Bombero forestal en los incendios que asolan Galicia: "A recuperación levará moitísimos anos"
En nueve campañas de extinción de incendios que lleva a sus espaldas, el bombero forestal Francisco Martínez, natural de Boimorto (A Coruña), no había visto fuegos como los que estos días están arrasando una buena parte del patrimonio natural gallego. Este miércoles a última hora, el fuego seguía avanzando sin control por la montaña de O Courel (Lugo) y por la comarca de Valdeorras (Ourense), donde los dos incendios forestales más grandes de Galicia han llegado a alcanzar las 20.000 hectáreas (de un total provisional de 30.000). Un cifra que, lamentablemente, se espera que continúe subiendo a pesar de los esfuerzos.
Martínez trabaja en la brigada del distrito 3 de Santiago y desempeñó su labor principalmente del domingo al lunes en el incendio de Saa, en A Pobra do Brollón (Lugo). Decenas de personas lo están perdiendo todo por estos fuegos, como en la aldea de Vilar en O Courel (Lugo), que ha quedado totalmente arrasada, al igual que vecinos de pequeños núcleos de población próximos. En el área en la que tuvo que desempeñar su labor, Martínez tuvo que encargarse de cortar el avance del incendio para evitar que llegase a los pueblos.
"Traballamos en case todo o momento facendo lume técnico, creando cortalumes para evitar que o lume seguise avanzando", explica, a la vez que apunta que la especial y nunca antes vista virulencia de estos incendios se debe en parte a la desaparición de tierra agraria cerca de los núcleos urbanos. "Antigamente había máis terra agraria ao lado dos núcleos urbanos e agora atopámonos que co abandono do rural esas terras agrarias están abandonadas. O que se sumou neste incendio foi a tormenta seca de días anteriores e as elevadas temperaturas que nalgúns puntos chegaron a 40 graos", aclara.
"Estes lumes teñen a súa propia meteoroloxía e forman correntes de aire"
Martínez argumenta que factores como una semana con aire de nordés junto a la tormenta seca del pasado jueves con decenas de rayos, hizo que se complicase la extinción de los incendios. "O lume colle tanta virulencia e vai tan rápido que é dificil paralo e poder anticiparse", lamenta. Según el bombero forestal, se trata de lo que se denominan incendios convectivos, es decir, que el humo caliente transporta partículas que ascienden a tanto nivel que llegan hasta las capas frías de la atmósfera y se queda allí. "Teñen a súa propia meteoroloxía dentro e forman correntes de aire", asegura.
A todo ello, se suma que las principales zonas afectadas de Lugo y Ourense son de montaña con malos accesos, caminos estrechos y pronunciadas pendientes. Martínez relata que hasta los datos que oficialmente conoce, el jueves se iniciaron varios fuegos casi seguidos por causas naturales como rayos, aunque indica que "se algúns foron intencionados terá que decretalo a Unidade de Investigación de Incendios Forestais".
Concretamente, tanto Martínez como los miembros de su unidad estuvieron trabajando 12 largas horas sin descanso de domingo a lunes. "Desde dentro un incendio vese complicado, normalmente situámonos en zonas onde vemos o lume por completo para definir cómo actuar e a situación non é doada cando está todo en chamas e menos cando hai casas e persoas en perigo", advierte. "Da moita rabia ver esas cousas e máis en zonas de tanto valor ecolóxico afectadas por estes lumes", lamenta.
"Nunca vivín un incendio coma este"
Martínez concreta que los fuegos que afectan actualmente a los montes gallegos son especialmente difíciles "pola cantidade de afección que teñen e a elevada cifra de persoas e vivendas evacuadas". "Nunca vivín un incendio coma este e creo que cada vez máis habitualmente imos ter que loitar contra incendios deste tipo", calcula, sobre lo que matiza que desgraciadamente estos días se juntaron hasta cuatro incendios "que formaron á súa vez outro descomunal" (en referencia a las llamas en A Pobra do Brollón, Quiroga o Folgoso do Courel).
"Isto non é algo com´´un, os medios actuais non van chegar, priorízase primero salvar a persoas, pero hai complicacións polo terreo", detalla. Decidió ser forestal por vocación, no por antecedentes familiares, y porque siempre le gustó el rural y la naturaleza. Hizo los ciclos medio y superior de bombero forestal para posteriormente derivar en la Xunta y en cuanto al ámbito psicológico, asegura que tanto sus compañeros como él van "con todo" a extinguir los incendios, motivándose unos a otros entre las llamas que lo arrasan todo a su paso y dejan los paisajes reducidos a cenizas.
Sobre la recuperación del monte gallego que se está quemando, opina que "fan falta moitísimos anos", y en cuanto a extinguir las llamas avisa del riesgo de que no puedan con ellas durante esta semana, con todo lo que eso supondrá para el paisaje de Galicia y sus montes, uno de los principales tesoros y señales de identidad de la comunidad.
