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La cafetería de Santiago para disfrutar de los pequeños placeres de la vida... Adèlia

En el casco histórico de la ciudad nos encontramos con este lugar al que merece la pena ir sin prisas para disfrutar de repostería casera y de un buen café
@adelia.cafe
Ofrecido por:

En la plaza de de San Miguel dos Agros, entre la iglesia homónima y San Martiño, se encuentra un pequeño café que en pocos meses ha conseguido hacerse un hueco en las mañanas y tardes no solo de locales, sino también de aquellos turistas que en su visita por la zona vieja se encuentran con este pequeño paraíso de la vida tranquila.

Ya antes de entrar, su nombre - Adèlia Café - nos lleva a imaginarnos un lugar acogedor, en el que apetece tomarse una bebida caliente acompañada de un dulce. Un sitio, además, en el que seguramente el trato sea personal, como si de una parte de tu familia te recibiese cada vez que vas. ¿Pero estamos en lo cierto? Para saberlo hay que ir.

Con una gran sonrisa nos reciben Axel y Miguel, socios en lo laboral y pareja en lo personal, en su segundo hogar, que aunque abrió sus puertas hace unos meses, gracias a su esfuerzo ya se ha convertido en una cafetería a la que ir, por qué no, cada día.

Axel y Miguel en Adèlia Café.

Cuidado hasta el más mínimo detalle, Adèlia Café se abre a ti con luz, olor de velas y una música de fondo que invita a dejarse llevar por ese concepto hygge, una palabra que se refiere a la filosofía danesa de apreciar los pequeños placeres de la vida y encontrar felicidad en ellas.

Y un ejemplo de pequeña dosis de felicidad diaria, que todos buscamos y no siempre encontramos, podría ser tomarse una taza de café acompañada de repostería casera recién hecha que va desde la tarta de queso (una de las mejores de la ciudad), pasando por bizcochos de limón o zanahoria, así tostadas crujientes, muffins y cookies con toppings variados que cambian según el día.

Tarta de queso y bizcocho de limón, de Adèlia Café.

Pero volvamos al café, porque si eres amante de lo que es la bebida caliente por excelencia, es posible que si pruebas este tus estándares se eleven. Y es que en Adèlia Café ofrecen un café de especialidad que es protagonista indiscutible, puesto que está tostado en Portugal por una marca que tan solo trabaja con ellos en la ciudad. Vale la pena tener en cuenta que, además, también venden unidades limitadas en grano o molido. Aunque si lo tuyo no es el café, no te preocupes, porque otras bebidas como zumos naturales o tés también tienen cabida aquí.

Especialidad de café propio de Adèlia Café.

Pero todo esto - el café, la repostería casera, - no sería suficiente sin el factor clave de Adèlia Café: su ambiente. El exquisito y atento trato de Axel, que recuerda las preferencias de cada cliente aunque solo haya ido en una ocasión, se mezcla con esa atmósfera serena que permite que cada uno disfrute de su tiempo como quiera (comiendo, leyendo, hablando, trabajando...) o simplemente viendo la vida pasar.

¿Acaso se le puede pedir más a una cafetería? Pues sí: también es un espacio pet friendly.

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