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A Coruña

La UDC advirtió sobre el peligro de desprendimiento en la playa de As Catedrais en 2018

Expertos en Geología, Ingeniería de Costas y Geotécnica recomendaron señalizar las zonas de alto riesgo, acondicionar un recorrido en el borde del acantilado y aumentar la vigilancia
Desprendimiento de rocas en uno de los arcos de la playa de As Catedrais, en Ribadeo,
EP
Desprendimiento de rocas en uno de los arcos de la playa de As Catedrais, en Ribadeo,
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Un estudio realizado en la Universidade da Coruña (UDC) alertaba hace un año del riesgo de desprendimiento en la playa de As Catedrais, tal y como ocurrió el pasado 30 de noviembre, cuando uno de los arcos que la caracterizan se derrumbó. El retroceso global del acantilado situado en Ribadeo (Lugo) es un proceso lento en el que, si no se realiza ninguna intervención de consolidación, el riego de caídas aisladas de bloques medianos o pequeños es considerable, según concluyó la investigación.

Esta playa es el segundo lugar más visitado de Galicia con una afluencia media de unos 500.000 visitantes anuales. Los expertos que realizaron el reconocimiento geológico constataron que la caída de pequeños bloques de tamaño centimétrico o decimétrico es diaria, sobre todo antes y después de los temporales intensos.

Estas caídas pasan desapercibidas porque, durante los episodios de mal tiempo, no hay visitantes en la playa y porque los restos quedan cubiertos por la arena rápidamente. El cambio climático repercute también en la degradación de este monumento natural, incrementándose la cantidad de rocas o fragmentos que caen de los acantilados.

Las recomendaciones del informe de la UDC

Las conclusiones del informe indican que se puede permitir el libre acceso a los visitantes pero aconsejan señalizar las zonas y elementos considerados de riesgo alto o muy alto debido a la alta probabilidad de desprendimiento en algunas cuevas, arcos, corredores o acantilados que el propio estudio recoge. El documento de la UDC también propone un recorrido acondicionado para los visitantes en el borde del acantilado aprovechando la pasarela existente, con una prolongación e instalación de miradores.

“Este recorrido permite contemplar el monumento desde una perspectiva diferente y más segura a la que se consigue desde la playa", indica el profesor Luis Medina, que añade que esta posibilidad también permite a los visitantes verlo cuando la marea es desfavorable y evita el deterioro de la cobertura vegetal en la parte superior del acantilado. El análisis también concluye que se debería aumentar la vigilancia para garantizar el cumplimiento de las señalizaciones.

El arco que sufrió un desprendimiento el 30 de noviembre está marcado en rojo (UDC).

El estudio es muy complejo porque en él confluyen varios campos científicos, como Geología, Ingeniería de Costas y Geotécnica, con un elevado rango de incerteza. No se tiene constancia de que se realizase una investigación de esta envergadura en ninguna parte del mundo, aunque si que existen análisis relativas al retroceso de los acantilados como los de Dover de Reino Unido.

Los trabajos incluyen un minucioso reconocimiento geológico de campo, además de 481 fotografías de alta resolución sacadas con un dron que permitieron detectar zonas inestables con riesgo de caída inminente. Los responsables de la investigación también realizaron un estudio biológico de las especias de flora y fauna presentes en los acantilados y se estudiaron varios perfiles de situaciones tipo por los métodos habituales en Mecánica de Rocas y con programas de modelización numérica. Finalmente, y teniendo en cuenta que las ondas son el motor principal de los procesos litorales, se determinó el clima marítimo en aguas profundas y como modifica la propagación de estas ondas desde aguas profundas hasta la playa.

El informe fue elaborado a través de la Fundación de Ingeniería Civil de Galicia a petición de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural de la Xunta de Galicia en 2018 tras un accidente mortal ocurrido por el impacto de una roca a una turista. Los responsables de elaborar el estudio fueron el catedrático de Biología en la UDC, Javier Cremades Ugarte; el profesor asociado de Xeotecnia en la UCD, Jesús Fernández Ruiz; el catedrático de Geotecnia de la Universidad Politécnica de Madrid, José María Rodríguez Ortiz; y el catedrático de Engienería de Costas de la Universidad de Cork (Irlanda), Gregorio Iglesias Rodríguez. Las tituladas en Geología Cristina Riesco y Ana María Plaza y el equipo de topografía Núcleo Galicia completaron el equipo. La coordinación del estudio, por otro lado, fue responsabilidad del profesor de Geotecnia de la ETS de Caminos, Canales y puertos, Luis Medina Rodríguez.

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