El periodista holandés Jorn Lucas vive desde hace años con su familia en A Coruña.

El periodista holandés Jorn Lucas vive desde hace años con su familia en A Coruña. Cedida

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Familias internacionales de A Coruña hablan sus idiomas a sus hijos: "Es una conexión fundamental"

Este viernes se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna y con este motivo hablamos con cinco familias con progenitores de distintos países que educan a sus hijos en hogares bilingües

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Además del castellano y del gallego, los idiomas que se hablan en la ciudad de A Coruña, hay quien crece aquí entre la influencia de varias lenguas debido a que alguno de sus progenitores viene de otro país. 

En la ciudad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística del último trimestre del 2024, la mayor parte de llegadas de personas del extranjero a A Coruña fueron provenientes de Venezuela, Colombia y Cuba.

Sin embargo, son muchos quienes, al hecho de inmigrar, deben añadirle el adaptarse a un país que no habla su idioma. Por eso seguramente hoy celebrarán el Día Internacional de la Lengua Materna que se conmemora este viernes.

Para estas personas, poder comunicarse con sus hijos en su lengua materna es fundamental

Es el caso de Jennifer Johnson, profesora de inglés en Speak Out que llegó a A Coruña en el 2001, después de haber estudiado en Madrid. Esta estadounidense, nacida en Wisconsin, se enamoró de un madrileño que quería vivir en Galicia. Con los años ambos acabaron en la ciudad coruñesa, donde ahora tienen 3 hijas de entre 13 y 16 años.

"Compartir un sentimiento en un idioma que no es el tuyo no es lo mismo"

Jennifer Johnson, estadounidense en A Coruña

En sus propias palabras, poder hablar con ellas en su idioma natal "es muy importante. Llevo muchos años aquí y puedo comunicarme en español, pero nunca me siento tan cómoda como en mi propio idioma. Es una conexión fundamental que quieres tener con tus hijos", a lo que añade que "así me siento más yo misma y puedo comunicar mi cultura y mi manera de ser a través de las palabras y de las expresiones que uso. Es curioso, pero compartir un sentimiento en un idioma que no es el tuyo no es lo mismo".

Algo parecido le sucede a Nolwenn Christien, docente en la Alianza Francesa, que vino desde Bretaña. En un principio conoció la ciudad en el 2002 al hacer aquí su Erasmus y cinco años después volvió también por amor. "Mis niñas son niñas Erasmus", bromea.

Por eso, sus dos hijas de 7 y 10 años están creciendo en un hogar plurilingüe. "Yo intento hablarles en francés y mi pareja les habla en gallego", explica.

Astou Dembele, senegalesa que vive con sus cuatro hijos en A Coruña.

Astou Dembele, senegalesa que vive con sus cuatro hijos en A Coruña. Cedida

Otro caso es el de Astou Dembele, peluquera de Aisha Hair que llegó de Dakar, en Senegal, hace 10 años. Ella mantiene vivo en casa el wolof, su dialecto, hablándole en este idioma a sus cuatro hijos. Como es muy diferente al español, habitualmente ellos le responden en castellano, aunque ya se "defienden", sobre todo cuando regresan de algún viaje a su país.

Sin embargo, combina este con el español, ya que cuando su segundo hijo empezó en el colegio tuvo dificultades para integrarse y hablarlo bien. "Me llamaron del cole y me dijeron que estaba tardando mucho en hablar y que debía hablarle castellano en casa, así que eso hice", cuenta Astou.

"Como madre africana y senegalesa, creo que es mi deber enseñarles mi idioma"

Astou Dembele, senegalesa en A Coruña

Esta miembro de la junta de África Universal reconoce que "que me respondan en mi idioma es un orgullo. Como madre africana y senegalesa, creo que es mi deber enseñarles mi idioma". Poder hablar wolof será "un idioma más para ellos y también es su cultura".

Jorn Lucas, periodista holandés que lleva en la ciudad cerca de tres años, reconoce que educa a sus dos hijos de manera "estricta". "Yo solo les hablo en holandés y su madre en castellano. Es lo que hicimos desde siempre", cuenta. Antes de mudarse, toda la familia vivía en Amsterdam, por lo que entonces era la madre de los niños quien les transmitía una lengua extranjera.

"Les hablo en francés para transmitir mis raíces y mi cultura"

Carl Masurel, francés en A Coruña

A mayores, desde los 10 años, sus hijos —ahora adolescentes— recibían clases intensivas de castellano sirviéndose del programa ALCE (Aulas de Lengua y Cultura Españolas) del Ministerio de Educación.

El mismo tiempo lleva en la ciudad Carl Masurel, profesor en la Alianza Francesa, que vino del sur del país galo tras la pandemia porque su pareja es gallega. Ambos tienen dos hijas de 6 años y 10 meses y él les habla "exclusivamente en francés", mientras que su compañera lo hace en castellano y un poco en gallego.

Carl Masurel, francés residente en A Coruña, con su familia.

Carl Masurel, francés residente en A Coruña, con su familia. Cedida

"Transmitir mis raíces y mi cultura" además de brindarles más "oportunidades en el futuro" son los motivos que llevaron a esta pareja a educar en varios idiomas a sus hijas.

Spanglish y otras mezclas

Un aspecto en común en todos estos hogares es la mezcla de idiomas en las conversaciones del día a día. 

La hija mayor de Carl domina ya el español desde que la familia se mudó aquí. Sin embargo, como todavía está empezando a leer y a escribir, en muchas ocasiones "si no sabe decir una palabra va a intentar españolizarla o afrancesarla".

Cada noche, este francés le cuenta a su hija un cuento en su idioma, lo que le ayuda a familiarizarse con él. Su compatriota Nolwenn también explica que, cuando sus hijas eran más pequeñas, le parecía "lógico" hablar en su propio idioma, sobre todo para cantarles. "Cuando son bebés cantas mucho y, claro, yo no me sabía ninguna nana en castellano", razona. Ahora también sus hijas completan las frases introduciendo palabras en el otro idioma.

Jennifer Johnson, estadounidense que reside en A Coruña, con sus tres hijas.

Jennifer Johnson, estadounidense que reside en A Coruña, con sus tres hijas. Cedida

Lo mismo sucede en casa de Jennifer, donde se pueden llegar a escuchar frases del estilo de "pásame esa chair que está en el corner". En todos los casos, que estos niños y niñas crezcan viendo contenidos en versión original ha reforzado el aprendizaje de sus idiomas.

En ocasiones, estos hogares plurilingües van más allá e incluyen otras lenguas. Es el caso de los hijos de Jorn que, en lugar de hablar el holandés o el castellano entre sí, se comunican en inglés.

"Les dije a mis hijos: 'Si sois capaces de hablar tres lenguas, también sois capaces de hablar gallego'"

Jorn Lucas, holandés en A Coruña

En su casa, "a mí me hablan en holandés, con mi mujer hablan español y entre ellos inglés. Cuando estamos los cuatro en la mesa es un batiburrillo de todo". Al llegar a Galicia, la dificultad para ellos estuvo en el gallego, pero su propio padre les dijo "si sois capaces de hablar tres lenguas, también sois capaces de hablar gallego".

Legado y conexión familiar

"Los educamos en un mundo bilingüe para que no tuvieran problemas en hablar con sus abuelos de aquí o con mis padres allá", indica Jorn, a lo que añade que "mis hijos son conscientes de que cuentan con dos lenguas y las dos son igual de importantes".

"Quiero que mis hijos se entiendan con las personas de mi país y con mi familia"

Astou Dembele, senegalesa en A Coruña

Jennifer explica que en su casa el idioma principal es el inglés porque "me parecía la mejor forma de que pudieran ser bilingües y también porque mi familia, en Estados Unidos, no habla español. Yo tenía esa necesidad de que mis hijas se pudieran comunicar con mi familia".

Lo mismo comenta Nolwenn, que idica que "para mí es importante que se puedan comunicar con mi familia", en un sentimiento compartido por Astou. "Prefiero hablarles en mi idioma para que lo aprendan. Como nacieron aquí, van a saber castellano sí o sí, e igual que yo lo aprendí cuando llegué, quiero que ellos cuando vayan allí se entiendan con la gente de mi país y con mi familia", señala.