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Opinión

Los 10 mandamientos del emprendedor

Probablemente pienses que montando tu propia empresa tocarás el cielo, pero también es probable que pueda llegar a convertirse en un verdadero calvario
Pedro Arenas Barreiro
Por Pedro Arenas Barreiro

Si quieres evitarte descender a los infiernos, te dejo 10 pequeños mandamientos que la experiencia ha cincelado a fuego en mi piel.

1. Amarás a tu equipo sobre todas las cosas (incluso sobre ti mismo)

No hay nada más importante en una empresa, ni siquiera tú mismo. Tú, puede que seas el alma, pero necesitas otros cerebros, ojos y manos que te permitan ofrecer valor a tus clientes. Cuídalos, respétalos y trátalos como te gustaría a ti ser tratado. No hay mejor recompensa para un empresario que la sensación de ver cómo se desarrolla talento a su alrededor y encontrar a buenos profesionales y buenas personas que confíen en ti y en tu idea de negocio poniendo en ello su corazón y sus capacidades.

2. No tomarás la opinión de un cliente en vano (incluso sus quejas)

No por manido es menos verdad: el cliente siempre tiene la razón. Trabaja su confianza y pregúntales con regularidad cuál es su experiencia sincera con tus productos y servicios. Contextualiza sus opiniones e incluso sus descontentos para detectar mejoras que te hagan más competitivo, nuevos nichos de negocio o incluso ineficiencias o ineficientes que estén afectando a tu desarrollo empresarial.

3. Santificarás los días de facturación (y otros momentos felices)

Tensiones de tesorería, expectativas por encima de la realidad, impuestos, gastos imprevistos… tu día a día como emprendedor estará lleno de baches y puede que hasta algún precipicio que sólo podrás afrontar si aprendes a disfrutar al máximo de los pequeños y puede que infrecuentes "buenos momentos". Saborear la felicidad de los días de facturación o el reparto de variable a tu equipo te permitirá mantener la cordura de encontrarle un sentido a la loca idea de hacerte emprendedor.

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4. Honrarás a tus accionistas e inversores (y a tu banco)

Ellos también son parte del equipo, no lo olvides. Puede que no siempre estéis de acuerdo, pero recuerda que han apostado por ti, tu visión y, muy importante, tus promesas. Ese compromiso debe canalizarse a través del respeto mutuo y la confianza. Aunque puede que busquen otro objetivo parcialmente diferente al tuyo (totalmente lícito y no incompatible) están (y los necesitas) de tu lado así que no caigas en el frecuente error de verlos como el enemigo

5. No defraudarás (a hacienda)

Lo sé, es muy frustrante que el sistema de tributación empresarial o la cotización del autónomo/a no refleje la realidad a la que debe de enfrentarse un emprendedor o una empresa. En mi primer año como empresario estaba tan obsesionado con ahorrar para sostener con estabilidad a mi primer empleado que apenas gastaba en lo estrictamente imprescindible asumiendo un auto-sacrificio que el impuesto de sociedades interpretó como un elevado beneficio y, aquel Julio de 2012, me "sableó" la mitad de mi cuenta de ahorro. ¿Injusto? Puede que en ocasiones lo sea pero así son las reglas del juego y, de acuerdo o no, si te las saltas, las consecuencias pueden dar al traste con tu sueño. Asesórate lo que puedas con una buena gestoría que te ayude a estructurar tu casuística fiscal y alinearla dentro de la legalidad con tus objetivos estratégicos, es el mejor consejo que te puedo dar. 

6. Minimizarás los pensamientos y deseos impuros

No lo negaré, habrá infinidad de momentos en los que te replantees si has elegido el camino correcto, si merece realmente la pena o si no sería mejor y más sencillo mandarlo todo (y a todos) a tomar viento y sacarte una oposición o conseguir un trabajo por cuenta ajena. Reflexiona con frecuencia y repasa los motivos que te han llevado a esta aventura, valora lo que has conseguido para ti y para los que te rodean. Vigila tus prioridades y tus deseos y, si por algún motivo han cambiado, reconduce tu camino sin vergüenza, lo que peor que te llevas es el aprendizaje de haberlo intentado y eso tiene mas valor que cualquier máster. 

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7. Cuidarás tu cuerpo (al igual que tu alma)

La mente puede ser tu mejor amigo o, si la descuidas, tu peor enemigo. El deporte te ayudará a liberar la sobre-tensión y a dejar de pensar en ello (tan necesario como hacerlo para mantener el equilibrio). Busca válvulas de escape para cuando el cerebro te eche humo y diversifica tus actividades para cuidarte de manera integral. De nada servirá que tengas un cerebro privilegiado si estás loco de atar o si tu estado fisiológico te tiene permanentemente en una cuerda floja que te puede llevar al hospital (o a un sitio peor).

8. No llorarás (en público)

Esto ha sido siempre algo muy difícil de cumplir para mí, que por consejo médico tuve que dejar de ver Anatomía de Grey pero créeme, llorar en público y mostrar tus debilidades cuando eres empresario, no ayuda en nada. Al igual que la alegría, la tristeza también se contagia y puedes terminar desmotivando a tu equipo, partners o clientes, que buscan y quieren un líder permanentemente fuerte e ilusionado. No significa que te conviertas en una piedra insensible (lo cual es contraproducente) y todos tenemos flaquezas, pero mejor que las penas vayan por dentro siempre que sea posible y si lo necesitas y puedes, desahógate con alguien totalmente ajeno a la empresa.

9. No darás falso testimonio ni mentirás (demasiado)

Todos "maquillamos" la realidad u ocultamos "detallitos" que permiten adornar o mejorar el cuento en busca de un final feliz. A veces, incluso nos auto-engañamos a nosotros mismos como mecanismo de defensa para seguir adelante con ilusión. Es normal, pero tienes que intentar mantener un balance adecuado para no caer en una falsedad que crezca como una bola de nieve que te aplaste a ti y a tu negocio. Si pierdes el control acabarás viviendo y haciendo vivir a otros en una burbuja de fantasía que cuando se pinche puede hacerte explotar.

10. Un buen emprendedor debe ser, ante todo, una buena persona

Un buen emprendedor debe ser, ante todo, una buena persona. Un buen líder asume con responsabilidad los errores (propios o ajenos) y reparte con generosidad los éxitos entre su equipo. En mi opinión esta sencilla (e infrecuente) pauta es clave para construir relaciones profesionales jerárquicas que no sean tóxicas. Sé generoso y comparte (económica y sentimentalmente) los logros con los que han participado para poder llegar a ellos.

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Si incumples alguno de los mandamientos anteriores no te preocupes, no acabarás ardiendo en el infierno. Confiésate con los que te rodean o incluso auto-confiésate contigo mismo. Discúlpate con los demás si es necesario, explícate y trata de reconducir la situación con propósito de enmienda. Auto-perdónate. Ello te hará mejor empresario, mejor compañero pero sobre todo, mejor persona, y ese es el verdadero cielo.

Pedro Arenas Barreiro
Pedro Arenas Barreiro
LinkedIn
Pedro Arenas es, ante todo, un tío de acción (y nunca utiliza dobles aunque haya muchas escenas de riesgo). A lo largo de sus más de 15 años de carrera, ha sido autónomo, emprendedor, empleado por cuenta ajena e incluso responsable público en la Axencia Galega de Innovación. Ha sido el promotor principal de 2 empresas (Ingenyus, Marketing Inteligente y Qubiotech) y ha participado en la constitución de otras dos startups de base tecnológica. Actualmente colabora con diversas compañías en el asesoramiento y fortalecimiento de sus capacidades estratégicas y de innovación.