¿Inteligencia Artificial en la búsqueda de desaparecidos? ¿Cómo se utiliza en Galicia?
La Inteligencia Artificial (IA) se encuentra en plena efervescencia. Una tecnología que ha desembarcado como un elemento diferenciador aplicado a productos y servicios, pero también a los procesos internos a nivel de fabricación y gestión, ha supuesto un antes y después en nuestra vida, facilitando procesos de selección y solventando necesidades diarias con asistentes virtuales, como Alexa o Siri.
La Inteligencia Artificial ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas, convirtiéndose en una tecnología cada vez más sofisticada. Así, ahora también sirve de gran ayuda en las labores de búsqueda de personas desaparecidas, tal y como cuenta en detalle a este medio el director del área TIC del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), Óscar González:
IA para ayudar a localizar personas desaparecidas
"Ayuda a procesar grandes cantidades de datos y encontrar patrones que pueden ser útiles en estas búsquedas", apunta Óscar González, quien añade que "estas tecnologías todavía necesitan supervisión humana para asegurar que los resultados sean precisos y relevantes".
La herramienta principal de la Inteligencia Artificial es el dato. "Sin datos no hay inteligencia que valga", señala Óscar González. En el caso concreto de la localización de personas, "se necesitan datos que puedan provenir de diferentes ámbitos, como datos meteorológicos de la zona en la que se le perdió la pista, vinculados a dicha localización así como otros de distinta naturaleza, como imágenes".
No existe una técnica universal que emplear en este tipo de circunstancias, ya que dependerá de cada caso en cuestión. En este sentido, Óscar González explica que "no es lo mismo localizar personas extraviadas en un evento o en una catástrofe como puede ser un terremoto".
Así, explica que en este primer caso es "crítico" conocer el punto de la desaparición. "Para estos procesos se utilizan técnicas de visión artificial que permiten ser aplicadas sobre imágenes o vídeos y que en varios pasos realizan identificación de personas a través de técnicas de reconocimiento corporal o facial", mientras que en el segundo ejemplo, "se puede realizar a través de sistemas de visión artificial con vehículos no tribulados", tanto aéreos como terrestres.
Si bien, un factor también imprescindible para el director del área TIC del ITG son las técnicas del procesado del lenguaje para extraer información de posibles avistamientos del desparecido, así como la colaboración de personas.
¿Ayuda a agilar los tiempos de búsqueda?
Todas estas aplicaciones ayudan a reducir los tiempos de búsqueda porque permiten definir el foco de actuación ante una situación de emergencia, pero recuerda que "juegan en contra algunos factores ajenos, como la inmediatez del acceso a la información y su calidad, la regulación en términos de privacidad y la interoperabilidad".
En este sentido, Óscar González subraya que "para acceder a esa información necesitamos sistemas que conecten las mismas con el sistema de IA para que pueda procesarlo". Respecto a la privacidad, este señala que tiene un papel clave, "un aspecto a tener en cuenta es cómo de rápidos somos ante una emergencia y qué tipo de información es susceptible de ser utilizada".
"La Inteligencia Artificial se convierte en una herramienta adicional, que de forma coordinada con otras aplicaciones y dispositivos, permitirá dar información de valor para la toma de decisiones en dichos equipos, pero es imprescindible la supervisión".
El médico gallego Fernando Cuadrado despareció hace más de 30 años
A Fernando Cuadrado se le perdió la vista el 29 de diciembre de 1990. El médico gallego residía en la calle Almirante Cadarso de A Coruña y en el momento de su desaparición tenía 49 años. A este caso le sigue una larga lista de nombres: Sonia Iglesias Eirín, Catalina Macías Vega, Pedro Yáñez Díaz, Francisco Javier Pastoriza Edreira, Daniel Pousa González, José Manuel Mañana Martínez 'Fabeiro'...
La Policía Nacional reactivó el caso de Fernando Cuadrado en 2020, cuando publicó un retrato robot con su posible aspecto con 79 años. "Las imágenes de personas de diferentes edades permiten entrenar a los distintos tipos de algoritmos", desde aquellos basados en el reconocimiento facial hasta aquellos automáticos que predicen cómo envejecerá una persona.
Sobre este asunto, Óscar González precisa que es improtante tener en cuenta que estas técnicas no pueden predecir con precisión cómo se verá una persona en el futuro, pero sí proporcionar una imagen aproximada de cómo podría cambiar su apariencia con el tiempo.
"No debemos olvidar que los modelos de IA son programados por humano o, llegando el caso, por otros modelos que a su vez han sido programados por humanos por lo que pueden estar sujetos a algún tipo de error".
Fallos de la IA y principales motivos
A pesar de su utilidad en muchas aplicaciones, la IA también puede fallar. Está sujeta a errores en la programación que pueden llevar a resultados inesperados o incorrectos, cuyo impacto variará en función del caso de uso sobre el que se aplique.
En este sentido, Óscar González destaca que entre los principales motivos de estos fallos se encuentra la introducción de sesgos en los datos sobre los que se entrenan los modelos de IA. Por ejemplo, "si una IA se entrena en datos clínicos de personas de edad avanzada que excluyen ciertos criterios de género, puede dar como resultado que esta tecnología acierte correctamente en casos de un colectivo y falle con otro".
Por otra parte, otro factor sería la dificultad de adaptarse a nuevos datos, ya que si la IA se entrena en un conjunto limitado, "puede tener problemas, lo cual derivará en resultados no controlados y sujetos a error". Así, la IA "puede tener dificultades para entender el contexto o la intención detrás de las decisiones que se toman"
Inteligencia Artificial en desastres naturales
En estos momento, el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) está trabajando en un proyecto para la búsqueda de personas desaparecidas como consecuencia de desastres naturales, como el ocurrido recientemente en Turquía. Este se encuentra en una fase inicial y su objetivo principal se centra en dar soporte a los servicios de emergencias mediante la utilización de IA, junto a otras tecnologías asociadas, como la Realidad Virtual y aumentada, así como la visión artificial o el procesamiento del lenguaje natural.
