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El Castillo de San Antón de A Coruña: de proteger a la ciudad a salvaguardar su historia

En la fortaleza descansa desde 1968 el Museo Histórico y Arqueológico de A Coruña, un lugar que cuenta la historia de la ciudad y de la provincia desde la prehistoria a la actualidad. Hoy el museo cumple 55 años y su responsable, Ana Marínez Arenaz, nos cuenta algunas curiosidades
A Coruña.
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El Castillo de San Antón es una gran fortaleza asentada en la A Coruña en el siglo XVI. Las grandes piedras que componen la estructura nos protegieron durante cientos de años. Hasta el XVIII A Coruña estuvo defendida por los grandes cañones que descansaban en el Castillo. Su funcionalidad, como la de muchos otros edificios de la metrópolis, ha mutado con el paso de los años. Actualmente, incluye el Museo Histórico y Arqueológico de A Coruña, que hoy cumple 55 años.

En el pasado el Castillo de San Antón sirvió como refugio para aislar a marineros que llegaban a la ciudad afectados por alguna enfermedad infecciosa. También protegió A Coruña de la invasión inglesa. Y en su historial podemos ubicarla además como cárcel municipal. Hoy en día es un lugar pensado que los coruñeses puedan conocer de donde vienen y, en ocasiones, a dónde van. Su museo guarda miles de piezas de incalculable valor económico y patrimonial. No sólo de A Coruña ciudad, sino de toda la provincia.

El museo vela por salvaguardar parte del patrimonio gallego desde 1968. Ana Martínez Arenaz, responsable del museo, no es de A Coruña (Cambados, 1978) pero conoce -casi- todo sobre ella. Tras unos años en Santiago dio a parar en A Coruña y fue "como volver a respirar". Con motivo del 55 aniversario del castillo nos desvela algunas historias y curiosidades del Castillo y de su Museo.

Enfermos, prisioneros y obras de arte

San Antón desde la cubierta de un barco

Antes de ser castillo la pequeña Isla de Pena Grande fue un lugar para aislar a los marineros que llegaban enfermos a la ciudad. Allí se levantó una pequeña capilla dedicada a San Antón, el que hoy le da nombre al castillo. Carlos I fue el primero en ordenar que lo convirtiesen en una gran fortaleza para defender A Coruña de los invasores. Con ella también nació el castillo de San Diego -ya demolido- y el de Santa Cruz

En 1588 contribuyó a la defensa de la ciudad durante el ataque de la Armada Inglesa y una década después por fin terminaron sus obras. A partir del siglo XVIII la fortaleza se convirtió en prisión. En ella descansaron delincuentes, presos políticos y demás personajes coruñeses. En 1960 pasó a ser del Ayuntamiento y terminó su función como cárcel.

Prisioneros famosos...y otros que no lo son tanto

Interior del Castillo de San Antón

En las celdas de San Antón durmieron personajes famosos en la historia gallega como Alessandro Malaspina, acusado de alta traición por Godoy y que cumplió 6 años entre rejas; Juan Díaz Porlier ‘El Marquesito’, férreo defensor del liberalismo fue condenado a 4 años de prisión; Rafael Melchor de Macanaz, uno de los ministros de Felipe V perseguido por la Inquisición por defender la propuesta de reducir su poder y; por supuesto, los represaliados en la dictadura franquista.

Con todo, en la lista de la prisión hay personajes no tan relevantes para los libros de historia, pero sí para la ciudad. En el Castillo de San Antón encarcelaron a un hombre por apagar la luz de A Coruña: la Torre de Hércules.

Su nombre era Gómez Catoira, un procurador local al que se contrató para mantener vivo el faro. Su único trabajo era encender cada día la llama de la Torre de Hércules para alumbrar a los marineros. Pero no lo hizo. Eso sí, el dinero se lo quedaba. Por ello fue encarcelado y es uno de los primeros presos de los que se tiene constancia (finales del S. XVII)

El Castillo de San Antón: de los romanos a los vikingos

Trabajando en la restauración de la embarcación 'Borna'

Muchos coruñeses desconocen que el espíritu romano de A Coruña no sólo descansa en su Torre, sino en Calle Real y Riego del Agua. En el centro de la ciudad vivían los romanos hace milenios. Fue ahí dónde se encontraron restos de la antigua necrópolis coruñesa. Con ella llegaron hallazgos como restos funerarios, entre ellos esqueletos.

Uno de esos esqueletos está expuesto en el Museo Histórico y Arqueológico de A Coruña. Esta curiosidad puede ser inquietante o perturbadora para muchos. No así para los más pequeños: "A los niños les vuelve locos", confirma Ana Martínez.

Los restos mortales de los antiguos vecinos de Brigantium no es lo único que encanta a los niños: 'Borna', el barco prehistórico que puedes visitar en el castillo San Antón de A Coruña. Muchos se preguntan si esta barca de la Edad de Bronce es real. Para entender su historia nos remontamos a 1970. Sí, sus mimbres y cueros no acompañaron a los antiguos vikingos en sus aventuras.

Es una embarcación "única en Europa", que fue un proyecto que realizó un profesor de la Universidad de Santiago a mediados de los año 70. Mide 15,5 metros de eslora y 2 de manga y a pesar de ser una barca moderna, llegó a surcar las aguas que rodean las Islas Cíes.

Mucho más que la historia de A Coruña

Casco do Leiro

El Museo Histórico y Arqueológico de A Coruña tiene "una pequeña parte de su colección" expuesta, pero la gran mayoría no están al alcance de cualquiera. Cada año San Antón recibe decenas de piezas que aclaran un poco más la historia de nuestros antepasados. No sólo lo hace del municipio de A Coruña, sino de toda la provincia. "Prácticamente podríamos hablar de un museo provincial, aunque principalmente contamos la historia de A Coruña desde la prehistoria a la actualidad", explica Ana.

Entre sus tesoros están restos de Castro de Baroña, del Castro de Meirás, del Dolmen de Dombate o del Castro de Elviña, entre muchos otros. Una de las piezas más curiosas del museo es el Casco de Leiro, una pieza arqueológica de 270 gramos de oro datada entre el año 1000 y el 800 a. C.

Lo curioso del Casco de Leiro no es su gran valor monetario e histórico, sino la forma en la que fue encontrado. En 1976 un labrego de Rianxo dio con esta gran pieza de oro macizo mientras trabajaba en la tierra. Pese a la época en la que vivía, que cuenta Ana que no había tanta conciencia histórica y patrimonial, su descubridor exigió como única condición para donarlo que descansase en A Coruña. Misión cumplida. Cincuenta años después la gran fortaleza sigue protegiendo tesoros como el Casco de Leiro.

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