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Caurelor: El sabor natural de los productos de O Courel que respeta la tradición gallega

Esta empresa familiar nació como comercializadora de castañas en diferentes formatos como cocidas, en crema o en almíbar y ha ido creciendo hasta ampliar la gama a mermeladas de frutos rojos, arándanos silvestres o cerezas, así como zumos o miel
@caurelor.caurelor
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Productos naturales transformados de forma artesanal. Esta es la premisa de Caurelor, una firma gallega que aprovecha los recursos de la Serra do Courel para ofrecer castañas de soutos centenarios en diferentes formatos, miel o mermeladas de frutas como moras silvestres o los arándanos.

Caurelor comenzó a tomar forma en 2005 y en 2006 ya estaba formalizada como empresa. "Eu estudei Xeografía e Historia e traballaba como técnico de turismo no Concello de Alfoz e Daniel estaba no Concello de Folgoso traballando nunha pizarreira. Seus pais son maiores, non querían marchar da casa, e decidimos facer algo na nosa zona", explica una de las dos responsables de la firma, Verónica Núñez, para la que era complicado encontrar trabajo en su área una vez cambiado el domicilio.

Miel y queso de Caurelor (Cedida).

El primer proyecto en el que pensaron fue hacer una bodega de vino aprovechando que Núñez tiene un máster en Enología, pero el sector no atravesaba sus mejores momentos en aquellos momentos en la Ribeira Sacra. Surgió de forma inmediata la idea de aprovechar los castaños de la familia de Daniel Arza, el germen de una iniciativa que poco a poco ha ido creciendo hasta convertirse en una marca que conquista no solo con la castaña sino también con otras opciones como los zumos, la miel y las mermeladas.

Una amplia gama de productos naturales

"Daniel e a súa familia sempre apañaron castañas porque teñen moito souto, pero aparte de vendelas en verde nunca se adicaron a preparalas nin a sacarlles máis productividade", explica la impulsora de la firma. Caurelor nació así con el objetivo de transformar la castaña para darle un valor añadido a través de diversas propuestas.

Castañas ecológicas en almíbar, cocidas, en crema y mermelada o incluso en la tradicional receta de O Courel con chorizo y panceta, lista para calentar y comer, son algunas de las formas de degustar uno de los productos más queridos del otoño en Galicia. "Témola envasada ao baleiro, que está saíndo moi ben, ou con chocolate. Ten moitísimos usos. Non quixemos darlle máis porque a nosa filosofía era conservar as tradicións, así que intentamos facer o que máis se parecía á forma de consumir antigamente na nosa zona. Basease na nosa cultura, para que non se perda o que temos nós", indica Núñez.

La estacionalidad de la castaña llevo a Caurelor a pensar en otros productos con los que poder trabajar de forma artesana y, de hecho, acaba de recibir la distinción Artesanía Alimentaria que certifica que realizan un trabajo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. "A época da castaña, como a conservábamos en area e non a conxelabamos, durábanos dende outubro, que a recollíamos, ata abril que acababamos de pelala. O resto do ano vendíamos a marmelada en diferentes feiras", comenta la responsable de la firma.

Las grandes posibilidades que ofrecía el souto, donde era posible recoger desde cerezas o nueces hasta moras o arándanos, posibilitó ampliar la gama de mermeladas. Una oferta que también creció al hacer estas conservas sin azúcares añadidos, permitiendo disfrutar de sabores como la ciruela, los frutos rojos, el melocotón y, por supuesto, la castaña.

Varias de las mermeladas con bajo contenido en azúcar de Caurelor (Cedida).

Los zumos surgieron con el nacimiento del hijo de la pareja, como una forma alternativa de darle arándanos o moras silvestres y cerezas. La miel, por otro lado, es una novedad para la marca, que decidió lanzarla ante la demanda de sus clientes. La ola de incendios de este verano quemó alguna de las colmenas que la firma espera poder recuperar con el paso del tiempo.

"O que fixemos foi poñer algunhas colmeas, meu pai ten 17 e nós sete, para probar que tal se nos daba. Estásenos dando de marabilla e está saíndo un mel boísimo", explica Núñez. La responsable de la firma explica que era habitual disponer en las casas gallegas de alguna colmena para uso propio y que ellos, como consumidores habituales, apostaron por ofrecérsela también a sus clientes.

La mermelada de arándanos silvestres de Caurelor (Cedida).

El producto estrella de la firma es la mermelada de castaña, aunque también gusta especialmente la de arándano. "Os nosos ararandos non son de cultivo, que son máis doces. Os silvestres teñen unha potencia de sabor e un toque ácedo ao final, por iso é moi diferente a outras marmeladas", indica la impulsora de Caurelor, que añade que las mermeladas de cereza, frutos rojos y moras silvestres también se venden muy bien.

Cercanía con el cliente y elaboración en ecológico

Los impulsores de la firma consideran fundamental el trato de tú a tú con los clientes, ya que les permite explicarles cada uno de sus propuestas gastronómicas. "Ata que podamos, nós somos de feira", indica Núñez. Caurelor, además, vende sus productos online y en pequeños negocios de proximidad de diferentes municipios.

Esta empresa trabajó con el sello ecológico desde 2010 hasta justo antes de la pandemia por coronavirus. "Cando nos anotamos en agricultura ecolóxica foi pola súa filosofía de protección da tradición e da pequena empresa, do producto de kilómetro 0...", explica Núñez, que denuncia un cambio de orientación en el sello, que pasó a permitir que grandes marcas etiqueten de esa forma y que las etiquetas dejasen de numerarse.

Algo que se aleja de los valores rurales y de tradición que esta firma familiar promueve. Así, Caurelor sigue con un proceso de fabricación 100% artesanal y ecológico, pero ya no lo hace bajo el sello. Un trabajo que realizan en su taller, ubicado en Quiroga (Lugo) y en donde recogen entre otros los higos, los melocotones o las uvas. La mayor parte de los productos, como castañas, frutos rojos o moras silvestres, proceden de O Caurel.

Esta es la forma de aprovechar el potencial que ofrece cada una de las zonas que encontraron Verónica Núñez y Daniel Arza y que ya reflejaron en el nombre de la marca. "Caurelor viene de la Montaña do Lor, que é de onde son eu e que pertence a Quiroga, e do Courel, que é de onde é Daniel", explica la impulsora de esta firma que nació hace ya 16 años y que poco a poco ha conseguido colarse en las despensas de numerosas personas gracias al cariño que dedican a intentar recuperar los sabores de antaño para ofrecerlos hoy.

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