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El pozo de los deseos: la tradición del Castillo de San Antón pervive en A Coruña

Hoy en día son los turistas quienes piden su deseo y lanzan sus monedas al agua. Antes, esta costumbre ya fue seguida por los presos que permanecieron encerrados en esta fortificación
A la izquierda, el pozo que conecta con el aljibe
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A la izquierda, el pozo que conecta con el aljibe
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No hay turista que no se haya acercado a la Fontana di Trevi en Roma para lanzar una moneda al agua. ¿Tradición o superstición? El asunto es que, por A o por B, prácticamente todo aquel que haya visitado la capital italiana pidió un deseo ante esta fuente presidida por Neptuno y después arrojó una moneda al agua.

Pero, ¿sabías que en A Coruña también hay un lugar que recoge los deseos de todo aquel que visita la ciudad? En este caso no es una fuente, pero igualmente contiene agua.

No se le parece en nada a la Fontana Di Trevi, pero también es un lugar histórico y muy reseñable para la ciudad. Se trata del Castillo de San Antón. Sí, la edificación construida para la defensa de la ciudad y que también llegó a funcionar como cárcel provincial, alberga en su interior un pozo de los deseos- cómo así se le conoce popularmente-.

Aunque a primera vista pueda parecer un pozo de agua de los de siempre, en su interior guarda muchos sueños. Sueños secretos que se lanzan con la esperanza de que algún día se hagan realidad y que quedan para siempre en el aljibe del Castillo de San Antón.

El pozo se encuentra en la zona ajardinada del castillo y desde él, antiguamente, se podía coger el agua depositada en el aljibe. Se trata de un depósito de aguas que se construyó para facilitar el acceso al agua dulce, pues esta edificación estaba construida en una isla. Ahora allí, además de agua, también reposan cientos y cientos de monedas.

Los deseos de los presos

Esta costumbre puede parecer que es algo de nuestros tiempos, pero en realidad se trata de una costumbre remota, ya seguida por los presos. Los allí encarcelados durante el siglo XVI ya pedían un deseo y arrojaban una moneda. Muchos seguramente soñaban con su libertad, y así se lo harían hacer llegar al pozo. Ahora, la cuestión es si se hizo o no realidad ese sueño.

Esta tradición ha llegado a la actualidad. En este caso ya no son presos quienes piden su deseo, sino más bien turistas. Turistas que acceden al Castillo de San Antón para comprobar in situ cómo era una edificación defensiva o cómo eran las celdas siglos atrás.

Muchos de estos turistas, antes de entrar en su interior, ya sean conocedores de la existencia de su particular pozo de los deseos; pero otros, sin embargo, descubran su existencia una vez paseen por las diferentes estancias de este monumentos. Y es el pozo de los deseos es, para muchos, el gran desconocido del Castillo de San Antón.

No es tan famosa como la Fontana di Trevi ni tan monumental, no tampoco es tan fotografiada como la fuente romana, pero el pozo de los deseos de San Antón también es un buzón de deseos. Eso sí, no admite devolución en caso de que el deseo salga defectuoso.



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