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Tribuna Abierta

Tinder, Badoo o Le Tavernier

Las miradas furtivas y los gestos cautivadores han dado paso a un conjunto virtual de emociones, donde las aplicaciones y los sitios web se convierten en los escenarios para encontrar pareja
Jesús Suárez
Por Jesús Suárez

En los confines de un mundo digitalizado, ha emergido una nueva forma de explorar el amor y la pasión.

Las miradas furtivas y los gestos cautivadores han dado paso a un conjunto virtual de emociones, donde las aplicaciones y los sitios web se convierten en los escenarios para encontrar pareja.

El amor en la era digital:

En el amplio mar de información y conectividad que es internet, se han erigido plataformas digitales que han alterado por completo nuestra búsqueda de amor y compañía. El amor virtual ha cambiado las reglas del juego, desafiando las barreras geográficas y desplegando posibilidades infinitas. Ya no estamos limitados por nuestras ubicaciones físicas o por las limitaciones del tiempo. Ahora, el amor puede deslizarse a través de nuestras pantallas, acortando distancias y conectando corazones de diferentes rincones del mundo.

Las ventajas de esta era digital son evidentes. Las aplicaciones de citas y los servicios en línea ofrecen comodidad y eficiencia, ampliando nuestro espectro de opciones en la búsqueda del amor. Sin embargo, no debemos olvidar los riesgos y los desafíos que también se esconden en la sombra de esta nueva realidad. La falta de autenticidad y la idealización excesiva son peligros que acechan en el mundo virtual, amenazando con socavar las bases de una relación genuina.

El romance de los sentidos:

En tiempos no muy pasados, el arte de ligar se nutría de miradas cautivadoras y gestos que hablaban por sí solos. El contacto visual, las sonrisas cómplices y el lenguaje corporal transmitían mensajes sutiles y poderosos. En esos momentos, una sola mirada podía encender la llama de una conexión profunda. Sin embargo, en el mundo virtual, estas expresiones se desvanecen, reemplazadas por mensajes de texto y fotografías cuidadosamente seleccionadas.

La transición de lo virtual a lo personal:

A pesar de la encantadora seducción que encontramos en las aplicaciones de citas y sitios web, no podemos ignorar que la esencia del amor reside en el mundo físico . La conexión íntima que solo se puede experimentar a través del contacto humano directo y la interacción cara a cara sigue siendo insustituible. El tacto, el olor, el sonido de una risa sincera, todas estas facetas son cruciales para profundizar en una relación y descubrir el verdadero potencial del amor.

El auge de ligar en modo digital ha traído consigo una nueva era de conexiones románticas, donde los corazones se encuentran a través de la pantalla y las palabras se convierten en hilos invisibles que unen a las personas. Sin embargo, no podemos permitir que estas herramientas digitales reemplacen por completo la magia de lo real. El amor físico y personal, con su contacto visual, sus miradas coquetas y sus gestos llenos de significado, sigue siendo un arte que debe ser apreciado y valorado.

Así que, mientras exploramos los límites de esta nueva forma de relacionarnos y encontrar el amor en el
mundo digital, recordemos que el amor es mucho más que una foto perfecta o un mensaje ingenioso. Se
trata de la conexión profunda entre dos personas, del encuentro de corazones que trasciende las barreras
virtuales.

Aprovechemos la tecnología como una herramienta para conectarnos y ampliar nuestras posibilidades, pero no olvidemos que en el abrazo de lo tangible se encuentran las verdaderas promesas de amor y felicidad, así que, ya sea en el mundo digital o en el mundo físico, mantengamos la chispa viva ydejemos que nuestros ojos se encuentren, que nuestras sonrisas brillen y que nuestros corazones se abran a la posibilidad de encontrar el amor en todas sus formas.

Jesús Suárez
Jesús Suárez
Jesús Suárez, nacido el 2 de noviembre de 1977 en A Coruña, en la vereda del polvorín, barrio de Montealto, es un ingeniero informático graduado por la Universidade da Coruña. Además de su formación técnica, Jesús es líder y cantante del grupo Mar de Fondo, donde canaliza su pasión por la música. Su talento artístico se combina con su compromiso social, ya que es el creador del proyecto Escoita, una iniciativa inclusiva que busca mejorar la accesibilidad para personas ciegas o de baja visión.