Rincones de Galicia: Monte Louro, el gigante que emerge del mar
Dice la leyenda que bajo las aguas de su laguna yace una ciudad enterrada, que en los días de temporal es posible escuchar el tañido de las campanas de la iglesia y las voces susurrantes de sus habitantes. La Laguna de Louro, conocida también como Lagoa de Xalfas, formada por las aguas estancadas del río Longarela, es Lugar de Importancia Comunitaria y refugio de numerosas especies de aves que tienen aquí su hogar.
Se halla a los pies del Monte Louro, un gigante de granito con la nada desdeñable altitud de 241 metros, que tiene la peculiaridad de alzarse junto al mar (pareciera que emerge de él), en un entorno fascinante que incluye la desembocadura de un río, el Tambre, una lengua de arena, Area Maior, y una laguna que es espacio protegido y perfecto observatorio ornitológico.
El Monte Louro es una de las joyas naturales del Concello de Muros, que ya de por sí reúne suficientes atractivos para acercarse a la zona. En su cima todavía se conservan los vestigios de una construcción medieval, posiblemente un pequeño castillo, una diminuta fortaleza o una atalaya con posición estratégica que permitía otear gran parte de la ría.
En uno de sus extremos, en zona baja y pegado a los acantilados, en el saliente denominado Punta Queixal, vemos su faro. El conocido como Faro de Louro es una torre rematada en un cilindro con un haz luminoso y un sistema óptico que se sitúa en la base del monte, sirviendo de advertencia a las embarcaciones que se acercan a esta costa, una de las más concurridas de Europa. Fue construido en 1862 y desde él, siempre que la espesa niebla da un respiro, se pueden contemplar los excelsos paisajes de la costa sur de la Ría de Muros y Noia, llegando incluso a avistarse a lo lejos los arenales de Porto do Son. También es un rincón ideal para la observación de aves que alzan su vuelo en sus proximidades, en especial de cormoranes.
Se puede alcanzar el faro por una pista asfaltada que rodea parte del monte, a través de la C-550, partiendo de Muros en dirección Carnota.
El Monte Louro se caracteriza por estar rodeado en casi todos sus puntos por las bravas aguas del Atlántico, pero es en su parte norte donde se une a tierra firme por medio de una extensa lengua de arena: es la Playa de Area Maior, con su kilómetro y medio de arena fina y dunas de tamaño medio, hasta hace poco uno de los secretos mejor guardados de esta zona, y hoy en día muy frecuentada en verano.
Junto a ella, la Lagoa de Xalfas completa esta tríada mágica. Rodeada por un importante anillo de vegetación y separada del mar por un sistema dunar, sus 200 metros de diámetro sólo se comunican con el océano de forma puntual, pues permanece protegida de sus embestidas por el gran cinturón de dunas. En su entorno hacen sus nidos distintas especies ornitológicas, como patos frisados, gallinetas y zampullines comunes, garzas reales (que escogen este enclave para invernar) y las simpáticas “píllaras de las dunas”, que harán las delicias de los amantes de las aves. Recientemente, para evitar que bañistas y asiduos a la playa invadan su espacio, se han habilitado pasarelas de madera que contribuyen a hacer de este hermoso espacio natural un lugar más seguro para las aves y sus nidos.
El entorno del Monte Louro no sólo destaca por su riqueza faunística, si no también por su importancia botánica, pues aquí crecen cañaverales que mantienen la morfología de la zona húmeda e incluso algunas especies más propias de ambientes secos, como la Lilaeopsis Caroliana, única muestra que encontramos de esta planta en toda Galicia.
En definitiva, el Monte Louro y su entorno constituyen uno de los espacios naturales más bellos y curiosos de Galicia. El mar que lo rodea ha sido declarado Reserva Marina de Interés Pesquero, promovida por la Cofradía de Lira en Carnota, y sus contornos terrestres son Punto de Interés Geológico de importancia nacional, por lo que su valor es indudable.
A nivel paisajístico nos ofrece una de las postales más singulares y hermosas de la provincia coruñesa, con la mágica laguna hermanada con un arenal único a los pies de un monte legendario.
Emma Sexto
