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Manuel Rial, alergólogo del CHUAC de A Coruña: "Los animales de pelo largo dan menos alergia"

La alergia a los animales depende de muchos factores, también de las características de la mascota, como su sexo, raza, edad o tipo de pelo. Por suerte, existen recomendaciones y tratamientos para reducir los síntomas
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Convivir con un perro o un gato cuando se sufre alergia puede resultar muy incómodo, pese a ello, el amor a las mascotas suele pesar más que esa incomodidad, especialmente si los síntomas no son muy graves. Manuel Rial, alergólogo del CHUAC de A Coruña, detalla que la alergia a los animales depende de muchos factores, también de las características de la propia mascota, como su sexo, raza, edad o tipo de pelo. Por ejemplo, contrariamente a lo que se pudiera pensar, "los animales de pelo largo dan por lo general menos alergia que los de pelo corto", detalla.

Pese a lo común que es, el alergólogo explica que la alergia "es una respuesta anormal del cuerpo". Esta respuesta nace de unos anticuerpos presentes en el sistema inmunológico que tienen la función de defender al organismo frente a parásitos. Sin embargo, "en gente genéticamente predispuesta pelean contra cosas que no deberían, como los ácaros del polvo, el polen de ciertos árboles y plantas, hongos, alimentos o incluso medicamentos".

De todos los tipos de alergia, la más frecuente es la respiratoria, y se produce cuando "estos anticuerpos pelean frente a alérgenos que se encuentran en el ambiente". Por eso, dependiendo de donde se viva, "estás expuesto a unos o a otros". Además, Rial detalla que en gente con esa "predisposición a desarrollar alergias, es fácil que pueda desarrollarla también hacia una mascota".

Un inconveniente de esta alergia es que, a diferencia de la producida por pólenes, por ejemplo, no es estacional, y "si tú vives con una mascota vas a tener síntomas de alergia el año entero". Algo que puede dificultar la convivencia, especialmente cuando los síntomas son más graves.

"Se tiene alergia al animal en sí"

Habitualmente se tiende a pensar que la alergia la provoca el pelo del animal, pero "normalmente lo que se mide en cuanto a alérgenos es la caspa del perro y del gato". Y el principal problema de esa caspa es que "las proteínas de la caspa del cuero cabelludo pesan muy poquito", por lo que "quedan suspendidas en el aire y acaban llenando todo toda la vivienda".

Es por ello que "es habitual que sigas teniendo síntomas aunque el gato esté en la habitación del fondo y tú estés en el salón, porque todo el aire del domicilio está lleno de esa sustancia que no llega a depositarse en el suelo". De hecho, Rial apunta que "hay estudios que dicen que aunque tú te deshagas del gato porque tienes alergia, puedes tener síntomas hasta seis meses después de que se haya ido".

Con todo, el experto considera que en realidad no se tiene alergia a una parte del animal, sino que "se tiene alergia al animal en sí mismo", ya que esos alérgenos están también presentes en otras partes del cuerpo. "También hay proteínas alergénicas en la orina, en la saliva... por eso se tiene alergia al animal en su conjunto", asegura. Ello explica que las personas puedan ver aumentados sus síntomas al realizar acciones como limpiar el arenero de su gato, "porque los alérgenos también están ahí presentes".

Una niña coge a su gato en brazos (Shutterstock)

Además, no todos los animales producen la misma alergia, ya que "las sustancias alergénicas que liberan los animales dependen de muchos factores", como la raza, la edad, el sexo o el tipo de pelo.

Por ejemplo, Rial explica que "los perros machos dan más alergia que las hembras", al contrario que sucede con los gatos, en los que "dan más alergia las hembras". Los cachorros también suelen producir más alergia que los adultos y, contrariamente a lo que se pudiera pensar, "los animales de pelo largo dan por lo general menos alergia que los de pelo corto". Ello se debe a que "los animales de pelo largo recambian más el cuero cabelludo".

Cómo combatir la alergia

Como es evidente, la forma más eficaz de combatir la alergia a los animales es no convivir con ellos en casa. Pero los amantes de perros y gatos no suelen decantarse por esta opción, y prefieren explorar otras posibilidades que les permitan seguir al lado de sus mascotas.

En ese sentido, el alergólogo indica que hay que tener en cuenta que "se puede tener una prueba de alergia positiva sin tener alergia". Es decir, la prueba positiva "te dice que tienes anticuerpos frente al perro o el gato, pero no te dice que esos anticuerpos funcionen, y solo tienes síntomas cuando los anticuerpos funcionan". De hecho, asegura, "casi todo el mundo que tiene animales a la larga acaba desarrollando una prueba positiva, pero eso no significa a ciencia cierta que tenga alergia".

Es por ello que puede haber personas que se hagan una prueba de alergia y obtengan un resultado positivo pero que no experimenten ningún síntoma al estar en presencia de animales. En esos casos, la persona está de enhorabuena y no tendrá que seguir ningún tratamiento o medida.

Por la contra, se encontrarían aquellas personas que obtienen una prueba positiva y que además sí padecen síntomas de alergia. Son los casos que tienen "relevancia clínica" y suponen alrededor de un 30% del total. Si bien, en este grupo de personas también hay diferencias, ya que no todas experimentan los mismos síntomas y la actuación siempre se hace "en función de la gravedad".

"Puede ser que yo conviva con un animal y que tenga síntomas de rinitis leves, es decir, que estornude más de la cuenta, por ejemplo, pero que no me afecte en mi día a día, y luego hay gente que tiene rinitis graves, con sensación de catarro constante, que incluso tienen asma y pueden faltar a su trabajo o al colegio", relata Rial.

Es en estos últimos casos, los más graves, la primera recomendación es dejar de convivir con animales. Si pese a todo no se desea tomar ese camino, y también para todos los demás casos más leves, existen tratamientos que pueden hacer más llevaderos los síntomas, como los antihistamínicos o, el más eficaz, la vacuna. "Es muy eficaz, funciona en el 90% de los casos y hace que casi no se tengan síntomas. Es la que hace que un veterinario alérgico pueda seguir siendo veterinario, por ejemplo", cuenta.

Además del tratamiento, se pueden seguir algunas recomendaciones generales para intentar reducir la presencia de alérgenos en el hogar. Para empezar, intentar mantener las estancias ventiladas y limpias, aspirando suelos y textiles. También es aconsejable evitar dormir en la misma habitación que la mascota.

Al mismo tiempo se puede optar por sprays que se aplican sobre el pelaje del animal y que consiguen que esa sustancia alérgena se deposite en el suelo en vez de quedar suspendida en el ambiente. Por último, Rial asegura que los purificadores de aire, que se popularizaron durante la pandemia, dan buenos resultados.

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