#Talento15000 Vazva: Ropa, surf y activismo medioambiental desde el Orzán

Con un padre y un hermano futbolista, a él no le tentó el fútbol. Se subió a una tabla cuando tenía 9 años y de una forma u otra Óscar Vales no ha dejado de surfear olas desde que fundó Vazva en 2005.

El surf inspira el ADN de la marca que nació con una tienda frente a la playa del Orzán y el mar de A Coruña sigue siendo el motor que impulsa lo que vende en sus tiendas, incorporando cada vez más mensajes. "Para mí la ropa es secundario, Vazva es un estilo de vida, tiene unos valores. La marca nació con un espíritu reivindicativo, que ahora se integra en un 'activismo medioambiental'", explica Óscar.

Una de sus sellos de identidad es promover aquello en lo que creen: eventos de skate, de surf, talleres de arte y concienciación y conciertos de punk. "Apoyamos a todos, sin dejar de lado nunca a la cantera, quienes practican estos deportes son nuestros verdaderos embajadores, al nivel que sea", asegura Vales.

En sus tiendas físicas y online exponen sus colecciones femeninas, masculinas y para niños. "Vazva cree en los artistas, nunca les decimos lo que tienen que hacer. Sin presiones de plazos, cuando tienen algo que creen que puede encajar en el estilo nos lo envían y de esta forma vamos configurando lo que sacaremos cada temporada", así funciona el diseño de sus prendas.

Camino de ser 100% sostenible

Vales se ha fijado como principal objetivo cerrar este año como una empresa sostenible. Tal y como entienden la sostenibilidad en esta empresa coruñesa, todo empieza por producir el 100% de la colección en Europa, principalmente en Portugal, lo que reduce la huella de carbono. Crear redes de proximidad y apoyar lo local forma parte de la filosofía Vazva.

Por otro lado, está reconvirtiendo sus tiendas para que utilicen energías renovables e incorporando productos en su repertorio que reciclan materiales. Vazva es además territorio libre de plástico en la medida de los posible: "Mal vamos si pretendemos ser eco pero luego te damos lo que compras en una bolsa de plástico. Nuestros envoltorios y bolsas están hechos de fécula de patata".

Precisamente, una de las nuevas apuestas de Vazva es la de calzado a partir de materiales reciclados. Hace unos meses lanzaron Wasted, que parte de una alianza con un fabricante de La Rioja que hace calzado vegano. Otro ejemplo es el de las lámparas hechas a mano a partir de tablas de skate que se rompen con el uso y que después tienen una segunda vida utilizadas para iluminar espacios.

La nueva colección que viene ahora para el invierno tiene más del 50% con tejidos eco: linos, yute, fibras de plástico reciclado y algodón orgánico. "Nos hemos roto la cabeza para encontrar a proveedores de los tejidos con los criterios de sostenibilidad que queríamos", dice Óscar.

Este año demás han vuelto a ser patrocinadores del Pantín, diseñando el merchandising con un criterio de respeto al medio ambiente. La ropa está fabricada a partir de un tejido hecho a partir de una mezcla con plástico reciclado recogido del mar y algodón orgánico, mientras que las tazas se hicieron con fibra de carbono. "Fueron muchos los prototipos necesarios hasta dar con el definitivo".

Pero si hay algo en lo que Vazva se vuelca es en dar forma a la plataforma WE, enfocada en concienciar a familias enteras de un cambio de mentalidad hacia el respeto al medio ambiente, a través de actividades como la limpieza de playas y los valores del deporte. Una plataforma que se impulsa en alianza con Hijos de Rivera y con la que Vazva se identifica y se proyecta hacia el futuro.

2013, un mal año

La ola más grande que le tocó surfear llegó en 2013. Los años 2010 y 2011 pusieron a Vazva en la cresta: abrió tienda en Vigo de 500 metros, en Santiago, escuelas de surf y ya se estaba planteando Madrid. "Llegaron a compararnos con un pequeño Inditex, facturábamos más de tres millones de euros", revela Óscar.

La crisis les golpeó muy fuerte. "Pensábamos que lo peor de la crisis ya había pasado en 2012, que había que contrarrestar las circunstancias adversas a base de más inversión". Sin embargo, 2013 fue un año muy complicado para el sector y Vazva se vio abocada a cerrar tiendas y hacer un repliegue total de la empresa.

"A nivel personal fue muy duro, caí en una depresión muy profunda, no sé cómo aguanté el tirón porque la realidad es que en aquella época mi cuerpo estaba presente pero mi cabeza iba por otro lado", confiesa Óscar sin ningún reparo a hablar del tema. "Es más, creo que es muy importante hacerlo, la depresión afecta a muchas personas y hay que hablar sobre el tema con naturalidad", apostilla.

"Me acuerdo de un día, en 2012, que pasaron unos chavales por delante de la tienda de la calle Real gritando "¡Vazva, estáis acabados!". Probablemente era verdad, el ciclo se había acabado y tuve que darme el golpe para volver a remontar". Se cayó de la tabla, pero no tardó en levantarse. "Nos echaron una mano; aunque hemos visto de todo, gente que nos pegó una patada pero también gente que nos apoyó, y para echar una mano a una empresa que está casi hundida hay que echarle huevos", reconoce.

Aquellos momentos tan duros, sirvieron además de "para aprender del fracaso", también para reajustar el foco de la marca, recuperar el sentido de la filosofía Vazva: "Vivimos todos en la misma cacerola, igual que antes reivindicábamos una producción responsable, ahora reivindicamos algo a nivel más general pero muy urgente, que abarca todo el planeta".

Los consejos de Amancio

El camino recorrido con Vazva le ha brindado muchos aprendizajes, de lo bueno y de lo malo, que ha ido incorporando. Una de las lecciones que recibió llegó del propio Amancio Ortega. Óscar se sentó una tarde con él, que le dio algunos consejos. "Ojalá le hubiera hecho caso, tenía clarísimo y toda la razón en el diagnóstico de la situación", dice ahora Óscar.

"Me aconsejó que montase una tienda en California. Ahora me doy cuenta de que era mucha más locura en aquel momento abrir en Vigo y en Santiago que haber cumplido mi sueño en aquel momento que era California", explica echando la vista atrás.

El consejo que sí que escuchó atentamente del fundador de Inditex fue sencillo pero potente: "El que tenga tienda que la atienda". "Trato de estar en la tienda, atender y escuchar a mis clientes, eso lo aprendí de él". Otra cosa que tiene clara es no quemar el logo, "ahora hacemos colecciones cortas y exclusivas", recuerdo momentos en los que familias de 15 personas llevaban la misma sudadera, con el mismo logo y el mismo color.

"Queremos darle mucha fuerza a la marca, darle comunicación y aún más acción. Me siento un privilegiado pudiendo hacer lo que quiero y que Vazva pueda abanderar la sostenibilidad de los mares", dice Óscar, que confiesa que el sueño ahora no es California, sino que tiene más bien los ojos puestos en los países nórdicos. "Creo que probaremos en Suecia o Dinamarca, y si nos caemos será otro aprendizaje": filosofía Vazva.