo a la brasa con cachelos. Fabián cuenta que una pareja de Valencia viaja todos los años para comer uno de sus cuatro arroces: el Señorito (con marisco pelado), el negro (con tinta de calamar), el caldoso de marisco y el meloso de bogavante.

Un buen vino es un factor clave para acompañar una comilona, y en Gloria Bendita lo saben, por eso trabajan con tres bodegas pequeñas que les aportan sabores únicos 100% gallegos.

En cuanto a los postres, todos son caseros, pero entre ellos hay uno que sobresale por su elaboración: la utopía de chocolate. "Consiste en una bola de helado de vainilla, frutos rojos y secos, con un brownie de chocolate. Todo encerrado dentro de una cúpula de chocolate blanco que derretimos con chocolate caliente frente a los comensales", explica Fabián.

Por último, todo aquel que se deja seducir por la magia de Gloria Bendita termina repitiendo. "Tenemos una clientela muy sólida que nos visita aproximadamente cada quince días. Gracias a nuestra ubicación tenemos tanto gente joven como mayor", concluye el responsable de sala.